A las 7.00 de ayer fue liberada Milvana Salomone, la ginecóloga oriunda de Florida y residente en Montevideo que había desaparecido el 17 de mayo; los secuestradores la dejaron en una cuneta, en una zona rural del departamento de Canelones, y ella se trasladó hasta una vivienda próxima. Poco después del mediodía el director nacional de Policía, Julio Guarteche, y el jefe de Policía de Montevideo, Mario Layera, dieron una conferencia de prensa. Al mismo tiempo, Salomone declaraba ante la Justicia y la Fiscalía.

Layera detalló que la investigación se apoyó en el trabajo de la Dirección General de Información e Inteligencia y en la tecnología disponible para la tarea policial, tanto de la Jefatura de Policía de Montevideo como de otras jefaturas y unidades. El trabajo de campo estuvo a cargo de “alrededor de 60 policías, entre ellos muchos analistas que procesaron un montón de información”, precisó Layera.

Los equipos policiales estaban preparados para actuar a partir de la liberación de Salomone, dijo el jefe de Policía capitalino. Una vez que supieron que la médica estaba en buenas condiciones, “actuaron con los primeros involucrados”. Tras un episodio que incluyó disparos en una zona de la capital, la Policía accedió al auto en el que había sido transportada Salomone, donde encontraron prendas de la mujer y armas. Los secuestradores huyeron pero luego fueron detenidos, porque la Policía conocía los domicilios y los lugares donde operaban, confirmó Layera. Después de los allanamientos “se recuperó la casi totalidad de los 300.000 dólares que habían exigido para la liberación y que habían sido entregados por la familia días antes”, agregó. El jerarca afirmó que se detuvo a todos los integrantes del grupo: 12 personas mayores de edad -dos mujeres y diez hombres- y un menor de edad, que están a disposición de la Justicia. Aclaró que todos son uruguayos, procedentes de diferentes lugares de la capital. No dio detalles de dónde estuvo secuestrada la médica, pero descartó que en algún momento hubiera estado fuera del país. Se trató de un secuestro extorsivo y el móvil fue el dinero, ratificó Layera.

Secuestros varios

En diálogo con la prensa, el subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, expresó el lunes que hacía tiempo que se venía anunciando la ocurrencia de secuestros, al igual que en otros países. Aclaró que en Uruguay “ha sucedido y puede suceder” que organizaciones delictivas tomen como víctima a alguna persona no vinculada al mundo delictivo. “Para esto nosotros nos venimos preparando desde hace bastante tiempo”, sostuvo el jerarca. Se refería al caso de un empresario que fue secuestrado el jueves y hallado rápidamente gracias a la denuncia de un vecino de la casa donde estaba secuestrado. En ese intercambio con la prensa, Vázquez también confirmó que en Cerro Norte se habían encontrado calabozos que eran usados para los secuestros.

Guarteche destacó ayer que en los últimos meses la Policía ha trabajado en varios secuestros y que todos ellos han sido aclarados. Así como Layera, dijo que se trataba de secuestros cometidos entre “bandas criminales” o entre “personas relacionadas con el narcotráfico”, pero “lo que tiene de distinto [el de Salomone] es que pasa a ciudadanos de la sociedad civil que no tienen ninguna vinculación con el delito”.

El director nacional de Policía aclaró: “Tenemos la capacidad de personal, por su dedicación y su capacidad técnica, y también tecnología como para responder ante cualquier hecho delictivo. Esperamos que sea un desestímulo, para cualquier persona que esté pensando en aventurarse a este tipo de delitos, el hecho de saber que podemos resolverlo tal como lo hicimos en este caso, que era realmente complejo”.

Ambos jerarcas comentaron el trabajo de algunos medios de comunicación. Layera mencionó que la filtración de información “enlenteció y obstaculizó la investigación”, y obligó a la Policía a emplear nuevas técnicas. Guarteche fue directo: “Sería bueno que hubiera un período de reflexión para determinados medios de prensa que sacaron información que perjudicó notoriamente la investigación. Hubo realmente un compromiso de toda la investigación, basado en algunas cosas que se sacaron; uno no sabe realmente a santo de qué, qué se ganó con eso. Cuando una persona está secuestrada, 100% del tiempo su vida está en riesgo y todos debemos ser muy conscientes de lo que estamos diciendo y haciendo”.