“Es inadmisible” el monumento que se quiere construir con las armas de tupamaros y militares, espetó el historiador Gerardo Caetano, presente en la charla organizada por el Centro de Estudiantes de Derecho de la Udelar. “¿Cuándo avanzamos en verdad? Cuando la Justicia pudo actuar. No hay memoria si no se proyecta en verdad y justicia”, sostuvo, y consideró que “en Uruguay estamos muy retrasados, tanto que tenemos que pugnar contra la teoría de los dos demonios. Todavía hoy hay quienes, reivindicándose de un lado y del otro (ya no sé bien quién de cada lado), proponen construir un monumento a la paz. Es inadmisible”. “Se nos ha vendido una transición modélica, pero en el mundo se revelan caminos muy diferentes”, añadió. “El terror vive entre nosotros -continuó- y tiene que ver con los grandes asuntos de la vida cotidiana, con la forma en que tratamos a los menores infractores, por ejemplo. El Nunca Más tiene que ver con las formas en las que reivindicamos los derechos humanos”. Llamó a no resignarse en esta lucha, porque si eso ocurriera “uno se resigna a que rémoras de la dictadura aparezcan en la actuación de los policías de hoy, a que en los servicios de seguridad privada haya mano de obra que desde hace tiempo no está contratada por el Estado”.
Caetano estaba retomando las palabras que abrieron la jornada, a cargo de la ex fiscal y presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos, Mirtha Guianze, quien consideró que el Nunca Más “se construye desde el presente” y criticó la “tendencia oficial de relegar los hechos del pasado como política pública”, algo que “no se modificó” en los sucesivos gobiernos electos desde 1985. Hay que “prevenir y sancionar” los delitos de lesa humanidad que la Suprema Corte de Justicia sigue considerando “prescriptibles”, para dejar de “naturalizar” esos crímenes. En su opinión, esto “puede inspirar discursos autoritarios inaceptables, que lamentablemente permean en la sociedad”. “Muchos se sorprendieron cuando se denunciaron [en 2014] prácticas de tortura que suelen quedar invisibilizadas y, sin embargo, subsistían en contextos de encierro”, dijo, en referencia a los informes del Mecanismo Nacional para la Prevención de Tortura, que publicó casos “no de malos tratos, sino de colgaduras, palizas y desnudez forzada [en centros del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente], todas cosas que supimos ver en dictadura”. Por eso concluyó que “la impunidad de ayer no puede legitimar la impunidad de hoy”.
Luego, el dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y consejero universitario Santiago Pérez consideró que “el tiempo no suaviza la impunidad” y que la universidad “tiene que cuadriplicar sus esfuerzos para garantizar que el horror no se repita”. Sostuvo que “la lucha de Madres y Familiares ha quedado relegada de la agenda de derechos que las organizaciones sociales llevamos adelante en los últimos gobiernos”, y le pidió al presidente Tabaré Vázquez que “saque al ministro de Defensa Nacional”, Eleuterio Fernández Huidobro. “Que la biología no le haga los mandados a la ideología”.
Edgardo Oyenart, en su último día como secretario de Derechos Humanos del PIT-CNT, también se sumó al pedido de renuncia: “La concepción del delito de lesa humanidad en este país se la pasan por el forro, y algunos actores siguen como si nada. Es un oprobio que Fernández Huidobro siga estando donde está. Nos faltó el respeto, es un atrevido y encima nos quiere decir que la lucha fue entre indios y cowboys -a esta altura del partido, no sé quién era él-. Queremos que se vaya ahora”.
La titular de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, Isabel Wschebor, explicó en su primera aparición pública las funciones que tendrá, respondiendo al plan de trabajo del Grupo por Verdad y Justicia, entre las que destacó el acceso a los archivos, facilitar éstos a causas como la del Plan Cóndor, que se lleva actualmente en Italia, y solicitar información a organismos estatales. “El Estado se tiene que hacer radicalmente cargo de los crímenes que cometió en el pasado, que tienen nombre y apellido. Es un dolor que el Estado no busca administrar, sino hacerse cargo y responsable de los delitos que cometió”, y como tal “tiene inopinabilidad con respecto al acceso a información sobre derechos humanos”.
Por último, De Carlotto fue nombrada “Socia Honoris Causa” del Centro de Estudiantes de Derecho, “por su incansable lucha en derechos humanos”. La titular de Abuelas llamó a los jóvenes a involucrarse en las luchas por verdad y justicia y “ser parte de lo que está pasando”. “No miren pasar la historia, métanse en la historia, formen grupo”. “Hay que seguir buscando a los que faltan”, y para eso “no hay recetas: cada país tiene sus luchas y sus maneras”, dijo. Luego aseguró: “Nos podemos morir tranquilas si ustedes, jóvenes, están de pie”.