Medir la capacidad de respuesta policial o de la vigilancia de la Embajada de Israel. Rencillas y luchas de poder entre los servicios de inteligencia que operan en Uruguay. O hasta la acción de algún bromista, como los que llaman al 911 sin motivos y hacen perder el tiempo de los funcionarios. El Ministerio del Interior (MI) no descarta ninguna de esas hipótesis, entre otras cosas porque no cuenta, por ahora, con elementos de prueba como para saber quién colocó el “intento de artefacto explosivo” que se encontró ayer en las inmediaciones del World Trade Center (WTC), donde se encuentran las oficinas de la sede diplomática israelí.

Perros adiestrados de la Guardia Republicana encontraron de mañana, durante una recorrida habitual, una lata de sardinas que contenía pólvora, una batería y algunos cables, según informaron desde la secretaría de Estado. La Policía cercó el lugar, llegaron los bomberos y funcionarios del Servicio de Material y Armamentos del Ejército; rápidamente quedó claro que se trataba de un artefacto “sin riesgo de daño”, sentenció el MI.

La vigilancia del WTC le entregaba anoche a la Policía las imágenes de la cámaras de seguridad de la zona para intentar identificar a los responsables del incidente. No es un episodio aislado: el 24 de noviembre de 2014 apareció un maletín vacío cerca de la ex sede de la Embajada de Israel, sobre Bulevar Artigas, y el 8 de enero de 2015 se detectó otro artefacto, también cerca del WTC.

El 22 de mayo, consultado por la diaria sobre estos episodios, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, fue tajante: “Yo creo que quien va a hacer algo no hace eso, porque eso avisa”.