Nuevas imágenes ordenadas sobre el territorio uruguayo dan cuenta de “fuertes transformaciones” en la distribución geográfica de las actividades productivas durante la última década. La ganadería, actividad que ocupa la amplia mayoría de los suelos orientales, ha cedido en los últimos años 1,3 millones de hectáreas a actividades como la forestación y la agricultura de secano, mientras que en la pradera los bovinos han desplazado en gran parte a los ovinos.
Regiones agropecuarias del Uruguay se llama el informe de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca que pone a disposición estas imágenes territoriales ordenadas, que permiten percibir la distribución real del suelo uruguayo a partir de la información recabada en el último censo agropecuario y la comparación con los resultados de otros censos, de 1990 y 2000.
Una primera observación consiste en el área total relevada, que en el censo de 2011 fue de 16,4 millones de hectáreas, 63.000 menos que en el censo general agropecuario anterior y 553.000 más que en 1990. Desagregada a un nivel general, la información da cuenta de un incremento de la superficie dedicada a la agricultura y la forestación, en detrimento del área reservada para la ganadería, que pasó de ocupar 92% del territorio en 1990 a 82% en 2011, mientras que la agricultura y la forestación aumentaron su proporción de 4,4% a 10% y de 1,2% a 7% en igual período. El área dedicada a “otros usos”, que se compone básicamente de tierra arada sin sembrar y tierras improductivas, representó 2,1% y 2% en uno y otro censo.
Son ocho
Por la falta de lluvias y las recientes heladas, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca incorporó ayer a San José en la zona declarada “de emergencia agropecuaria”, que ya comprendía los departamentos de Canelones, Cerro Largo, Florida, Lavalleja, Maldonado, Rocha y Treinta y Tres. La resolución indica que esa declaración comprende a la producción ganadera y lechera y que se extenderá hasta el 15 de agosto, “sin perjuicio de poder extenderla por un plazo mayor, según la evolución de las condiciones”.
Cada campo
La información recabada en los tres censos evidencia que la ganadería constituye la actividad que ocupa mayor superficie. En el censo de 2011 totaliza las 13,4 millones de hectáreas, que representan 81,9% del área agropecuaria. Sin embargo, entre 2011 y 2000 dicha área disminuyó 1,3 millones de hectáreas, que en proporción al suelo implica 8%. El campo natural es el componente más importante del área dedicada a la ganadería, con el máximo registro en 1990 y cifras algo menores en 2000 y 2011 (86%, 79% y 78%, respectivamente), lo que da cuenta de una sostenida disminución en el transcurso de las dos décadas, con un descenso máximo de 1,1 millones de hectáreas en el último período, a consecuencia del incremento de la forestación y la agricultura de secano.
El informe destaca otra modificación en relación con los cambios en la cantidad de vacunos y ovinos, los principales consumidores de las pasturas en el área ganadera. En los 20 años transcurridos entre los censos referidos, la cifra de vacunos se incrementó de 8,7 a 10,3 y a 11,1 millones de cabezas, mientras que la majada del país se redujo abruptamente de 25,2 a 13,2 y 7,5 millones de ovinos, respectivamente.
En cuanto al área dedicada a la agricultura, el informe distingue el notable incremento del área de chacra, que alcanzó las 1,6 millones de hectáreas durante la última década, producto del incremento de los cultivos cerealeros e industriales, de los que se destaca como principal causante la soja, cuya área de cultivo pasó de 17.000 hectáreas a 930.000 en el período. En contraposición, el área dedicada a la agricultura intensiva disminuyó 24% y afectó a viñedos, cultivos de huerta y cítricos, aunque en el informe se explica que esta caída no significaría una disminución de la producción, sino que está asociada a procesos de cambio técnico.
Los predios dedicados a la forestación superan el millón de hectáreas en 2011, consecuencia de aumentos de 62% en los últimos diez años y de 2,5 veces entre 1990 y 2011, y constituyen otro de los cambios más importantes del agro uruguayo. Si bien las áreas forestadas cumplen un fin específico de producción de madera, también significan una fuente de alimentación para pastoreo de ganado.