El Frente Amplio (FA) está de acuerdo en dos cosas: su próxima presidencia se elegirá a padrón abierto, y los comicios se celebrarán en el segundo semestre de 2016. Lo que parece incierto es cómo se procesará la transición hasta que se realicen las elecciones. Algunas agrupaciones, como el Partido Socialista y el Frente Liber Seregni, pretenden que se habilite a la actual presidenta, Mónica Xavier, a continuar en el cargo y que al mismo tiempo se pueda desempeñar como senadora, pero el MPP, el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y las bases de Montevideo y Canelones se oponen. Proponen, en cambio, conformar una dirección de transición colectiva.

El viernes, en la Mesa Política del FA, Xavier hizo explícito su malestar con la situación. El desencadenante fue el comentario de un representante de la Departamental de Canelones, realizado durante una reunión de la comisión del FA que estudia el tema. Sostuvo que la presidencia del FA estaba “acéfala”, porque en los hechos Xavier había culminado su mandato. Un dirigente del PCU lo sacó del error, recordándole que la decisión del FA fue que Xavier continuara hasta que en un plenario se definiera una solución para la transición. Xavier aclaró que si ella constituía un obstáculo al trabajo de la comisión, estaba dispuesta a pedir licencia. Inmediatamente, los vicepresidentes Rafael Michelini (Nuevo Espacio) e Ivonne Passada (MPP) le expresaron su solidaridad y el resto le pidió que no se tomara licencia, por lo que Xavier desistió de su propósito, explicaron fuentes de la coalición.