El programa Aduana existe en Uruguay desde 1971 y originalmente estuvo orientado a bajar la mortalidad infantil, enfocado en el primer año de vida. Desde 2011 la población objetivo del programa se amplió a niños de hasta 36 meses. Según declaraciones de la presidenta de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Susana Muñiz, durante el lanzamiento de un manual que fija los procedimientos de los técnicos del programa, recogidas por el portal de Presidencia de la República, el país cambió desde 1971 y el índice de mortalidad infantil se encuentra “muy por debajo” de los dos dígitos. La jerarca sostuvo que 7,8 fallecidos cada 1.000 nacidos vivos supone “otros esfuerzos” y que al gobierno “no sólo le importa que [los niños] sobrevivan, sino las condiciones de su supervivencia”, al igual que la situación de su salud para el futuro y las condiciones para que puedan aprender. “El país no es el mismo, los objetivos no son los mismos, en el marco de un Sistema Nacional Integrado de Salud, en el que se apuesta a un cambio en el modelo de atención, donde la integralidad de los cuidados y del abordaje familiar son importantes”, agregó la jerarca.

Para esta nueva etapa del programa, más de 500 técnicos fueron capacitados en procedimientos a ejecutar en la atención de niños en situación de riesgo y también en visitas domiciliarias integrales. Después del reperfilamiento del programa, el objetivo general pasó a ser asegurar la continuidad asistencial de los niños usuarios de ASSE “a través del acceso universal a servicios de salud de calidad en función de las necesidades asistenciales, priorizando las acciones interinstitucionales e intersectoriales” en el territorio. Además, el programa se plantea brindar atención “integral”, jerarquizar las acciones de promoción de salud, la detección precoz de enfermedades y su tratamiento mediante la estrategia de consultas programadas, “priorizando aquellos niños con requerimientos especiales o con mayor riesgo”. Otro de los objetivos del reperfilamiento del programa Aduana es realizar la asistencia coordinada necesaria “para facilitar el acceso de los niños y sus familias a las prestaciones de salud, educativas y sociales en un marco de derechos, de equidad, justicia social y de desarrollo humano integral”. Además, se prevé que el programa trabaje en forma coordinada con “programas prioritarios nacionales” como Uruguay Crece Contigo, Cercanías y Jóvenes en Red.

En los papeles

En el manual presentado ayer se señalan las debilidades con las que cuenta el programa hasta el momento, y entre ellas se encuentra el “déficit de recursos materiales básicos”, como equipamiento de apoyo y comunicación, y también de equipamiento básico de los servicios del primer nivel de atención para asegurar la calidad de los controles en salud de la población infantil.

Además, en el texto se habla de “limitaciones” del sistema informático y de registro de los datos de seguimiento, que se suman a la “escasez de recursos humanos, cargos estables y con alta dedicación a la tarea”.

El manual también destaca dificultades en la coordinación interinstitucional sostenida en el tiempo para la resolución de problemas detectados en el seguimiento, y habla de fallas en la instrumentación de respuestas oportunas ante situaciones “graves o de especial complejidad”. Otra de las debilidades señaladas es la “falta de homogeneización de procedimientos de trabajo, definiciones conceptuales e intervenciones estandarizadas, con asignación de responsabilidades claras y de flujos de comunicación entre los actores e instituciones”. También se señala que existe una “escasa priorización” de espacios de coordinación intersectorial e interinstitucional para resolver integralmente las problemáticas de los niños. El manual hace referencia a la necesidad de adecuación del sistema de salud ante algunas modificaciones del perfil epidemiológico de los recién nacidos en los últimos años, “con una creciente prevalencia de nacimientos prematuros y de patologías complejas”.

Para contrarrestar estas falencias, a partir de la reorientación del programa se priorizarán todos los niveles de asistencia -y no sólo el primero- a partir del seguimiento del usuario y de garantizar el acceso a las prestaciones según sus necesidades. Además, a diferencia de lo que pasaba antes, ahora se definen condiciones de riesgo y prestaciones correspondientes que deben garantizarse frente a cada necesidad, junto con los responsables de brindarlas, por lo que el programa “adapta las prestaciones a las necesidades”. Otra de las acciones planteadas es la de definir procedimientos homogéneos con aprobación institucional, que sean difundidos entre todo el personal involucrado por medio del manual, con la planificación de actualizaciones periódicas.

La coordinadora del Área Niñez y Adolescencia de ASSE, Dione Carrasco, explicó en el lanzamiento que no todos los niños necesitan el mismo tipo de cuidado y control. Además, marcó la importancia de las visitas domiciliarias porque, por ejemplo, “a veces hay que anticiparse y acompañar a los niños desde los hogares para apoyar a la familia en los cuidados de un niño prematuro”. “Queremos garantizar el trabajo en equipo entre el primer nivel y los hospitales, comunicando a esos equipos. Es fundamental que la información del niño llegue en tiempo y forma al equipo tratante, para garantizar la continuidad asistencial”, concluyó.