Hablar de un evento literario que está por comenzar puede llegar a ser tedioso, por referirse a lugares comunes o por no ofrecer mucho más que la información que circula en las redes. Pero la 13ª Feria Literaria de Paraty (FLIP, por su sigla en portugués) ofrece una coartada más que productiva: la elección de Mário de Andrade (1893-1945) como escritor homenajeado. Con ese norte, la fiesta literaria brasileña trae como invitados a 23 autores nacionales y a 16 extranjeros, así como actividades que abarcan tanto literatura como música, fotografía y teatro, tal como le hubiera gustado a Andrade, figura multifacética y crucial de la cultura brasileña del siglo XX, hoy en día más que vigente.

Hace cuatro años, el autor homenajeado de la FLIP fue Oswald de Andrade, socio de aventuras literarias de Mário de Andrade en la Semana del Arte Moderno de 1922. Los dos Andrade, a pesar de tener el mismo apellido, no compartían lazos familiares, pero sí la voluntad de renovación de una literatura brasileña que consideraban estancada en el preciosismo verbal: “Lirismo: estado efectivo sublime -vecino de la sublime locura. Preocupación por métrica y rima perjudica la naturalidad libre del lirismo objetivado”, esquematizaba en 1922 Mário de Andrade en el prólogo a Paulicéia desvairiada [algo así como “São Paulo desnorteada”, sin traducción al castellano]. El modernismo que promovieron, vanguardia distante del movimiento homónimo en el resto de América Latina, postuló la antropofagia frente a la tradición: devorar y hacer surgir lo nuevo de esa digestión.

Algunos recordarán el film Macunaíma, de 1969, adaptación de la genial y delirante novela de Mário de Andrade. Tal vez incluso recuerden la escena en la que el héroe “sin ningún carácter” corre perseguido por un atemorizante ser que le grita: “Carne de mi pierna”, con clara intención de devorarlo. El gesto cultural de Mário de Andrade es ese mismo. Nos habla de la “digestión” que ha hecho Brasil con la literatura fuera de fronteras, un mascar lo que interesa y transformarlo en síntesis aparentemente imposibles. Allí también está la tensión entre lo regional y lo universal, que leemos en un poema como “O trovador” [El trovador]: “Sou um tupi tangendo um alaúde!” [Soy un tupí tocando un laúd]. La trayectoria intelectual de Andrade ilustra esta inquietud: fue músico, novelista, poeta, cronista, folclorista, y si hubiera vivido más que sus breves 52 años, seguro habría explorado otras áreas. Conocido también por sus incursiones tierra adentro, supo realizar una original revisión del patrimonio material e inmaterial folclórico e indígena brasileño.

Hace poco, por la Ley de Acceso a la Información, una carta enviada por Andrade al poeta Manuel Bandeira debió ser divulgada, a pesar de la reticencia de su familia. ¿El motivo? Confirma la homosexualidad velada del autor, reacio a esas declaraciones. La simplicidad en la misiva de un amigo a otro bien podría servir para taparle la boca a la cruzada homofóbica y en extremo conservadora que vive Brasil en estos tiempos: “Pero, ¿en qué podía contribuir en grandeza o mejoría para ambos, para usted o para mí, que comentáramos y yo le aclarara acerca de mi tan mentada (por los demás) homosexualidad? En nada. ¿Valía de algo que yo mostrara cuánto de exageración hay en esas continuas conversaciones sociales? No servía de nada porque usted no es individuo de intrigas sociales”. La carta en su totalidad, que ya había sido publicada con la omisión de esos fragmentos, también muestra la enemistad que Mário de Andrade ya tenía por aquel entonces, a fines de los años 20, con Oswald.

Las mesas

Volviendo a la programación general, la curaduría de la FLIP, a cargo del editor Paulo Werneck, casi consigue la proeza de convocar de cada pueblo un paisano. Estarán en Paraty el keniano Ngugi wa Thiong’o, escritor que ha reivindicado escribir en su kikuyu materno, y ha sufrido las consecuencias de esa decisión. Nominado al Nobel en 2010, y escasamente traducido al castellano, tendrá al mismo tiempo abierta la puerta grande de la editorial Companhia das Letras, que ha lanzado la traducción de la novela A Grain of Wheat como Um grão de trigo. El keniano compartirá la mesa “Escribir al sur” con el novelista australiano Richard Flanagan, ganador del Man Booker Prize de 2014 con The Narrow Road to the Deep North. La novela, que ha sido lanzada en portugués, cuenta en clave ficcional la historia de su padre, prisionero de los soldados japoneses en Birmania durante la Segunda Guerra Mundial.

Por otra parte, la curaduría de Werneck, que ejerce por tercera vez esta función, se ha traducido en una mayor apertura del concepto de literatura y en la articulación con otras artes. El año pasado, por ejemplo, el autor homenajeado fue el humorista y dibujante Millôr Fernandes, lo que significó una revitalización del humor como pilar de las actividades de la fiesta. Werneck, él mismo periodista -fue editor del cuaderno Ilustríssima de Folha por tres años-, ha defendido ese acercamiento al público en general y la oferta de una programación que no les tenga miedo a los márgenes de la literatura más institucionalizada.

Ejemplo de lo anterior es la mesa “De globos y blasfemias”, que convoca a los caricaturistas franceses Riad Sattouf, de origen sirio y colaborador de Charlie Hebdo hasta 2014, y Jean Plantureux, Plantu, entrevistado por la diaria el 27 de marzo, junto al brasileño Rafa Campos. En un año muy sensible, es muy probable que el estado del arte que tienen como misión hacer vaya por el análisis de la libertad de prensa y expresión. Pero no solamente ellos discutirán esas fronteras. Estará también el periodista italiano Roberto Saviano, autor de Gomorra y CeroCeroCero, uno de los invitados que más expectativa ha suscitado.

Ya en temas menos controvertidos, aunque dentro de la flexibilización de las fronteras de la literatura, está la mesa “Los hombres que calculaban”, que reunirá al premiado matemático brasileño Artur Ávila y al matemático ruso-estadounidense Edward Frenkel. Con apoyo de la revista Piauí, conocida por sus reportajes en los que se ofrecen viajes de largo aliento por las ciencias, en clave de vidas particulares, la mesa buscará discutir la intimidad de la vida entre números.

Los otros vecinos

Si bien Uruguay no cuenta con ningún invitado a la FLIP -la presencia oriental en Brasil en general sigue siendo de a cucharaditas-, Argentina sí estará representada con la presencia del novelista Diego Vecchio y de la ensayista Beatriz Sarlo, invitada en la mesa inaugural “Las márgenes de Mário”. La empresa de Sarlo es destacable: busca relacionar el modernismo brasileño con las vanguardias latinoamericanas de los años 20. Sobre ese asunto, adelantó a Correio Brasiliense acerca del momento en que entró en contacto con este universo brasileño: “Rápidamente, percibí la relación con las vanguardias argentinas de la misma época: el carácter pulsional y la fusión que descubrí en Mário de Andrade, su sensibilidad más exploratoria y disruptiva”.

El resto de las atracciones que tendrá la fiesta literaria darían para llenar varios párrafos más. Valga por ahora referir que, aunque Paraty está lejos de Uruguay, las actividades de la FLIP se pueden leer/ver y escuchar en los varios canales de divulgación de www.flip.org.br.