Si se mira la información sobre donaciones especiales incluida en el proyecto de ley de Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal correspondiente al año pasado, se está mirando una línea roja que asciende a lo loco. Desde 2010 a 2014 las donaciones especiales se sextuplicaron: pasaron de unos 50 millones de pesos a 298 millones. Ese número significa un costo fiscal de 247 millones de pesos en 2014. En otras palabras, el Estado financia -de forma ascendente y continua- cada vez más emprendimientos, de gestión privada y pública, por medio de la renuncia fiscal.

La ley de Reforma Tributaria prevé la posibilidad de realizar exoneraciones tributarias especiales a las donaciones realizadas a instituciones de enseñanza, salud y apoyo a la niñez. Esa exoneración implica la renuncia fiscal del Estado equivalente a 83% del monto donado, lo que significa que el aporte del donante en realidad es sólo de 17% del total.

Según lo presentado en el informe, 36,5% -108.864.412 pesos-del total de las donaciones especiales recibidas en 2014 fue destinado a seis instituciones de educación primaria, secundaria y técnico profesional; 30,9% -92.377.926 pesos-, a 22 instituciones de educación terciaria e investigación; 17,7% -53.043.138-, a cinco instituciones de salud; 14,7%, a nueve instituciones de apoyo a la niñez y adolescencia, y 0,01%, al Plan Juntos. Sin embargo, la cifra de 298.178.108 pesos recibidos no coincide con la de lo solicitado por las instituciones, que sumado la triplica -908.033.200 pesos-, ni con la de lo aprobado por el Ministerio de Economía y Finanzas, que en total la duplica -432.808.932 pesos-.

Atentti

En 2010, sólo dos instituciones de educación primaria, secundaria y técnico profesional recibieron donaciones especiales: el liceo Jubilar y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En ese entonces el monto total fue de 31.767.039 pesos, de los que 500.000 fueron a Jubilar. En 2011 se sumó la Fundación Impulso -liceo Impulso-, y en total todas las instituciones sumaron 45.391.272 pesos. ANEP recibió menos que el año anterior, 26.959.379 pesos; la fundación Impulso se inició con 12.139.573 pesos, y Jubilar aumentó su arca 12 veces y alcanzó 6.292.320 pesos.

2012 fue un año de quiebre, que marcó la tendencia que se mantiene hasta la actualidad: las instituciones privadas han recibido más que las públicas. Sólo la Fundación Impulso recaudó casi seis millones de pesos más que la ANEP y el liceo Jubilar juntos -16.593.698 pesos-, y además, lo recibido por ANEP cayó casi seis veces: sólo alcanzó 4.781.875 pesos. En 2013 se sumó a la lista el colegio María Auxiliadora y recibió 950.000. Ese mismo año la Fundación Impulso recibió 18.048.441 millones más que las tres instituciones juntas. En 2014 se añadieron dos instituciones más: los liceos Providencia y Francisco, pero la tendencia no cambió. La Fundación Impulso casi duplicó lo recibido por donaciones y alcanzó 66.211.492 pesos, casi 23 millones y medio más que el total del resto de las instituciones.

Hecha la ley, hecha la trampa

La primera ley que aprobó las donaciones especiales es de 1996, segundo año de la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti, y en lo esencial estipula lo mismo que la última, que fue promulgada en 2011, y lo mismo que se presentó en este proyecto de ley de Rendición de Cuentas -sólo se fijó el plazo máximo para presentar los proyectos a ser promovidos: 31 de marzo-. La ley dice que “las donaciones que las empresas contribuyentes del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas e Impuesto al Patrimonio realicen [...] gozarán del siguiente beneficio: el 75% del total de las sumas entregadas […] se imputará como pago a cuenta de los tributos mencionados”. Agrega que “el 25% restante podrá ser imputado a todos los efectos fiscales como gasto de la empresa”. A su vez, la ley establece que el Poder Ejecutivo determinará “los topes a los montos totales destinados a la ejecución de proyectos por este régimen. También podrá fijar topes individuales para cada entidad beneficiaria o grupo de entidades de similar naturaleza, así como por donante”.

En ese sentido, hay que aclarar que las entidades que reciban subsidios o subvenciones del Presupuesto Nacional deberán optar entre percibir el beneficio del Estado o las donaciones especiales. Un dato no menor es que las instituciones que pueden recibir donaciones están estipuladas por ley, pero es el contribuyente el que decide a cuál de ellas aporta.