La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) completó su solicitud para la elaboración del presupuesto quinquenal. En salud mental se buscará “apoyar el cambio de modelo en el camino de la deshospitalización, la desinstitucionalización y la desmanicomialización”, explicó a la diaria Horacio Porciúncula, director de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de ASSE. La estrategia de avanzar en la atención comunitaria en lugar de aislar a las personas con patologías psiquiátricas en grandes instituciones asilares -como lo son las colonias psiquiátricas y el hospital Vilardebó- había sido consensuada a la salida de la dictadura, en 1986, cuando se elaboró el Plan Nacional de Salud Mental. Forma parte de compromisos internacionales firmados por Uruguay que hacen foco en el respeto de la dignidad de las personas y en el pleno goce de los derechos humanos y civiles, y también es respaldada por profesionales, familiares y usuarios de servicios de salud mental, así como por los resultados del modelo asilar.

Acciones tan básicas como resolver a qué hora levantarse, qué ropa ponerse, qué cocinar, qué comer, qué leer o qué mirar en la televisión no pueden practicarse si se vive con otras 300 personas. Para fortalecer la autonomía y la intimidad, pero también los vínculos con la comunidad, es que ASSE propone crear 25 casas de medio camino en el quinquenio, cinco por año. La propuesta es que “en vez de estar internados por períodos prolongados, luego de salir de una situación crítica, puedan ser partícipes de su vida cotidiana”, afirmó Porciúncula. Las casas estarán distribuidas en todo el territorio nacional y albergarán a unas 300 personas, entre 12 y 15 por casa. El director señaló que “no se propone un modelo único sino un abanico de alternativas”: las casas serán diferentes de acuerdo al grado de afectación que tengan las personas que pasen por allí, el nivel de dependencia, las problemáticas sociales o enfermedades asociadas. Las atenderán equipos de salud mental pero también especialistas de otras áreas y se piensa que algunas puedan funcionar sólo con un monitoreo bisemanal, comentó el jerarca.

No se parte de la nada, sino de la experiencia de cuatro casas de medio camino que ya tiene ASSE, en asociación con el Patronato del Psicópata o con el Ministerio de Desarrollo Social -dos en Montevideo, una en Treinta y Tres, una en Lavalleja- y una quinta experiencia que se está creando en Montevideo para pacientes judiciales. Porciúncula valoró que la inserción en la comunidad ha sido buena y que “no ha generado ningún ruido” en los lugares donde se han creado, lo que derriba ciertos mitos y resistencias.

Menos colonias

Al tiempo que se propone avanzar en la atención comunitaria, ASSE busca disminuir el modelo asilar. Porciúncula anunció que “está prácticamente cerrada” una licitación para demoler tres pabellones de la Colonia Etchepare: el 24 -que era el de seguridad- el 29 y el 30. Esos tres establecimientos habían sido observados en la inspección que realizó la jueza Viviana Granese cuando el 28 de marzo intimó a ASSE y a la dirección de las colonias psiquiátricas a que en un plazo de diez días redistribuyera los pacientes que se encontraban en ellos, por estar “en situación de riesgo físico, mental y carentes de una protección integral de su salud física y absolutamente vulnerados en sus derechos”.

La decisión de demoler esos tres pabellones se tomó para “evitar una situación de riesgo”, dijo Porciúncula, mencionando que personas que vivían allí todavía querían volver porque consideraban que ese lugar era su hogar. A diferencia de los dos primeros gobiernos frenteamplistas, que optaron por invertir en la reparación y remodelación de los viejos pabellones de las colonias, el actual directorio de ASSE consideró que en lugar de invertir en la reparación de los pabellones es preferible destinar recursos para generar un cambio del modelo asistencial. Porciúncula marcó, de todos modos, una continuidad. Dijo que el cambio de modelo es parte de “un proceso que lleva más de diez años” y que no se trata de “decisiones de escritorio”. Justificó que ahora puede hacerse porque se han superado tres barreras: económicas, de recursos humanos y de avances farmacológicos. Señaló, además, que es posible porque ASSE tiene 47 equipos de salud mental desplegados en todo el país.