El plan de lucha que anunció el PIT-CNT no dio lugar a vacilaciones en la interna sindical. La Mesa Representativa de la central lo aprobó por unanimidad junto al paro general previsto para el 6 de agosto, aunque la medida deberá ser ratificada nuevamente por este órgano en 15 días, una vez que se haya discutido en la interna de los sindicatos. Además, se aprobó una serie de propuestas para que el presupuesto quinquenal contemple inversiones en infraestructura, educación y salud.

El ex ministro de Desarrollo Social Daniel Olesker, como miembro del Instituto Cuesta Duarte, fue el encargado de exponer un informe sobre los posibles mecanismos para financiar ese presupuesto. Propone aumentar el IVA a productos suntuarios, crear una nueva franja del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas para los salarios más elevados, establecer franjas en el Impuesto a la Renta de las Actividades Empresariales, eliminar exoneraciones impositivas a grandes empresas y utilizar las reservas internacionales.

Estiman que así se podrían incrementar las inversiones públicas en cerca de 2.500 millones de dólares. De esa cifra, unos 1.000 millones provendrían de los cambios tributarios propuestos, y los 1.500 millones restantes, de las reservas internacionales. El secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, sostuvo que, si bien es necesario un nivel óptimo de reservas para “estar blindados a los compromisos vinculados al endeudamiento público, por arriba de ese óptimo, las reservas empiezan a generar costos, porque generan pago de intereses”. “Es posible utilizar, no a lo loco, pero sí una parte razonable de las reservas”.

Esta propuesta que la central intenta poner en el debate público ya había sido manejada por el vicepresidente Raúl Sendic. El jerarca dijo a Radio Carve el miércoles que era necesario “analizar la posibilidad de empezar, gradual y responsablemente, a deshacer posición en relación a las reservas internacionales”. Sin embargo, la alternativa no tiene el aval del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, que ni siquiera piensa en esa posibilidad, ya que cree que las reservas son “una fortaleza que el país tiene que cuidar mucho, porque de ella dependen la confianza de los inversores, el crecimiento, la política de avance ante las dificultades, el empleo, los salarios y, en definitiva, las condiciones de vida de la gente”.