75 personas con discapacidad ingresaron a trabajar al Estado en 2014, lo que representó 1,04% de las vacantes generadas ese año (7.233 en total). El porcentaje es muy inferior a lo que determina la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Personas con Discapacidad (18.651), que establece que la cifra debe ser al menos de 4%, aunque, en términos absolutos, se trata del año con mayor ingreso de personas con discapacidad en la historia.
Si la norma se hubiera cumplido, el año pasado deberían haber ingresado 289 personas con discapacidad a la función pública. El porcentaje de 2014 es superior al registrado en 2012 (0,4%) y 2011 (0,65%), aunque no al de 2013 (1,26%). Los datos surgen del informe incluido en la Rendición de Cuentas que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento.
Los organismos que cumplieron con el porcentaje establecido en la norma no fueron muchos: el Poder Legislativo; los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca, Turismo y Deporte, Salud Pública y Desarrollo Social; el Banco República y el Banco de Seguros; y las intendencias de Cerro Largo (Partido Nacional), Maldonado (Frente Amplio) y Rivera (Partido Colorado).
El incumplimiento más flagrante fue en los organismos públicos no estatales, regidos por el derecho privado: ninguna de las 551 vacantes que se produjeron fueron ocupadas por personas con discapacidad. Salvo las tres intendencias mencionadas, los gobiernos departamentales tampoco estuvieron cerca: de 1.871 vacantes generadas sólo 11 correspondieron a personas con discapacidad (0,58%). Peor registro consiguieron los organismos del artículo 220 de la Constitución (entes autónomos y servicios descentralizados): apenas cinco vacantes de un total de 2.057 (0,34%).
La mayoría de quienes ingresaron tiene una discapacidad física (70%); sólo 13% tiene algún tipo de discapacidad intelectual. El restante 17% está clasificado bajo la categoría “otras discapacidades”. Casi la mitad de las personas con discapacidad que ingresaron tienen entre 30 y 49 años (49%).
De 2000 a 2014 las personas con discapacidad han llenado 401 vacantes en el Estado (aunque no se incluyeron los datos de 2005 en el informe). El que más incorporó fue OSE (45), seguido por la Intendencia de Montevideo (37), mientras que entre los que cuentan con menos personas con discapacidad en términos absolutos se encuentra Presidencia de la República, con apenas un ingreso este año.
Otra proporción
La Rendición de Cuentas también incluyó, por primera vez, un informe sobre el ingreso de personas afrodescendientes al Estado, previsto en la Ley 19.122, que estableció que todos los organismos públicos están obligados a destinar 8% de los puestos de trabajo a afrodescendientes, siempre y cuando cumplan con los requisitos constitucionales y legales para acceder a estas plazas.
El informe revela que en 2014 ingresaron al Estado 140 afrodescendientes, cuya enorme mayoría (90) engrosaron las filas del personal subalterno del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) como soldados. En total, el porcentaje de contrataciones de afrodescendientes está muy lejos de cumplir con lo que marca la norma y apenas alcanza 1,1% de los ingresos en 2014.
El mayor incumplimiento se produjo en los organismos del artículo 220 de la Constitución: ingresaron 1.666 personas y ninguna de ellas era afrodescendiente. En cambio, el mejor número lo tiene el Poder Ejecutivo con 1,7% (casi 90% de los ingresos responden al MDN).
En total, apenas cuatro organismos cumplieron con la cuota prevista en la norma: las intendencias de Cerro Largo y Rivera, el Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional. 76% de los funcionarios que entraron tienen entre 18 y 29 años, y 65% son hombres.
El informe también realiza un resumen de llamados que tuvieron en cuenta especialmente a los afrodescendientes. Por ejemplo, en el Ministerio de Turismo y Deporte se hizo una convocatoria para dos puestos destinados a afrodescendientes, incluidos en un total de 11 plazas a cubrir para tareas administrativas en Montevideo durante la temporada de verano. El llamado se definió mediante un sorteo.