El jueves 16 el equipo de antropólogos de la Universidad de la República (Udelar) retomará las excavaciones en el Batallón de Infantería Nº 13 y en el Servicio de Materiales y Armamentos, confirmó a la diaria la titular de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia de la República, Isabel Wschebor.
El juez Pedro Salazar ingresará al predio junto con el Grupo por Verdad y Justicia. También están convocados el rector de la Udelar, Roberto Markarian, y el prorrector de Extensión, Hugo Rodríguez. El magistrado labrará acta de los sitios que quedaron cautelados y diez antropólogos retomarán las excavaciones que están suspendidas desde diciembre de 2014. En estos seis meses, mientras esperaban la renovación del convenio con Presidencia, los integrantes del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) realizaron tareas de laboratorio.
El trabajo técnico en el Batallón Nº 13 se da en el marco de la causa que investiga la desaparición forzada de María Claudia García Iruretagoyena de Gelman, que fue secuestrada junto con su esposo, Marcelo Gelman, por agentes de seguridad en su casa de Buenos Aires el 24 de agosto de 1976. Ambos fueron trasladados al centro clandestino de detención (CCD) Automotores Orletti, donde Marcelo fue torturado y permaneció hasta fines de setiembre; luego lo “trasladaron”. Fue asesinado, y sus restos se hallaron en 1989 en la localidad de San Fernando.
María Claudia fue vista en el CCD por última vez el 7 de octubre de 1976. La trasladaron a Uruguay en un vuelo clandestino de la Fuerza Aérea Uruguaya. Fue recluida en la sede de la División III del Servicio de Información y Defensa (SID). A finales de octubre o principios de noviembre, fue llevada al Hospital Militar, donde dio a luz una niña -Macarena, quien recuperó su identidad en 2000-, y luego fue conducida nuevamente al SID, junto con su bebé. Allí permaneció hasta finales de diciembre de 1976, de donde fue sacada por los militares luego de que le sustrayeran a su hija. Hasta ahora se desconoce su destino.
En 2005, el GIAF identificó los restos óseos de Fernando Miranda en el Batallón Nº 13. En el lugar hay un galpón en el que funcionó el CCD conocido como El Infierno Grande o 300 Carlos.