Ayer llegó, como esas cosas que nos paralizan, la noticia de que había fallecido Géza Stari, un compañero entrañable, luchador de toda la vida, profesor y luego director de liceo.
Fundador de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), llegó a Buenos Aires con cincuenta pesos y todo embarrado, perseguido por la dictadura.
Fue el responsable del Partido Comunista del Uruguay en Argentina y jugó desde allí un gran papel de apoyo a la resistencia dentro del país. Sencillo, humano, fraterno, su nombre “de batalla” era Artemio y luchó incansablemente por la restitución de la democracia en Uruguay.
En diciembre de 1983 llegamos a Buenos Aires clandestinos con el compañero Ramón Cabrera, a una reunión con Rodney Arismendi, que había llegado a Argentina. El anfitrión fue “Artemio” y pasamos tres días concentrados en una casa propiedad del Partido Comunista argentino.
Luego nos llevó a una casa junto a la vía del tren, que usaba cuando íbamos compañeros “de adentro”.
Cuando cayó la dictadura volvió a Uruguay y a su trabajo de profesor de matemáticas; luego fue director del Liceo 19, se jubiló y pasó a integrar el Directorio del Banco de Previsión Social en representación de los jubilados.
Es difícil despedir a un compañero tan querido y que tanto aportó. A sus 80 y pico, siempre se preocupaba cómo iba el gobierno de su querido Frente Amplio.
Hasta siempre, querido “Artemio”.