19 meses pasaron desde que se aprobó la ley que reguló el mercado del cannabis y una de sus tres patas todavía no funciona, a pesar de que la norma ya está reglamentada. Se trata del mecanismo de consumo que a priori se consideraba que sería el más masivo: la venta de marihuana en las farmacias.

El largo proceso licitatorio para la selección de hasta cinco empresas interesadas en producir y cosechar la planta comenzó en diciembre de 2014, y es improbable que las farmacias comiencen a vender los primeros cogollos antes de 2016. La licitación se aplazó en varias oportunidades, y no hubo novedades formales desde que el presidente Tabaré Vázquez se instaló en la Torre Ejecutiva. El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, dijo ayer a la diaria que las empresas continúan aportando la documentación que se les pide y que se decidió hacer una nueva extensión de prórroga de 20 días. El plazo, informaron desde el gobierno, vencerá cerca del 25 de agosto, y esta vez se tratará de la última prórroga.

Las principales dilataciones en la licitación se generaron a raíz del artículo 7º del decreto reglamentario de la norma, que exige al Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) que solicite información “relativa a la estructura societaria del postulante” para una “adecuada identificación y conocimiento del beneficiario final”, y también sobre los fondos “que se propone destinar a la ejecución del proyecto”, respetando la normativa “acerca de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo”. Los aspectos de seguridad juegan un papel importante en los planes del Ircca. No sólo en cuanto a la protección del predio en el que se plantará el cannabis que será dispensado en las farmacias, sino también en la vigilancia de estos comercios. El jueves 9 de julio Búsqueda publicó un borrador de las condiciones que el Ircca les exigiría a las farmacias, con detalles de sus ganancias sobre el precio del producto (30%) y del máximo monto que podrán almacenar en sus recintos (dos kilos). A pesar de esa información, el tesorero del Centro de Farmacias del Uruguay, Hugo Rocha, dijo que la gremial aún no ha tenido contacto con ese documento.

Ante tan prolongado proceso, la incertidumbre ha aumentado. Federico Marín, del Movimiento por la Liberación del Cannabis, consideró que la venta de marihuana en las farmacias está “bastante trancada”. “No nos dicen quiénes son los licenciatarios posibles ni por qué se demora tanto”, señaló. También se quejó de que el decreto reglamentario prohíbe a los clubes promocionarse, lo que termina dificultando su propia existencia: “Nadie sabe dónde están los clubes. El Estado debería brindar información sobre ellos”.

En tanto, Juan Vaz, de la Asociación de Estudios del Cannabis del Uruguay, dijo que como autocultivadores nunca estuvieron interesados en que se vendiera marihuana en las farmacias. “Sí pretendíamos que los clubes fueran más grandes. Era más fácil controlar menos clubes y más grandes que controlar muchos y más chicos”.