La situación laboral de Juan Lacaze está cada vez más complicada. A la pérdida de fuentes de trabajo en la industria textil que se registró en las últimas dos décadas, se suma ahora la incertidumbre sobre el futuro de Fanapel, la otra industria fuerte de esta ciudad de Colonia. La papelera resolvió hace unos días -tras un intento fallido de producir celulosa con pino, en lugar de eucalipto- cerrar definitivamente sus plantas de producción de esa materia prima y reubicar a los trabajadores afectados en otras áreas de la fábrica, pero sin mantener la categoría salarial. El sindicato papelero se declaró en conflicto y hoy se llevará a cabo una reunión tripartita, con la empresa y con dos representantes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS): el subsecretario, Julio Baráibar, y el director nacional de Trabajo, Juan Castillo. “Estamos muy preocupados. Desde el MTSS intentaremos propiciar el mejor diálogo entre la empresa y los trabajadores. Es preocupante por el futuro de Juan Lacaze, que depende mucho de sus industrias y que viene de muchos años de crisis”, explicó Baráibar, quien se excusó de hacer más comentarios porque todavía no estaba al tanto de los cambios de estos últimos días.
Agustín Buffa, secretario general del Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa, explicó que la pérdida de fuentes de empleo en Fanapel ha sido incesante en los últimos años: en 2009 trabajaban en la planta unas 550 personas, pero ahora, según estimó, quedan unos 260 empleados. El último conflicto está relacionado con la reconversión en el proceso de producción de celulosa. “El proyecto fracasó porque las plantas no fueron totalmente reacondicionadas para el pino. No hubo nada de innovación”, sintetizó el sindicalista. Ahora la empresa empezó a comprarle celulosa a UPM, a un valor aproximado de 530 dólares la tonelada, cuando el costo de producción en la planta de Juan Lacaze estaba siendo de entre 700 y 750 dólares. Antes de la reconversión, explicó Buffa, unos 60 trabajadores ya habían sido enviados al seguro de paro; algunos de ellos optaron por una jubilación anticipada y otros por cobrar un despido. El nuevo conflicto se generó con la reubicación de 37 trabajadores del sector de producción de celulosa en áreas que tienen categorías inferiores, lo que implicó rebajas salariales importantes, explicó Buffa. En la reunión tripartita de hoy, el sindicato hará hincapié en que la situación de Fanapel tiene consecuencias sociales importantes. “Es la única industria importante que queda en el pueblo, y no estamos entendiendo qué pretende hacer la empresa. Un cierre sería caótico para todo Juan Lacaze, que en los últimos años no ha parado de perder fuentes de trabajo”, concluyó Buffa.