El grupo del Frente Amplio (FA) Casa Grande inauguró ayer su nuevo local, ubicado en Carlos Quijano y San José, con una actividad denominada “La izquierda en su encrucijada, el FA y el día después”, en referencia al Plenario Nacional que aceptó la renuncia de Mónica Xavier como presidenta de la fuerza política. El primero en exponer fue el politólogo Gabriel Delacoste (Casa Grande), quien comenzó reflexionando sobre la declaración de esencialidad en la educación pública. “El lunes no fue un día como cualquiera. Pasó algo que impactó y hay que hacerse cargo de eso. En este contexto complicado, no resulta evidente qué hacer y toda postura va a ser difícil y ambigua”, agregó.

Delacoste hizo referencia a las dificultades que tienen los gobiernos progresistas de la región y dijo que “es un contexto complicado para ser de izquierda”. “Pero no es la primera vez que pasa algo así. Me hace pensar en los 80, cuando de un día para el otro, partidos que tenían muy buenas credenciales de izquierda se hicieron neoliberales”, ejemplificó. Para Delacoste, y aclarando que era su opinión personal, “ya no se puede decir que la izquierda es sólo el FA”. “Hacemos de cuenta que Unidad Popular no existe y tiene un diputado”, dijo. Finalmente, opinó que “es muy difícil hablar bien del FA” entre los estudiantes o en una marcha feminista. “Los que están por izquierda están muy enojados, y con razón. Y dada esta situación de la base histórica del FA, algo muy malo está pasando y tenemos que actuar al respecto. Éstos no son caprichos de grupos radicalizados. Es una mirada de la sociedad”, indicó.

Después habló la ex senadora Margarita Percovich (Casa Grande). Dijo que existe en las bases del FA “un reclamo ridículo” de volver a los principios fundacionales de 1971, “como si el mundo no hubiera cambiado”. “¿Por qué hay una parte de los frenteamplistas que todavía reclama cosas que no se compadecen con la realidad de hoy ni con la evolución de la sociedad?”, preguntó. Para Percovich, hoy en día, “la justicia material y el reparto de bienes y servicios están en igualdad de condiciones con relación a la defensa de la dignidad de las personas”, y el FA tiene que “actualizar el pensamiento” porque “ha estado muy atrasado en eso”. “Uno de los grandes problemas del FA es la falta de reflexión política. Sólo discutimos cuando vamos a un congreso, y ahí sólo decidimos el programa del próximo gobierno”, agregó. La ex senadora dijo que otro tema que se ha dejado de lado es la “mirada estratégica permanente”, y consideró que hubo temas, como el de la educación, que “son de largo plazo” y se resolvieron mal porque “ganó el corto plazo”, y “el demostrar eficiencia” para dar “respuesta inmediata a la presión” de la oposición y los grandes medios de comunicación.

El ex senador Enrique Rubio (Vertiente Artiguista) señaló que la reflexión ideológica y estratégica en serio fue “cooptada por la institucionalidad y por el poder y se quedó en la coyuntura”. “Y al quedar en el corto plazo, fue absorbida por la maraña del día a día”, añadió. También expresó que “terminó la autocomplacencia y el margen de maniobra ilimitado” y se va a ingresar en un ciclo “con importantes restricciones”, por lo que “es ineludible reflexionar”. Rubio opinó que el FA abandonó espacios de la sociedad y que hay que “rectificar rumbos” porque no se ha “peleado por la hegemonía cultural”. “¿Cómo se levanta la fuerza política para hacer todo esto? El camino no es burocratizarla más de lo que está. El mejor camino es abrir la puerta y que la gente irrumpa. Admitamos todas las formas de organizaciones, incluso las que desconocemos”, afirmó.

Por su parte, el senador Marcos Carámbula (Espacio 1001) destacó “la unidad” que había previo a las elecciones de octubre del año pasado, en la que todos pusieron “toda la carne en el asador, porque en esa instancia se daba la contradicción oligarquía-pueblo”. La comparó con la situación actual, en la que hasta hace un par de semanas la fuerza política estaba “enfrascada hacia adentro”, discutiendo sobre la presidencia del FA. Carámbula dijo que hay “un embate de la derecha dirigido a quebrar la concepción de las empresas públicas” que tiene el FA, y opinó que en el tema de la educación hay que dar una “discusión más de fondo” de “qué resultados se obtuvieron” con el importante incremento de los recursos que hubo. Finalmente, señaló que el FA debe centrarse en una reforma constitucional “sobre la base de una nueva agenda de derechos”.

Para cerrar, habló la senadora Constanza Moreira (Casa Grande), quien criticó la resolución del Plenario Nacional de aceptar la renuncia de Xavier como presidenta del FA. Moreira expresó que el FA tiene que “hacer una mezcla virtuosa de la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción” y que la toma de decisiones en base sólo a las convicciones, como la de la incompatibilidad de los cargos, no es buena.

Para Moreira “el diálogo” sobre si Xavier “quedaba o no se transformó en un monólogo” y el FA “estrenó una lógica de la confrontación pura y dura”. Propuso, al final, crear una intersocial del FA con los movimientos sociales para mantener un vínculo permanente; conectar al FA por medio de algún instrumento político con “el mundo virtual”; y criticó los criterios que se manejan para elegir un nuevo presidente del FA.