“Gracias por seguir caminando junto a Norma Morroni; es la única forma de alcanzar justicia”, se dijo ayer por los altoparlantes, al comienzo del breve acto de cierre de la Marcha del Filtro, 21 años después del 24 de agosto de 1994, cuando una manifestación de protesta contra la extradición a España de tres ciudadanos vascos, acusados de pertenecer a la organización Euskadi Ta Askatusuna (ETA), fue brutalmente reprimida por la Policía, como no había pasado desde el final de la dictadura. Sobre el final del período de gobierno del presidente Luis Alberto Lacalle y cuando el ministro del Interior era Ángel María Gianola, un operativo combinado de efectivos de la Guardia Metropolitana, la Guardia Republicana, el Cuerpo de Radio Patrulla y policías de seccionales de las inmediaciones del Hospital Filtro, donde estaban internados los vascos y se realizaba una masiva concentración, dejó un saldo de dos muertos y cerca de 100 heridos graves, entre ellos unos 15 por impacto de bala. La Policía disparó munición viva en forma indiscriminada, alcanzando a manifestantes, pero también a personal de la salud que atendía heridos y a vecinos de la zona que salieron a la vereda de sus casas a ver lo que ocurría. Desde ese suceso, conocido como la Masacre de Jacinto Vera o Masacre del Filtro, todos los años se realiza una marcha para exigir justicia, ya que ningún responsable -policía o civil- de los hechos ha sido investigado ni eventualmente condenado.

Exactamente enfrente de donde Fernando Morroni murió asesinado, a consecuencia de que 12 proyectiles impactaron en su espalda, y donde ahora funciona el panorámico McDonald’s de Nuevocentro Shopping, culminó la movilización que había comenzado, como es tradicional, en el Obelisco. Además de Morroni, también fue asesinado esa noche, en la puerta de su casa, Roberto Facal, funcionario de la Universidad de la República y militante barrial.

Ya que estamos, seguimos

La de ayer fue una de las marchas más grandes de los últimos años. “Mirá lo que logró María Julia Muñoz con la declaración de esencialidad en la educación pública”, expresó un manifestante. Es que a ese duro casco de militantes que año tras año se autoconvoca como Coordinación 24 de Agosto y que el año pasado marchó bajo lluvia y granizo, se sumó ayer una columna de estudiantes, docentes y trabajadores de la enseñanza pública que llegó por la avenida 18 de Julio desde la Torre Ejecutiva, donde habían estado desde temprano protestando contra el decreto de esencialidad anunciado por el Poder Ejecutivo. “Gobierno progresista, decreto pachequista”, coreaban los que, a ritmo de batucada, llegaron hasta el Obelisco para unirse a la movilización encabezada por una pancarta con la inscripción: “21 años del Filtro, el Estado policial continúa”. La marcha tomó Bulevar Artigas, abarcando una de sus manos, pasó frente a un totalmente vallado Comando General del Ejército, donde el agite se hizo más fuerte, y terminó con un acto enfrente de donde antes funcionaban los talleres de la empresa de ómnibus CUTCSA, donde Morroni fue emboscado por policías cuando intentaba protegerse en su interior.

“Esta marcha es el emblema de la noche que mataron a Roberto, a Fernando. Es la noche en que muchos jóvenes sufrieron en carne propia la furia asesina de los aparatos represivos”, dijo uno de los oradores, en representación de Plenaria Memoria y Justicia. “Nos preguntamos: ¿a qué te podés acostumbrar? A que nos quieran disparar por la espalda, a que aceptemos vivir controlados por el Guardián, por drones, a que nos puedan identificar y torturar, a que nos hagan sufrir miedo, a que en lugar de presupuesto para la salud y la educación haya presupuesto para la represión y las Fuerzas Armadas”, dijo otra oradora, que finalizó exigiendo “justicia”.

También habló un representante de la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR), de la que era afiliado Facal, y el acto finalizó con palabras de Norma Morroni, la madre de Fernando, que agradeció “a toda la gente” que la sigue acompañando, especialmente a los estudiantes, docentes y trabajadores de la educación que fueron ayer. “No venganza, sí justicia”, expresó.

Desclasificación

El 11 de agosto Norma Morroni concurrió a la sede del Ministerio del Interior para recibir documentación de los archivos de Inteligencia de la Policía sobre los sucesos del Filtro y la muerte de su hijo. Según contó a la diaria, le había solicitado en persona al propio ministro Eduardo Bonomi que se le permitiera acceder a esa información clasificada. Sin embargo, ese día no recibió los archivos que quería. “Hace unos años me entregaron algunos documentos, pero nada que fuera esencialmente del Filtro, y lo que nos interesa es lo que falta, que son los archivos de Inteligencia”, manifestó. Morroni quiere “tener la certeza” de que ciertos nombres de policías responsables de la muerte de su hijo, que ya conoce “por otras vías”, coinciden con la información oficial. “Faltan nombres y lo que queremos es que el caso pueda ser calificado como un asesinato, porque fueron 12 balazos y por la espalda”, explicó Morroni. El mismo trámite está realizando AFFUR para conseguir información sobre la muerte de Facal.