De a poco, pero con constancia, los instrumentos de dinero electrónico vienen ganando lugar en la matriz del sistema de pagos minorista, esto es, las transacciones que realizan empresas y hogares. Un informe del Banco Central del Uruguay (BCU) repasa lo acontecido en los primeros seis meses del año, período en el que se realizaron más de 83 millones de operaciones, por un monto asociado a 278.548 millones de dólares.

El uso de tarjetas de crédito lidera el sistema de intercambio, a una razón de 56% sobre el total, y continúa creciendo de forma sostenida. “Puede afirmarse que, en promedio, cada habitante tiene 2,5 tarjetas”, establece el informe, aunque nota que el incremento en su uso en este período es el más bajo desde el primer semestre de 2012. Casi 47 millones de operaciones fueron realizadas por este tipo de instrumentos, mientras que en el primer semestre de 2014 fueron casi 43. El monto asociado a dichas transacciones, sin embargo, se mantuvo estable, en 2.300 millones de dólares.

Continuó profundizándose, a su vez, la utilización de la tarjeta de débito. Se registraron incrementos de 275% y 230% respecto del primer semestre de 2014 en cantidad de operaciones (que pasaron de cuatro millones a más de 15 en 2015) y montos (que crecieron de 222 millones de dólares a 700). “Esta constatación indica que la utilización de este medio de pago continúa acentuándose y pareciera que es un fenómeno que se consolida con el transcurso del tiempo”, se observa.

También se incrementó el uso de débitos directos, de 2,8 millones a 3,3, “similar al verificado en el período anterior”, mientras que los montos transados por este mecanismo aumentaron 40%: pasaron de 730 millones de dólares a 975.

En cuanto a los cheques y otros documentos que compensan y liquidan instrumentos de pago, su uso “se mantiene relativamente constante”, dice el informe, a nivel de un millón de cheques emitidos por mes en moneda nacional y 250.000 en moneda extranjera, aproximadamente, por mes. Una característica que se mantiene a lo largo de los distintos períodos relevados es el elevado monto promedio de emisión de cada cheque, que “crece constantemente a lo largo de los últimos años”, situación que, según el BCU, “estaría indicando que es un instrumento que se utiliza en mayor medida por empresas del sector minorista que por individuos”. En las transferencias no compensadas, que pueden ser intrabancarias -las que se realizan entre cuentas del mismo banco- o interbancarias -entre cuentas de instituciones diferentes-, puede apreciarse un “ligero” aumento tanto en la cantidad de operaciones como en los montos operados.

Canales

Los canales y los servicios de pago merecen otro capítulo. El informe nota, en primer lugar, una baja en la cantidad total de locales de las redes de cobranza y pago, aunque la operativa realizada por medio de éstas continúa creciendo. Durante este primer semestre, abarcaron 63 millones de operaciones por un monto equivalente a 9.454 millones de dólares. A pesar de que este semestre fue el que tuvo mayor cantidad de operaciones de cobranzas desde que se recaban datos, llama la atención que los pagos que realizan estas entidades tuvieron un aumento mayor que aquéllas. Aunque, del mismo modo, puede apreciarse que el incremento de los montos de los pagos fue superior a los recibidos por concepto de cobranzas.

En el caso de las remesas, tanto enviadas como recibidas, casi llegaron a 280.000 -en proporciones de 55% y 45% en cada caso-, por 99 millones de dólares. A pesar de que en los últimos tiempos estas transferencias aumentaron fuertemente en la región, en Uruguay no se verificó esta tendencia. El informe nota una baja en el monto promedio por operación, tanto de las enviadas (de 373 dólares, el monto más bajo desde que se dispone de datos) como de las recibidas (338).

Se incorpora, tímidamente, pero con fuerza, el sistema de pagos móviles, un instrumento que el informe considera “eficaz a favor de la inclusión financiera de personas en contextos desfavorables”. Si bien en Uruguay los pagos por medio de teléfonos celulares tienen un escaso desarrollo, en el primer semestre se verificaron aumentos importantes en este canal, por el que se realizaron 430.802 operaciones (58% superior a 2014), por 35 millones de dólares.

Cajero versus POS

Durante el primer trimestre de este año, se realizó un estudio de la infraestructura instalada de cajeros y puntos de venta (las máquinas por las que se pasan las tarjetas de crédito y débito, que se denominan POS, por su sigla en inglés) a nivel departamental. Los departamentos turísticos del sur del país, salvo Canelones, son los que cuentan con mejor infraestructura.

Desde que se dispone de información, por primera vez la cantidad de cajeros automáticos y dispensadores de efectivo fue menor que la del semestre anterior. Al 30 de junio, estaban instalados 584 cajeros y 808 dispensadores de efectivo. Estas infraestructuras de pago movieron casi 44 millones de transacciones, por 33.235 millones de dólares. En relación con la utilización de efectivo, los retiros por medio de cajeros y dispensadores continuaron en ascenso en este semestre, en una proporción similar a la del período anterior. En cuanto a los POS, al fin de semestre había instalados 40.428 dispositivos en más de 29.000 comercios, 8% más que a fines del año pasado.

A modo de cierre, se informa sobre un índice elaborado por el BCU que compara los pagos realizados con medios de pago tradicionales (efectivo y cheques) con los medios de pago electrónicos (transferencias, débitos directos, tarjetas de crédito y débito). En este semestre aumentó 11%, ubicándose en 18,8, lo que señala la “tendencia hacia una mayor utilización de los medios de pago electrónicos y una menor de los tradicionales”.