“Frikis, estamos con vosotros”, arranca el científico Eduardo Sáenz de Cabezón en un video filmado el año pasado en Galicia. Sostiene que no tiene nada de malo saberse el número atómico del boro e ignorar quién está en el arco de Real Madrid, y que es mejor seguir jugando al Minecraft que intentar “ligar” con las compañeras de estudios. Un típico gancho irónico, un intento de empatía con la platea, previo a anunciar: “Nosotros somos científicos, no somos actores, no somos monologuistas, no somos graciosos. Entonces, si vosotros detectáis en algún momento que cualquiera de los que aparecen aquí hace algo con una intención remota que vosotros percibís de hacer reír, os reís, os haga gracia o no. La sinceridad está sobrevalorada y a nosotros no nos interesa vuestra sinceridad. Los científicos no sabemos gestionar nuestras emociones […], os reís para que nos sintamos a gusto, y todos de acuerdo”.

Sáenz de Cabezón integra TBVT, o, como lo llaman en castizo, La Teoría del Furgonetón. Vienen de distintos campos, se conocieron en el concurso de divulgación científica Famelab, en 2013, y ahora son un grupo que ofrece, nunca mejor dicho, espectáculos con contenido. Es que el formato de charla más o menos distendida y más o menos performática, como el de las conferencias TEDx, Pecha Kucha y otras, parece dar una libertad ordenada a la supuestamente tediosa explicación de la ciencia. En este caso, son “científicos sobre ruedas” que, en su exploración del mundo, recalarán en Montevideo, segunda escala latinoamericana del “slam científico”, luego de Guadalajara (México), que comienza hoy y sigue hasta el sábado, con entrada libre.

“Algunos de ellos son investigadores que publican papers y que decidieron ir moviéndose hacia la comunicación de la ciencia. Cada uno tiene una especialidad distinta: Eduardo es un cuentista, hay otros chicos que son clowns, otros tienen formación en la escritura de monólogos”, cuenta el argentino Ernesto Fernández Polcuch, especialista principal del programa de la UNESCO sobre política científica y fortalecimiento de capacidades, responsable de que TBVT llegue a Uruguay. “Los conocimos porque participaron en el Foro Mundial de la Ciencia, hace dos años, en Río de Janeiro, invitados por la Asociación Mundial de Jóvenes Científicos [WAYS, por sus siglas en inglés], que es uno de los participantes en este festival y es un socio de la UNESCO. Muchas veces, la ciencia es vista como una actividad de gente mayor, de señores blancos raros, y la idea es no solamente cambiar el modelo que se muestra, sino también darles una voz a los jóvenes científicos, porque las políticas de ciencia las hacen los seniors, por no decir viejos, y son políticas de largo plazo, hechas por gente que no va a estar para ver los resultados. Involucrar a los jóvenes nos llevó a vincularnos con WAYS, que nos trajo esta propuesta”, agregó.

La visita se desarrollará en rutas paralelas: TBVT ofrecerá shows en distintos puntos de Montevideo -hoy, jueves, en el Centro Cultural de España, y después en la Facultad de Ciencias, el Planetario y el Mercado Agrícola (MAM)-, talleres para entrenar a distintos profesionales en el arte del monólogo científico y una presentación en el Latu para un grupo de 80 liceales en el marco del Plan Ceibal.

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Miércoles 12, en el Centro Cultural de España (Rincón 629): a las 16.30, Science is All Around (Ernesto Blanco); a las 17.30, función de The Big Van Theory (TBVT). Jueves 13, en Facultad de Ciencias (Iguá 4225): a las 15.30, Marga Gual Soler (WAYS); a las 16.30, Química d+; a las 17.30, función de TBVT. Viernes 14 en el Planetario (Rivera 3275): de 17.00 a 21:00, visita libre a Ciencia Viva; a las 17.00, Amores y zodíaco (Marta Ramos); a las 18.00, función de TBVT; a las 20.00, Beatlemanía científica (Ernesto Blanco). Sábado 15 en el Mercado Agrícola (José L Terra 2220): de 14.00 a 16.00, stands científicos y exposición de afiches; a las 15.00, Las cartas mágicas (teatro científico para niños, de Lucía Calisto); a las 16.00, final del concurso de monólogos; a las 18.00, función de TBVT.

“En España son furor, llenan teatros; son como estrellas de rock de la ciencia. Tienen una red de gente que los sigue. Nosotros lo vemos como una oportunidad de romper esa cosa del científico que da una conferencia y una audiencia que escucha, con un formato más de hoy. Ellos incorporan todas estas cosas que hace el stand up: dialogan con el público, tienen distintos monólogos y toman la decisión de cuál hacer en función de lo que van viendo, invitan a la gente a que se suba al escenario; es una cosa más informal. Eduardo [Sáenz de Cabezón] trae formas tridimensionales de matemática y Javier [Santaolalla Camino] trabaja en la Organización Europea para la Investigación Nuclear [más conocida como CERN], en el acelerador de partículas. Es un físico teórico que estuvo en todos los procesos que uno lee en los diarios. Él trata de explicarle a la gente, con muchísimo humor, qué es una colisión de partículas. Te cuentan cosas que realmente saben. Uno podría pensar que la reproducción de las esponjas es de lo más aburrido... Bueno, ellos logran convertir temas como ése en historias que te enganchan. Cuando terminan de hacer su show, se abren a preguntas, y la gente, cuando hay un tema en los medios como el bosón de Higgs o la misión a Plutón, les pregunta de todo. Ahí cambia el formato: aprovechás que tenés un científico con el que te podés comunicar de una manera más horizontal”, explica Fernández Polcuch.

El festival cuenta con un presupuesto que ronda los 50.000 dólares, obtenido mediante un subsidio inicial de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, más fondos del Centro de Formación de la Cooperación Española y otros socios de la UNESCO para “generar una actividad que remueva el avispero” y “desmitifique la ciencia”. Por lo pronto, empieza con una muy buena matrícula para los talleres de capacitación. “Se hizo una convocatoria, se eligió a personas interesadas en convertirse en monologuistas científicas; algunas vienen de la ciencia, otras vienen del arte, otras del periodismo. Hay de todo. Recibimos unas 70 solicitudes y teníamos 25 vacantes... Ampliamos, y vamos a tener a 50 personas capacitándose por cuatro días, por lo menos para tener una experiencia de cómo llevar una forma diferente de divulgación de la ciencia, que requiere unos talentos que hay que desarrollar”, agregó el científico.

Cada uno de los participantes preparará un monólogo, y el sábado, en el MAM, habrá una competencia final, que es más que nada la oportunidad de medirse frente al público. “En el espacio que hay entre los negocios y la plaza de comidas se van a poner stands de los museos de ciencias, Ciencia Viva y Espacio Ciencia; van a estar el Museo de Matemáticas, que es virtual, y los clubes de ciencias. Pero lo más importante que vamos a hacer es tomar el MAM con esta gente que va a estar dando un show científico, mientras los otros vamos a estar haciendo compras y revisando la calidad de los tomates”, adelantó Fernández Polcuch.

Los días anteriores, los ingeniosos españoles compartirán escenario con grupos locales como Química de +. Ernesto Blanco (Superhéroes de la física, Paleodetectives), quizá el científico local con más experiencia en pantalla, señalará conexiones con la ciencia en la música de The Beatles, y Marta Ramos tituló su charla “Amores y Zodíaco” (la programación completa puede verse en facebook.com/scienceslamuruguay). “Lo que hicimos fue buscar alguna gente uruguaya que estuviera un poco en la misma onda. No es exactamente lo mismo; no son todos stand up comedy, pero usan el escenario para comunicar la ciencia. Esto no es la Semana de la Ciencia, es el humor y la ciencia combinados. Que vayan y vean que uno se puede divertir a través de la ciencia. Si aprenden algo, es marginal”, cuenta Fernández Polcuch.

No habrá acciones urbanas y las idas al interior quedarán para otra visita, pero todas las actividades van a ser registradas, con el objetivo de hacer una especie de road movie de los científicos humoristas por Montevideo. “En algún punto tenemos que evaluar cómo podemos hacer para que estos procesos tengan un impacto sobre cómo se enseña la ciencia en la escuela y el liceo”, observa el especialista de la UNESCO. “Ahí es donde todavía tenemos en toda América Latina un problema bastante grande, que no sólo hace que los chicos aprendan menos, sino también que rechacen la ciencia. Repiten cosas que están en un libro y no ven el proceso que hay detrás, porque los profesores ven la ciencia como un resultado. El componente humano se pierde”, agregó.

Sobre la viabilidad de realizar periódicamente este tipo de encuentros y de que se consolide a nivel local un referente como el argentino Diego Golombek, Fernández Polcuch dice: “Diego acaba de recibir un premio a la popularización de la ciencia en América Latina que damos con una red de la UNESCO que se llama RedPop. Él no es parte de este evento, pero de alguna manera es parte de la movida. Es nuestro mánager para llevar TBVT a la Argentina. Valoramos mucho el rol de él, y creo que lo que hizo Ernesto Blanco con el libro Los Beatles y la ciencia [Siglo XXI editores] es en la misma línea. Está buenísimo, porque amplía el espectro de gente que le presta atención a estos temas. Nuestra esperanza secreta es descubrir en este curso los diamantes en bruto uruguayos que nos permitan generar actividades. En la UNESCO trabajamos a nivel de América Latina; acá somos la oficina regional. Ya en Medellín se creó un grupo de monologuistas; en Argentina se está creando un grupito también. Estaría lindo que de estos 50 salgan en Uruguay unos cinco que sigan actuando de vez en cuando. Sería nuestra forma de hacerlo sostenible”.

Algunos monólogos de The Big Van Theory se pueden ver en YouTube, como el Rap de Rafa, el de Aitor Menta y Miguel Abril, “Desmontando regreso al futuro”, y el que hicieron en el evento Naukas Bilbao 2013.