Pasaron casi 100 años desde que el Estado se separó oficialmente de la iglesia católica, y hoy resulta curioso que en un país donde los presidentes no juran sobre la Biblia, no existen crucifijos en los hospitales públicos ni en las escuelas y liceos públicos, no hay capillas en las Fuerzas Armadas, donde no se reconocen legalmente los matrimonios religiosos, haya un pastor evangélico perteneciente a una iglesia de corte neopentecostal ocupando una banca en el Parlamento. ¿Cómo llegó un pastor a legislar en un Estado oficialmente laico desde 1918?

Las alianzas políticas no son nuevas, y sirven a quienes no consiguen los votos suficientes como trampolín para acceder al Parlamento y a directorios en entes públicos. Álvaro Dastugue, pastor de la iglesia Misión Vida para las Naciones, yerno de su fundador, el apóstol Jorge Márquez, saltó y logró ocupar un asiento en la cámara baja por ser el primer suplente de la lista 2014 que encabezó Verónica Alonso, del sector Alianza Nacional del Partido Nacional (PN). Junto a Pablo Iturralde y Jorge Gandini, la 2014 obtuvo 73.665 votos en Montevideo: Alonso logró llegar al Senado, los otros dos se aseguraron un lugar en Diputados y Dastugue se introdujo en el mundo legislativo, lo que lo convirtió en el primer pastor en ocupar una banca en el Parlamento.

Desde que asumió su cargo, Dastugue ha presentado siete proyectos de ley y ha podido hablar en el Parlamento y en las cuatro comisiones que integra -Derechos Humanos, Seguridad Social, y las de Adicciones y Población y Desarrollo- sobre los temas que más le preocupan: la marihuana, el alcohol, la familia patriarcal heteronormativa consumada en el matrimonio, el “mal ejemplo” del divorcio, el suicidio, la depresión y la violencia doméstica que se ejerce por medio de elementos patrimoniales. Dastugue llegó al Parlamento porque “el Señor” lo puso ahí para “cambiar vidas”.

El pueblo originario

Misión Vida para las Naciones se fundó a principios de los 90 y tiene 15.000 miembros, que según explicó Dastugue son “todas aquellas personas que se bautizaron”, pero no significa que actualmente se congreguen. Según sus cálculos, unas 3.000 personas se aglutinan en todo el país en las “reuniones centrales” de los domingos. A su vez, aseguró que todos los jueves funcionan unas 300 “células”, también en todo el país, que son familias que instan a vecinos y allegados a juntarse para “compartir la Biblia”. La iglesia tiene 14 templos fijos en el país y varios más en Argentina, Chile y Brasil. Además, tiene “un brazo social”: la organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro Esalcu, que administra 53 hogares Beraca en Uruguay,en los que viven 1.030 personas. Según dice la página oficial del apóstol fundador de la iglesia, Márquez, están dirigidos a “personas en situación de infracción a la ley, drogadicción, situación de calle y prostitución”. Su yerno aseguró que “la iglesia no cobra nada, abre sus puertas a todo el que quiere entrar”, pero que sí “pasa una bolsita para el que quiera ofrendar y el que quiera diezmar”, cuestión que es “absolutamente voluntaria”. Márquez dijo en una entrevista con El Observador TV que el dinero recaudado dependía de la cantidad de “agradecidos” que hubiera en cada encuentro: “Algunos son más agradecidos con la fe que otros y ofrendan más”, sostuvo. Dastugue dijo que no integra la comisión directiva y por ende desconoce los números.

El valor del voto divino

El pastor creció en una familia wilsonista en Tacuarembó, donde vivió hasta los 14 años y tuvo su “primer acercamiento” a la política: llevaba comida y gente a las urnas en las elecciones. Después se mudó a Rivera y empezó a militar en el PN. En 2007 el actual diputado suplente Carlos Iafigliola, de la Corriente Social Cristiana, invitó a Dastugue a participar activamente en la política. Según cuenta el pastor, le dijo: “Si ustedes son cristianos, deben velar y pelear por los valores cristianos, y, por lo que vislumbramos, las cosas vienen mal en nuestro país. El tema de la marihuana, del aborto, del matrimonio homosexual pueden convertirse en leyes en los próximos años, y tenemos que luchar para que no se aprueben”. Así lo convenció. Ese año Dastugue se casó con la hija del apóstol Márquez y participó en la elección juvenil del PN apoyado por un grupo de Misión Vida para las Naciones. “Fuimos la segunda lista más votada y fui electo convencional”, recuerda. Al año siguiente Márquez lo convirtió en pastor. En 2009 apoyó a Iafigliola, y trabajó con el diputado Alberto Perdomo, también del PN y cristiano, rumbo a la interna. En 2011, luego de las departamentales, conoció personalmente a Alonso. Cuenta que a ella “le interesó la tarea social [de la iglesia] y se involucró” y empezaron a delinear estrategias pensando en las elecciones 2014-2015. “Creo que sí, que tengo muchos votantes en Beraca y en la iglesia porque soy pastor, aunque también sé que muchos no me votaron a mí”, dijo Dastugue, y recordó que su grupo “sacó en Montevideo 22.000 votos y 8.000 en Canelones”.