El choque de visiones sobre el futuro económico del país volvió a dividir ayer al oficialismo y a la oposición, esta vez en el Parlamento. La cita fue en la sesión de la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes, que estudia el proyecto de presupuesto quinquenal. Mientras el equipo económico del gobierno argumentó que el crecimiento en el próximo quinquenio será cercano a 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB) anual en promedio, a pesar de las dificultades de la región, la oposición cuestionó que con el panorama actual difícilmente se pueda llegar a esos resultados, por lo que la propuesta presupuestal es “irresponsable”.

Como es costumbre, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, fue el primer invitado a la comisión para presentar el proyecto, acompañado de una delegación que incluyó a jerarcas de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Astori hizo una exposición sobre la coyuntura económica mundial y regional, y también sobre la situación económica del país, alertando por la incertidumbre del panorama actual, por la comprometida economía brasileña, que está “técnicamente en recesión”, y por la de Argentina, con números actuales “muy negativos”. “En los próximos años estamos absolutamente convencidos, por factores que ya explicamos, de que Uruguay va a seguir creciendo, pero menos que en los últimos tiempos”, dijo el jerarca.

A pesar del escenario desfavorable, Astori ratificó el crecimiento uruguayo de la economía en todo el quinquenio, lo que, según dijo, está fundado “en el comportamiento de la inversión, que sigue siendo muy positivo”, y en un funcionamiento de la demanda interna que se espera que sea óptimo. El ministro incluso consideró que las cifras de crecimiento son “conservadoras”.

Presupuesto sindical

Hoy el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT presentará un estudio con propuestas para la obtención de recursos para “resolver” algunos de los desafíos de los trabajadores en el quinquenio. El economista Daniel Olesker, asesor del instituto, dijo al portal de la central que “para llegar a las metas que se propone el gobierno, tanto sea en educación como en el Sistema de Cuidados, los recursos que hoy existen no alcanzan, y por eso hay que abrir un debate sobre de dónde saldrán”. Según sostuvo, para 2017 se plantea un aumento presupuestal de la educación de 0,2%, por lo que para llegar a 6% en 2020 debería crecer 1,3% en los siguientes tres años. Según fuentes del instituto, también existe incertidumbre en otras áreas, como la inversión pública y la seguridad social.

Pero desde la oposición esta perspectiva fue criticada. “La coyuntura desfavorable para el país arroja resultados muy pesimistas y preocupantes que no coinciden con la proyección optimista de las variables del presupuesto”, sostuvo el diputado nacionalista Jorge Gandini. Su par colorado Conrado Rodríguez cuestionó que ante un escenario tan adverso no se explica cómo se incrementa el gasto público y además se pretende bajar el déficit fiscal de 3,5% a 2,5% al final del quinquenio. En tanto, el independiente Iván Posada sostuvo que podrían existir problemas si la predicción de crecimiento “termina siendo muy optimista”, ya que un menor incremento del PIB impactará de forma muy negativa en el endeudamiento del país.

El diputado oficialista Alfredo Asti salió al cruce de estas visiones de la oposición y recordó que en los dos presupuestos de los gobiernos del FA siempre se fue “pesimista” y nunca “optimista” respecto del crecimiento de la economía, que terminó creciendo más de lo previsto. A su vez, recordó que en esos años la oposición también decía que la situación económica era “mucho más mala de lo que terminó siendo”. Respecto de la necesidad de bajar el déficit fiscal, Astori y Asti sostuvieron que, en un contexto de crecimiento, se apostará a una mejora de la gestión, a mejorar los resultados operativos de las empresas públicas, a la eliminación de vacantes en la administración pública y a la solidez financiera del país. “En la campaña electoral dijimos que este déficit fiscal es manejable, y lo volvemos a decir hoy”, dijo el jerarca.

Detalle a detalle

Gandini también criticó que si bien desde el Ejecutivo se le había asegurado a la oposición que el presupuesto no preveía nuevos impuestos ni aumento de tasas, de alícuotas, ni caída de exoneraciones, el proyecto contiene algunas variantes impositivas. Una de ellas está prevista en el artículo 699, y prevé cambios en los aportes al Fondo de Solidaridad: ahora aportarán los egresados de la UTU, a los de la Universidad de la República se agregan los de la Universidad Tecnológica, y todos aportarán hasta cumplir los 70 años y no hasta completar 25 años de aportes (siempre y cuando no accedan a la jubilación), como sucede ahora. Astori respondió que no se trata de un incremento tributario, sino de una “recomposición de los fondos que componen ese tributo, a los efectos de procurar una mayor equidad en la distribución de esta carga pública”. Luego, el jefe de la Asesoría Tributaria del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Fernando Serra, explicó que la medida evita que el fondo “se desplome”, debido a que, con la actual legislación, muchos contribuyentes dejarían de aportar a partir de 2018, por completar los 25 años de pago. También destacó que el texto modifica el mínimo imponible para aportar al fondo, lo que supone que “dejarán de contribuir alrededor de 16.700 contribuyentes que ahora aportan”.

Gandini también criticó que un artículo elimina una rebaja de 18% de la alícuota de la contribución inmobiliaria rural, pero Astori respondió que esa propuesta surgió a raíz de un acuerdo del gobierno con el Congreso de Intendentes, de amplia mayoría nacionalista: “No es una propuesta que provenga del MEF ni que éste comparta”.