Con motivo de los 200 años del proceso liderado por José Artigas, un grupo de organizaciones sociales y personalidades realizó ayer la primera de una serie de actividades que tendrán como objetivo iniciar un debate sobre la reforma constitucional, trayendo “el pensamiento artiguista al presente”, tal como explicó el periodista Alberto Silva, uno de los impulsores y el encargado de presentar la iniciativa. Decorado con una bandera de Artigas, el local de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua, una de las organizaciones que apoyan la idea, reunió a casi un centenar de personas para comenzar a proponer “los ejes temáticos por donde debe ir una reforma constitucional”, que continuarán discutiéndose en una decena de encuentros similares que se realizarán próximamente. La actividad contó con la presencia de varios legisladores del Movimiento de Participación Popular, como los senadores Patricia Ayala, Andrés Berterreche y Lauro Meléndez, y los diputados Manuela Mutti y Sebastián Sabini. También estuvieron la presidenta del Instituto Nacional de Colonización (INC), Jacqueline Gómez, la ex legisladora Nora Castro (Frente en Movimiento M764) y el ex jerarca de la Intendencia de Montevideo Pablo Anzalone, entre otros.
Otro periodista, Nelson Caula, investigador de la historia de Artigas, preguntó: en un momento en que se afirma que el país es “neobatllista” -algo que no comparte-, ¿por qué no ir hacia un “neoartiguismo”? Caula también preguntó “qué quedó” de las celebraciones del bicentenario del proceso artiguista, y si eso hizo que “cambiara algo”. Marcelo Amaya, representante del Sindicato de Trabajadores del Arroz y Afines, recordó que Artigas impuso “justicia social a un pueblo sediento de justicia” y que entregó tierras “a los pueblos originarios, negros, zambos, mestizos y viudas con hijos”. El integrante de Mundo Afro Héctor Silva reclamó debatir el “concepto de igualdad” y afirmó que el racismo en Uruguay “es maquiávelicamente brillante”. “Si queremos otro país, hay que discutirlo de pe a pa, transversal y horizontal, de arriba a abajo, todo”, expresó.
Luego se leyó una carta del maestro Miguel Soler, quien se excusó de no haber podido concurrir, titulada “Artigas, los maestros y el INC”, en la que reivindica que hay que “luchar contra el latifundio, esa máquina contaminadora de suelos y aguas, el latifundio extranjerizante, contraartiguista y antipatriótico”, y elaborar en “Plan Nacional de Educación”, orientado hacia “la construcción de una sociedad comprometida con la cultura, la solidaridad y la justicia, y lejos del consumismo y del lucro”.
Martín Delgado, del Consejo de la Nación Charrúa, planteó que la reforma constitucional debe contener aspectos sobre la diversidad cultural en general, y específicamente sobre los “pueblos originarios”, y mencionó que en constituciones de otros países hay “un preámbulo” en el que se hace “un reconocimiento a las luchas que llevaron a la construcción de esa nación, e incluso autocríticas”, como la de Sudáfrica con respecto al apartheid.
Luego, un integrante del concejo vecinal de la zona planteó que se debe incluir el tema de “la democracia participativa”, ya que “es el único camino para profundizar la democracia”. Por su parte, un integrante del Sindicato de Maquinistas Navales dijo que hay que discutir sobre “el tema del mar” como fuente de producción, en “un país que vive de espaldas al mar”. Julio, un artista plástico y escritor, propuso incorporar el tema de la discriminación para combatirla, y una joven mexicana, integrante de la Asamblea de Migrantes Indígenas del Uruguay, planteó la necesidad de modificar algunos artículos de la actual Constitución que perjudican a los extranjeros que deciden residir en Uruguay. “Quiero que sepan que no vinimos a desbaratarles el país. Ésta será mi casa por mucho tiempo”, afirmó.
Desde una visión más política, Castro intervino para decir que la posibilidad de establecer una asamblea constituyente “sigue siendo una oportunidad para contribuir a una revitalización de carácter participativo directo” desde la izquierda, pero reclamó espacios más grandes, “donde no siempre se conozcan todos”. También se propusieron ejes temáticos como el de “memoria, justicia y reparación” y el de cuidado del medioambiente. Un estudiante opinó que la reforma constitucional no va a ser “un proceso fácil” y que “hay que multiplicar” instancias como la de ayer para “mostrar que hay capacidad de movilizar” para convencer al resto de que “es posible”, y reclamó “un calendario permanente de actividades”.