San Pedro del Timote, Florida. Kilómetro 142 de la ruta 7. Hasta ahí llegó una delegación del directorio nacionalista encabezada por su presidente, Luis Alberto Heber, el senador Guillermo Besozzi y el diputado Pablo Iturralde. El motivo: seguir limando las asperezas suscitadas entre los intendentes y la mayoría de la bancada del Partido Nacional (PN) luego de que los jefes departamentales votaran por unanimidad un acuerdo con el Poder Ejecutivo para quitar la exoneración de 18% de la contribución inmobiliaria rural. El entendimiento entre los intendentes y el gobierno central había sido criticado el lunes por el líder de Todos hacia Adelante, Luis Lacalle Pou, que a la salida de una reunión con la dirigencia de la Asociación Rural del Uruguay aseguró que su sector no votaría “nuevos impuestos”. Esta declaración motivó otra, del líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, que anunció que prefería esperar a consultar la opinión de los intendentes. Y una tercera del intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, que afirmó: “Cuando uno acuerda algo, ese acuerdo también es de uno [...]. Los gurises tienen que ir a la escuela, el que vive en campaña tiene derecho a enfermarse, y tenemos que sacar la producción del campo. No hay otra manera”. El cortocircuito en torno al acuerdo entre los jefes departamentales y el Ejecutivo llevó a que el martes se realizara una reunión entre los legisladores que integran las comisiones de Presupuesto integrada con Hacienda de ambas cámaras y los intendentes Carlos Enciso (Florida), José Luis Falero (San José) y Sergio Botana. En el encuentro, todos coincidieron en la necesidad de aumentar los recursos para la caminería rural y explorar alternativas a la quita de la exoneración tributaria. Pero el tema no quedó laudado.

La visita del directorio a los intendentes nacionalistas reunidos en San Pedro del Timote la noche del miércoles derivó en una larga conversación sobre el rol de los intendentes, los legisladores y la conducción partidaria. Todos los intendentes defendieron el acuerdo con el gobierno central. La minuana Adriana Peña reclamó que el herrerismo “no se desmarque” a la hora de la votación en el Parlamento. Agustín Bascou, intendente de Soriano, dio un detallado informe sobre la suma “ínfima” que representa el aumento por hectárea de campo. Y no faltó el duraznense Carmelo Vidalín, que soltó: “La mayoría de los legisladores son hacendados”, en relación a la negativa de varios parlamentarios nacionalistas a votar por la abolición de la exoneración impositiva. Botana, por su parte, reafirmó su idea de que es el gobierno el que tiene “el sartén por el mango” en cuanto a la iniciativa presupuestal. Heber renovó el compromiso con el “apoyo” a los intendentes. Y otra vez retrucó Peña: “El apoyo tiene que demostrarse ahora”, enfatizó. Hacia el final de la reunión, Heber planteó la idea de que en caso de que el gobierno mantenga su posición, el directorio sea el que dirima entre los intendentes y la bancada.

Ayer de tarde, los intendentes suscribieron una declaración de dos puntos remitida al presidente de la bancada nacionalista, Álvaro Delgado, en la que plantean su acuerdo con que se busquen los “caminos pertinentes” para encontrar una alternativa al acuerdo labrado con el Ejecutivo. Pero, al mismo tiempo, escribieron que en caso de que esas conversaciones no fructifiquen, la bancada acompañe la solución alcanzada por los intendentes. Enrique Antía (Maldonado), Carlos Moreira (Colonia) y Eber da Rosa (Tacuarembó), que no estaban en la reunión del miércoles, también firmaron la declaración.

Espíritu de cuerpo

La misiva que los jefes departamentales blancos acordaron el miércoles de noche y terminaron de firmar en el transcurso de la reunión del Congreso de Intendentes, que sesionó ayer tierra adentro, abre un nuevo capítulo en la histórica pulseada entre los intendentes y el directorio. Y representa un desafío para el liderazgo de Luis Lacalle Pou en tiendas nacionalistas: cuatro de los intendentes que estamparon su firma en el escrito pertenecen a su corriente política. Se trata de Fernando Echeverría (Flores), Enciso, Falero y Vidalín. “Acá hubo un acuerdo de todos los intendentes con el gobierno para obtener más recursos para la caminería. Después el gobierno negó lo que nos correspondía a nosotros por el Impuesto al Patrimonio, entonces le buscaron la vuelta por este lado. Ahora, yo soy productor rural, pago contribución, tengo 600 hectáreas bajo mi propiedad y voy a pagar 600, 700 dólares más por año. Esto no hace la diferencia. Es fácil hacer declaraciones de ese tipo en el ámbito de la Exposición Rural, pero en la práctica de todos los días, la realidad es otra. La contribución es un incremento muy pequeño y un aporte lógico de quienes tenemos un predio rural. Es lógico que paguemos unos pesos más”, afirmó Antía a la diaria. Si bien reconoció que “lo más razonable” es que el gobierno central vuelque 90% de los recursos obtenidos mediante el Impuesto al Patrimonio al rubro caminería rural en lugar de 45%, como lo ha hecho hasta ahora, Peña reconoció que de no encontrarse otra salida “una de las opciones que se plantearon” en la reunión entre el directorio y los intendentes es que se respete el acuerdo alcanzado en el congreso.

“Creo que lo que sucede es que creemos que en el Parlamento la realidad está allí. Muchas veces nos sentimos el ombligo del mundo. Y la realidad está en el contacto con la gente. Nos estamos cuestionando si aumentar o no la contribución rural, pero no vemos que se trata de un tema muy pequeño. Estamos hablando de una suma ínfima, muy, muy, muy pequeña. Centavos de dólar por hectárea”, lamentó Vidalín en diálogo con la diaria. El maragato Falero pidió “comprensión” a los parlamentarios: “Yo confío en que los parlamentarios, no sólo los del Partido Nacional, van a darle esa importancia para entender lo que hoy entendió la Federación Rural: los recursos tienen que estar, porque si no tenemos esa contrapartida la situación va a ser muy clara: va a haber producción del país que no se va a poder sacar”, sostuvo.

Ayer, entre debates sobre los efectos del cambio climático, palabras elogiosas para el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, citas a Schwarzenegger y Zitarrosa, versiones de la Serenata nocturna de Mozart y alusiones a las reminiscencias nacionalistas de San Pedro del Timote, los intendentes tomaron una especie de segunda comunión. La primera, puede decirse así, la sellaron bajo la influencia de José Mujica, el presidente paisano. La segunda tiene lugar en los descuentos de la reunión que el 30 de setiembre mantendrán con Tabaré Vázquez.“Por el bien de este congreso, es bueno que manifestemos esa unidad monolítica que tenemos”, justificó Vidalín, en evidente alusión a los sucesos de la semana pasada, en medio de citas a Seregni y reflexiones sobre el consumismo. “Las decisiones siempre implican sacrificios para algunos departamentos. No podemos perder la fuerza de este congreso, así nos cueste”, atajó en la otra punta Botana. Le quedó servida en bandeja al canario Yamandú Orsi, que como un mantra repitió: “Consenso, consenso, consenso...”.