Una vez más, Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos (Femidesa) pide ayuda para poder encontrar a todas las personas que fueron desaparecidas a partir de 1971 y durante la dictadura (1973-1985). Ignacio Errandonea, vocero de la asociación, dijo ayer en conferencia de prensa que desde que relanzaron la campaña de sensibilización -casi un mes atrás- han recibido más de 100 mensajes con datos. En ese sentido, agregó que hay información para corroborar pero que “abren nuevas puntas”, y otras que coinciden con datos que ya tienen o con sitios que ya han sido denunciados como lugares de enterramiento. “Queremos ir armando el rompecabezas”, dijo Errandonea, y aseguró que toda la información recibida será canalizada por medio de la Comisión por Verdad y Justicia. “Nada justifica que se mantenga esta situación”, sostuvo.
Respecto de la Comisión, afirmó que se está “trabajando en buena dirección” y que aún es “muy pronto para pedir resultados”. Sin embargo, siguen luchando por su cuenta, porque “el Estado ha tenido diferentes actitudes” a lo largo del tiempo, “pero las madres y familiares siempre han buscado” información, sin importar el presidente de turno. “No es que no tengamos esperanza, es que han pasado 40 años”, señaló Errandonea.
La campaña de Femidesa apunta, principalmente, a las personas que estuvieron involucradas directamente en la detención, tortura y desaparición de casi 200 uruguayos: los militares. Errandonea recordó que “algunos testimonios [de militares] que no necesariamente estuvieron implicados directamente, un guardia, un soldado que recibía órdenes, y que por miedo a represalias no se animan a hablar” ayudaron a encontrar los restos de Fernando Miranda en el Batallón 13; en esa ocasión recibieron de forma anónima un plano del lugar “evidentemente elaborado por un militar”. Es la oportunidad “de sacar algo que no comparte en su vida, en su alma”, dijo, y ratificó lo comunicado por Femidesa: se pide “un gesto de humanidad”.
La asociación pide que todas aquellas personas que puedan ayudar a esclarecer lo sucedido en aquellos años entreguen su mensaje en alguna parroquia, templo o sinagoga en todo el territorio nacional, o en Nicaragua 1332, apartamento 205, o llame al teléfono 0800 9942. Aclaran que el mensaje puede ser anónimo y exhortan a que si aportan datos, se haga con responsabilidad: “No juegue con nuestro dolor y nuestras ausencias”.
“Los testigos se están muriendo, hay madres muertas, y ésta es una herida que tiene que sanar”, finalizó.