Lujoso, colorido, abrumador. Un primer piso sobrio, con colores grises, celestes, verde agua, por el que se embarca y desembarca. Un segundo piso con alfombras, baldosas de cerámica, la recepción y el mostrador, donde se venden los paquetes de excursiones en cada lugar que amarra. Ascensores con vista panorámica dentro del barco. Todos los pisos son así, hasta el 13. En el 9 están algunos de los los buffets y las piscinas. En total hay 13 bares, entre ellos un cognac & cigar bar y un coffee & chocolate bar. Por otro lado está la música house y electro chill out, los shorts y los lentes de sol, el olor a bronceador; hombres, mujeres, niños bronceándose en las reposeras, jugando en el agua, bebiendo bajo los rayos del sol. Dentro, artefactos lilas con forma de diamante para alumbrar. Un teatro y un cine que reproduce películas 4D. Paredes y puertas decoradas con imágenes pop art de películas de David Lynch y Luchino Visconti. Paredes y techos con mosaicos circulares, con rectángulos y figuras geométricas. También está el shopping: de perfumes, de alhajas, de ropa. Y una discoteca, Babylon. En todos los rincones hay algo para ver: una baldosa más oscura que otra, más brillante, más chica, menos chica. Y la gente. Allí hay lugar para 1.500 tripulantes y 3.800 viajeros. Viejos y niños. Subiendo las escaleras, bajando. Sacándose fotos, hablando, leyendo, preguntándole cosas a la tripulación, escuchando música, limpiando. Dando órdenes. Todos y todo conviven allí, dentro de ese gran crucero kitsch: el Costa Fascinosa. El único que tiene autorizado embarcar y desembarcar pasajeros en Montevideo.

Aguas nuevas

Los cruceros embarcan y desembarcan en Montevideo desde hace relativamente poco; unos cinco años antes amarraban en el puerto de Buenos Aires. Según el subsecretario de Turismo, Benjamín Liberoff, esta temporada se esperan 110 buques cruceros en Montevideo y 61 en Punta del Este, de los que ya llegaron más de la mitad. En números, significa que unas 200.000 personas ya han arribado al país (contando turistas y tripulación). Liberoff consideró que va a ser similar a la anterior. En la temporada pasada llegaron en total cerca de 400.000 personas, y hubo unos 190 amarres. Los turistas dejaron unos 20.000.000 dólares, y los insumos que los cruceros compran aquí, otros 30.000.000 dólares. Liberoff señaló que aunque el número previsto de amarres es menor para este año (debido a que varias compañías cerraron su circuito por el Atlántico), se compensa por el aumento de la capacidad de los buques y porque también aumentó la cantidad de amarres de la única empresa que tiene permiso para embarcar y desembarcar pasajeros, Costa Cruceros. El subsecretario señaló que unas 5.000 personas, principalmente uruguayos, se embarcan en el Costa Fascinosa en el puerto de Montevideo. Desde la empresa Aeromundo, que promociona los viajes de Costa Cruceros, Marcelo Bagio contó que esta temporada el Costa Fascinosa saldrá diez veces de Montevideo, en un viaje de nueve días que pasa por Río de Janeiro y Buenos Aires.