26 perros de los 300 testeados en Salto en diciembre para determinar si tenían leishmaniasis visceral dieron positivo; “hasta el momento se realizó la eutanasia a 17 de ellos”, explica el plan de acción trazado por la División de Epidemiología de la Dirección General de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP). “Luego de obtenerse la confirmación de la infección en un canino, al no existir otros instrumentos para cortar la transmisión, corresponde realizar la eutanasia del mismo”, establece el plan.

El director nacional de Salud, Jorge Quian, viajó ayer a Salto para tomar contacto con la situación y difundió el decreto firmado el 15 de enero por la subsecretaria del MSP, Cristina Lustemberg, que declara el estado de emergencia sanitaria en el departamento de Salto por 180 días. El decreto encomendó a la Comisión Nacional de Zoonosis (CNZ) la ejecución de acciones para detectar y controlar la enfermedad, y aprobó el plan de acción.

La leishmaniasis es una enfermedad producida por un parásito, Leishmania infantum, cuyo reservorio es el perro y puede ser transmitido a otros perros o a humanos por un flebótomo, un insecto parecido a un jején. “En caso de la transmisión al ser humano, este parásito produce cuadros graves, con una mortalidad de 90% sin tratamiento y de 10% aun tratados, afectando principalmente a la población infantil”, establece el decreto. El MSP consultó a la Organización Mundial de la Salud y las medidas aconsejadas para el control de la enfermedad son “reforzar la comunicación de riesgo a la población y equipos de salud; estimular el manejo adecuado ambiental; promover la tenencia responsable de mascotas; realizar la eutanasia a los perros infectados, siguiendo el protocolo elaborado por la Facultad de Veterinaria”. Las autoridades confían en que todavía están a tiempo de controlar esos focos y de evitar que la enfermedad se propague hacia otras zonas del país y que se transmita a humanos.

Del crepúsculo al amanecer

Se recomienda eliminar los posibles sitios de cría de flebótomos en los hogares y en sus entornos; esos insectos se encuentran en zonas de abundante materia orgánica, humedad, sombra y hojarasca, así como en gallineros. Según el plan de acción, “no es posible el control de las larvas como se hace con los mosquitos, debido a que es casi imposible ubicar los sitios de puesta de huevos” de los flebótomos.

Por otra parte, se recomienda colocar a los perros sanos collares repelentes de deltametrina al 4% y cambiarlos cada cuatro meses; no tener perros en zonas de transmisión del parásito o donde haya habido perros infectados; comprar perros cuyo cachorro o madre tenga el estudio negativo para leishmania (rK39); y controlar su actividad desde el crepúsculo al amanecer, que es cuando se da la mayor actividad del flebótomo.

Para disminuir la infección en personas se recomienda protegerse en ese horario usando ropa de manga larga y pantalones, repelentes con DEET y pastillas termoevaporables durante la noche, evitar compartir espacios con los perros en los horarios de actividad del flebótomo y alejar la cama de los perros a más de cinco metros de las de las personas.

El plan incluye capacitar al personal de la salud en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y realizar talleres con los veterinarios.

Para investigar los focos de leishmaniasis, el plan de acción indica que cuando un test dé positivo se coloquen trampas para la captura de flebótomos en la vivienda, se testee 100% de los perros de la manzana positiva y de las cuatro linderas y se haga una encuesta semestral de perros en zonas consideradas de alto riesgo. El plan indica que “todo tenedor de un perro tiene la obligación de permitir la extracción de una muestra de sangre de su animal si la autoridad competente así lo solicita”. “Se realizarán los mayores esfuerzos a fin de obtener el consentimiento del dueño para realizar la eutanasia. En este caso, el dueño podrá definir que el acto médico sea realizado por su veterinario”, expresa el texto. La CNZ controlará las eutanasias y “asegurará los medios para realizar el procedimiento de forma gratuita si el tenedor del perro no cuenta con los medios suficientes”, dice el plan de acción.

La vigilancia se extenderá al resto del país, donde veterinarios de la CNZ extraerán sangre a los perros.

Alarmados

Unas 70 personas y tres perros se congregaron ayer frente a la sede del MSP para manifestar su discrepancia con el sacrificio de animales. Contrariando lo expresado por las autoridades sanitarias y de la Facultad de Veterinaria, los carteles rezaban: “No al asesinato de inocentes, hay cura”. Pedían la fumigación, el uso de collares y el acceso a la medicación. “Uruguay: ¿país evolucionado y científico, o retrógrado y asesino?” decía otro cartel. “Fomentamos la cultura y la información, no la ignorancia y el despotismo. Las matanzas son propias de regímenes dictatoriales”, sentenciaba un tercero. “Medicar, no matar”, coreaban.

Gabriela Moreno, veterinaria y presidenta de la Asociación Nacional de Protección Animal, afirmó que la leishmaniasis es una “enfermedad que tiene tratamiento”. Cuestionó que no se hayan implementado medidas preventivas y que no se haya vacunado a los perros (el plan de acción afirma que “no existen vacunas disponibles eficaces”). “Acá optaron por la solución más barata: no gastar un peso”, dijo Moreno.

Jaén Motta, integrante de la Asociación por el Trato Ético hacia los Animales, planteó en diálogo con la diaria que “esta situación era totalmente evitable con políticas de prevención y castraciones masivas”. Sostuvo que “si hubiera realmente una política de tenencia responsable de animales impulsada desde hace tiempo, por intermedio de la Conahoba [Comisión Nacional Honoraria de Bienestar Animal], por ejemplo, esto habría sido totalmente evitable”. Reconoció que “hay casos terminales en los que es un sufrimiento para el animal y, por supuesto, es recomendable” la eutanasia, pero no dijo lo mismo respecto de los animales que no tienen síntomas. Las autoridades gubernamentales y expertos de las facultades de Veterinaria y Medicina plantean que ningún medicamento logra matar el parásito en el perro y que éste, aunque no presente síntomas, seguirá contagiando al flebótomo. “Reclamamos un debate científico”, dijo el activista, quien reconoció que existen diferentes opiniones.