El 30 de octubre de 2015, los trabajadores del laboratorio Merial SA llegaron a la planta productiva y vieron que unas camionetas se llevaban impresoras y computadoras. En noviembre, la gerencia les comunicó que pasarían a seguro de paro, con un plan de negocios a tres meses para que la empresa siguiera en pie. Merial es una multinacional de capitales franceses que en el tercer trimestre de 2015 generó ganancias por 691.000.000 de dólares. Elabora pesticidas y vacunas para animales, con presencia en 150 países y un total de 6.500 empleados en todo el mundo. 50 de ellos, los que trabajan en la planta ubicada en Brazo Oriental, se enteraron el lunes de que el gerente de la filial uruguaya, el brasileño Marcio de Moraes Correa, había anunciado el cierre de la compañía al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con el argumento de que el proyecto se volvió inviable.

Carina Ermoglio, delegada del gremio de trabajadores, dice que la gerencia tomó la decisión ante una baja de las ventas en Brasil, país que importa 90% de las vacunas que fabrica el laboratorio: pasaron de vender 40.000.000 de dosis mensuales a 10.000.000; el 10% restante se mueve en Chile, Botsuana, Argentina y Venezuela, país que redujo las importaciones desde que su presidente, Nicolás Maduro, decretó el estado de emergencia económica.

La Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) está mediando entre empleados y empleadores desde el año pasado, pero el anuncio del lunes cambió el panorama. El martes, en rechazo a la medida, el Sindicato de la Industria Química hizo un paro general parcial, y unos 500 afiliados se concentraron frente al laboratorio. Los trabajadores se reunirán hoy con la Dinatra para llevar una serie de propuestas para negociar los despidos, adelantó Ermoglio, que trabaja en el área de control de calidad. En el laboratorio se fermentan bacterias para producir nueve tipos de vacunas destinadas a la producción agropecuaria -en especial vacas y ovejas-, se envasa un producto antipulgas para animales domésticos llamado Frontline, que viene de Francia, y se crían cobayos, ratones y conejos para hacer pruebas.

La vocera del gremio cuenta que los trabajadores accedieron a números de la empresa, que factura entre 300.000 y 400.000 dólares por mes. Merial es una subsidiaria de Sanofi, también francesa, la multinacional que produce más vacunas en el mundo; las de uso veterinario representan 5% del mercado mundial. Los trabajadores no tienen diálogo directo con la empresa, explica la vocera del gremio: “Buscamos un aval por parte del ministerio, porque es una multinacional que se está manejando de forma muy informal”.