La Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) es una gremial que reúne a pequeños y medianos productores agropecuarios, entre ellos varias sociedades de fomento rural y cooperativas agrarias. Pese a que la organización no participó formalmente ni convocó a las movilizaciones a las que llamaron la semana pasada algunos productores encabezados por Marcos y Rosina Algorta, los costos de producción y la coyuntura internacional también preocupan a la CNFR.

En diálogo con la diaria, el presidente de la Mesa Ejecutiva de la gremial, Mario Buzzalino, explicó que tras una reunión que tuvieron el martes definieron plantearle al resto de las gremiales del agro que los planteos del sector sean “únicos y serios”, para evitar “salir a la cancha con cualquier cosa”. Para eso, el 15 de febrero se reunirá un ámbito, creado el año pasado, en el que participan los presidentes de todas las gremiales agropecuarias; en esa instancia la CNFR planteará la necesidad de “sentarse a conversar para ver qué solución se puede encontrar en conjunto con el gobierno”.

Si bien destacó que los distintos gremios cuentan con “perfiles diferentes”, Buzzalino dijo que en este caso hay “problemas en común”. “Como gremiales maduras hay que tener capacidad de acordar y proponer cosas”, explicó. Previo a la reunión de todas las gremiales, la mesa de la CNFR volverá a encontrarse para establecer una hoja de ruta y definir qué propuestas realizará ante los demás gremios.

El dirigente de la organización consideró que la suba de tarifas que rige a partir del 1º de enero “es un golpe más que le pega a la producción”, que vivió “un año muy especial”, con una coyuntura internacional “bien compleja”, tanto a nivel de precios como de mercado. En particular, dijo que ambos factores perjudicaron “fundamentalmente a algunos rubros”, sobre todo al de la lechería. Según agregó, la realidad que está afrontando el sector agropecuario “no tiene que ver con los costos de producción”, en particular con el de la energía que necesitan los productores para realizar su tarea. Además de los problemas de precio y mercado, Buzzalino advirtió que hay que tener en cuenta los inconvenientes causados por el clima, ya que recientemente “la mitad del país estuvo bajo agua”, y en el sur de Uruguay la sequía “está comprometiendo” la producción. “Encima, meter un aumento de estas características es complicado”, opinó. Si bien valoró positivamente que el gasoil no haya subido, señaló que el petróleo bajó y “hubiera sido una oportunidad lindísima” para “igualar” las reglas de juego en materia de competitividad.

Consultado sobre si el impacto de la situación que señalan afecta de la misma forma a grandes que a pequeños y medianos productores, Buzzalino aseguró que “está pegando exactamente lo mismo” en todos. De todas formas, señaló que los productores más chicos tienen que ser “más intensivos” para poder vivir de su trabajo, lo que los lleva a tener que invertir más y gastar más energía. “El impacto de la energía es mayor cuanto más intensivo sea” el productor en la escala, dijo, y agregó que en la lechería el gasoil tiene “un impacto impresionante”, pero la energía eléctrica lo tiene aun más.

Por ejemplo, dijo que en el caso del sector hortofrutícola se está regando “casi noche y día”, por lo que el costo de la energía se vuelve “determinante”. Buzzalino explicó que si al factor clima se suman “las características de la producción” se puede concluir que el impacto de la suba de la energía le “pega más a un lechero o a un hortifruticultor”, y que además crece en la medida en que se trate de productores chicos. El dirigente gremial explicó que cuanto menor sea el tamaño del productor, tendrá “menos cintura”, menos capacidad de respuesta ante adversidades y menos capacidad de acceder a créditos bancarios, ya que “los bancos te cubren de acuerdo a tu posibilidad de enfrentar la situación”.

En relación a la movilización de algunos productores la semana pasada, Buzzalino explicó que, pese a que la CNFR no convocó ni participó a las manifestaciones, en su gremial están “tan preocupados como los que convocaron y participaron”, pero estimó que se trató de una actividad “muy espontánea y rápida”. No obstante, el presidente de la mesa de la CNFR consideró que las organizaciones gremiales “tienen la obligación de seguir” con los reclamos que comenzaron en las rutas nacionales hace más de una semana. De todas formas, y pese a que dijo que no cree que sea el caso de las movilizaciones encabezadas por los hermanos Algorta, planteó que se corre el riesgo de que ese tipo de manifestaciones “se termine partidizando”, lo que consideró un riesgo que “las organizaciones no pueden correr”.

Además, informó que hay varias sociedades de fomento con productores lecheros en actividad que están “afectados” por la deuda que el gobierno venezolano mantiene con ellos, a raíz de los acuerdos comerciales y de condonación de deuda que firmó el gobierno de ese país con su par uruguayo. De todas formas, consideró que, pese a que todos están afrontando “muchos inconvenientes”, los productores lecheros mejor parados son los que están dentro del sistema cooperativo, un argumento que debe servir para “valorizar” esa forma de producir. Más allá de las dificultades, Bozzalino concluyó que los pequeños y medianos productores “tienen muchas esperanzas de que esto [por la situación del sector] se dé vuelta”.