11 días antes de la matanza de Estado Islámico en Le Bataclan, el presidente Tabaré Vázquez estuvo en París y firmó un acuerdo de intercambio de experiencias sobre asuntos militares, científicos y tecnológicos con el gobierno francés. La ocasión fue propicia para hacer otros anuncios, por ejemplo, el de la reducción del proyecto de la regasificadora de Puntas de Sayago. Lanzado durante el gobierno de José Mujica, en mayo de 2013, el proyecto preveía una planta capaz de almacenar 267 millones de metros cúbicos de gas y tener una producción diaria de hasta 15 millones. La inversión, de 1.000 millones de dólares, incluía la construcción de la escollera para la instalación del barco regasificador, la apertura del canal de acceso a Puntas de Sayago, la conexión al gasoducto Cruz del Sur, el dragado y el alquiler del barco regasificador. En principio se manejó la posibilidad de que la obra fuera una iniciativa conjunta de Uruguay y Argentina, pero esa posibilidad no prosperó y finalmente Mujica aseguró que se haría “con o sin Argentina”, alegando que se trataba de una cuestión de soberanía energética.

Las obras comenzaron a cargo del consorcio GNLS -conformado por Gaz de France Suez y la empresa japonesa Marubeni- y de Gas Sayago, una empresa pública conformada por UTE y ANCAP. Gas Sayago invirtió entre 40 y 60 millones de dólares en la construcción del gasoducto terrestre, según informaron las autoridades de ANCAP en la comisión investigadora parlamentaria que se desarrolló el año pasado. A principios de 2015, la construcción se paralizó y meses después GNLS anunció que abandonaba el proyecto. Gas Sayago asumió entonces la realización de una nueva obra por cuenta propia para ir “adelantando”, según se supo en la investigadora: la construcción del canal de entrada hacia Puntas de Sayago, que costará cerca de 80 millones de dólares, que se pagarán con un préstamo de la Corporación Andina de Fomento. También se informó en la comisión que el barco regasificador se está construyendo y llegaría a Uruguay a fines de este año.

Pese a estas inversiones, el Ejecutivo no terminaba de definir cómo continuar con el proyecto. En noviembre del año pasado, en París, Vázquez habló de la imposibilidad de construir una obra como la proyectada sin tener asegurada la venta de la producción excedente de gas. El consumo interno de gas de Uruguay es de 300.000 metros cúbicos, y la capacidad proyectada de la regasificadora en sus últimas reformulaciones era de diez millones. “Si nosotros estuviéramos seguros de que los vecinos nos compran el gas que nos sobre, hacemos una bien grande”, prometió en aquel momento Vázquez. Luego negó con la cabeza y agregó: “No está seguro”. También en noviembre, las autoridades mantuvieron una reunión en Japón con la empresa Mitsubi, que está construyendo el barco regasificador, y según lo informado en su momento por el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, la empresa comprendió que las condiciones no son las mismas que al comienzo del proyecto, que “seguir adelante no sería el modelo adecuado” y que hay que “buscar conjuntamente nuevos caminos para hacer que esta experiencia sea viable”.

El jueves, tras la reunión con el presidente argentino Mauricio Macri en la estancia de Anchorena, llegaron las certezas, y el discurso cambió. “Creo que en un año, un año y poco, estaremos enviando gas a Argentina, como hemos acordado con el señor presidente de ese país. Esto implica para Uruguay que la obra de la regasificadora se va a cumplir y la vamos a terminar en un tiempo prudencial”, sentenció Vázquez al término del encuentro.

El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo a la diaria que el anuncio surgió de la conversación entre ambos presidentes, pero que hasta ahora no hay ningún documento firmado ni técnicos trabajando en el tema, por lo que el acuerdo comenzará a adoptar una forma más concreta en los próximos días. Para Diego Labat (Partido Nacional), representante de la oposición en el directorio de ANCAP, lo anunciado es “clave” para avanzar en la construcción de la regasificadora. “Si se confirma lo que salió, será una muy buena cosa para que el proyecto avanzara. Hay que ver cómo se baja a tierra”, dijo a la diaria.

Labat informó que el directorio de Gas Sayago se reunirá el 18 de enero para definir la contratación de un estudio de ingeniería de todo el proyecto. “El punto clave es conseguir alguien que compre el gas sobrante, y este acuerdo [con Argentina] sería muy bueno”, destacó.

El sindicato de trabajadores del gas también resaltó mediante un comunicado el acuerdo logrado y expresó su “pleno respaldo a la decisión adoptada por el gobierno nacional de continuar con el proyecto regasificadora, que lamentablemente se había pospuesto”.