Uruguay no tiene hasta ahora casos autóctonos de personas infectadas por dengue, chikungunya ni zika, tres virus que son transmitidos a los humanos por el mosquito Aedes aegypti, que sí está presente en el país. Pero aterra mirar alrededor y ver los brotes de zika que ha habido en los últimos meses en Brasil, Colombia y algunos países de América Central; Perú, Chile y Uruguay son los únicos países de la región libres de casos autóctonos. No se sabe hasta cuándo.

El gran problema con el zika -que se manifiesta por medio de fiebre, erupciones en la piel, conjuntivitis, cefalea- son los daños que causa en mujeres embarazadas, porque provoca malformaciones fetales -microcefalia- y enfermedades neurológicas. Si bien el virus tiene años sobre la tierra -fue identificado en Uganda en 1947-, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no se anima a afirmar todavía la asociación entre el zika y las malformaciones fetales; en la sección de preguntas frecuentes, el sitio web de la OMS responde que “las autoridades sanitarias investigan el posible vínculo entre el virus de zika en las embarazadas y la microcefalia en sus hijos” y pide a las mujeres extremar los cuidados hasta que haya más información.

“Es un tema que se está estudiando”, reafirmó ayer el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, y anunció que a eso apunta la reunión ampliada de ministros de salud del Mercosur que se desarrollará el martes en Uruguay, que ejerce la presidencia protémpore del Mercosur. La reunión fue propuesta el miércoles por la mandataria brasileña Dilma Rousseff en la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y además de los países del Mercosur se espera que participen los ministerios de salud de Ecuador, Bolivia, Chile, Venezuela. El objetivo, según Basso, “es valorar toda la información científica que hay, alguna muy reciente”, comentó el ministro, y agregó que “lo claro es que hay una relación entre el embarazo y este virus que genera algunas afecciones en el feto, algunas neurológicas, que están siendo evaluadas por los científicos”.

Por eso, respecto de las embarazadas, Basso expresó que “si no es estrictamente necesario, parece recomendable y prudente que valoren la posibilidad de postergar el viaje a aquellas zonas donde [el virus] tiene importancia”, como el nordeste brasileño, algunos estados de Colombia y algunos países tropicales. Aclaró que es “una decisión personal” y que si no pudieran postergar el viaje “hay formas de prevenir”, como usar ropa que cubra lo más posible el cuerpo y repelente durante todo el día, más aun de tardecita y noche, que es cuando ataca el mosquito. Reiteró que no hay vacunas para los virus que transmite el Aedes aegypti y que debe evitarse su proliferación, no dejando agua estancada.