La suerte del colegio José Pedro Varela no está echada, pero tampoco se definirá hasta el lunes. La asamblea de la Sociedad Uruguaya de Enseñanza (SUE) que sesionó ayer de tarde no se llegó a pronunciar sobre la propuesta de la Comisión de Padres para administrar el colegio, sino que decidió ir a un cuarto intermedio hasta el 25 de enero, cuando tomará una decisión al respecto.
Desde hoy hasta el viernes sesionará una comisión creada por la asamblea, que estará integrada por diez personas: dos representantes del Consejo Directivo del colegio, dos de los docentes, dos de la asamblea de la SUE, dos de los ex alumnos y dos de los padres. Salvo en el caso de estos últimos, es requisito que todos los integrantes de la comisión sean socios de la SUE.
Participantes de la asamblea de ayer describieron que se trató de una reunión equilibrada, en la que, en líneas generales, primó la idea de que la institución siga funcionando, aunque tampoco faltó debate. Durante la asamblea no participaron ni el contador ni el asesor legal de la Comisión Directiva del colegio, lo que fue evaluado como positivo a la salida del encuentro.
Sergio Sommaruga, secretario de asuntos laborales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep), consideró positivo el hecho de que no se haya concretado el cierre de la institución, aunque advirtió que “el tiempo juega en contra”, en la medida en que todavía existe incertidumbre sobre el futuro del colegio y el inicio de clases está cada vez más cerca.
En el encuentro tampoco estuvieron los 14 representantes de la Comisión de Padres que presentaron el proyecto. La idea fue transmitida por algunos de los integrantes de la comisión en la asamblea, en la que participaron cerca de 100 padres.
La propuesta apunta a una reestructura del colegio que incluye, entre otros puntos, la reducción de salarios de los cargos directivos del colegio, el aporte de recursos por parte de los propios padres y la postergación del pago de un crédito contraído con el banco Heritage.
Los ex alumnos se sumaron a la propuesta de los padres. El lunes “más de un centenar” se reunieron en el gimnasio de la institución para analizar su situación financiera y la decisión de cerrar la institución, tomada por el Consejo Directivo. En una declaración los ex estudiantes apoyaron y felicitaron “la gestión de la Comisión de Padres” para mantener el colegio abierto. “Muchos ex alumnos estamos dispuestos, en forma individual y como grupo, a apoyar la iniciativa, integrándonos en órganos de decisión o consultivos, aportando horas de trabajo o recursos económicos”, sostiene la declaración, que solicitaba a la SUE que no dé lugar a ningún proceso de liquidación del colegio y que apoye la propuesta presentada por los padres para que el Varela siga en funcionamiento.
La calle tomada
Padres, profesores, docentes, ex alumnos y estudiantes coparon ayer la esquina de Colonia y Minas, donde sesionaba la SUE. La convocatoria superó ampliamente las 300 personas. No faltaron las caras conocidas, como la senadora frenteamplista Mónica Xavier, que acompañaba los cánticos impulsados por los más jóvenes y hacía relucir un cartel que decía “Juntos podemos”. A su lado estaba Fernando Gambera, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y secretario general de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay, que asistió para apoyar al Sintep.
Los más jóvenes, todos con el uniforme de la institución, eran los que le ponían el color a la manifestación con sus originales pancartas. En la esquina había una que decía: “All we are saying is give Varela a chance”, parafraseando la canción de John Lennon. Otra, con la cara de José Pedro Varela, afirmaba: “Los principios varelianos no se negocian. El colegio debe permanecer abierto”. Unos parlantes reproducían una y otra vez el himno de la institución. Cada vez que éste finalizaba, los jóvenes aplaudían con energía, como si se tratara del festejo de una victoria en un partido de fútbol.
Entre los padres y docentes primaba la indignación por la situación, y el diagnóstico común era la “mala gestión”. “Una institución que cobra una cuota en promedio de 18.000 pesos no puede fundirse jamás. Pero había sueldos de 180.000 pesos, algo que en este país no tiene sentido”, dijo la madre de dos alumnos del colegio. “Encima te avisan del cierre en esta época”, se quejó. Fabiana, docente de jardinera, sostuvo que la situación es “horrible” y aseguró que es contraria a la voluntad de la totalidad de los funcionarios. “Sabíamos que iba a haber recortes, pero no que se iba a cerrar”, sostuvo. Agregó que si bien “mucha gente ya se fue, creemos que se puede repuntar”, especialmente si los padres logran llegar a gobernar la institución, ya que “van a poder estar a la altura”. Según Mario Moll, el asesor legal del Consejo Directivo, el colegio ha perdido entre 200 y 250 alumnos a raíz de la crisis.