La organización de la sociedad civil Transparencia Internacional publicó ayer el Índice de Percepción de la Corrupción 2015, un estudio que contempla la percepción de corrupción en el sector público en 168 países. La puntuación del índice va de 0 a 100, cifra que representa la máxima transparencia. Uruguay es el país con el índice más alto de América Latina. Respecto de 2014 se mantuvo en el puesto 21 de la lista, que ese año compartió con Chile; pero esta vez sumó un punto más en el índice y alcanzó los 74.
A nivel mundial, en 2015 hubo más países que mejoraron su puntuación que los que empeoraron. Dinamarca tiene el índice más alto, con 91 puntos; por segundo año consecutivo ocupa el primer lugar de la lista. Corea del Norte y Somalia, por el contrario, se mantienen desde 2012 en el último puesto, con sólo ocho puntos. Brasil es el país que más posiciones descendió en el índice: disminuyó cinco puntos y bajó siete posiciones respecto de 2014 a raíz del escándalo de Petrobrás; ahora está en el puesto 76, con 38 puntos. Respecto de 2014, los países que mejoraron de forma sustancial en 2015 fueron Austria, República Checa, Jordania y Kuwait. Los países que más descendieron en la clasificación fueron Brasil, Guatemala y Lesoto.
Blanqueado americano
81% de los países americanos tienen un índice inferior a 50 puntos; su puntuación media es de 40, número que no se aleja del promedio global, que es 43. En las Américas, Canadá es el mejor posicionado: ascendió un puesto respecto de 2014 y ahora ocupa el nueve, con un índice de 83 puntos. Después está Estados Unidos, en el lugar 16, con 76 puntos. Y en tercer lugar, Uruguay.
A Uruguay le sigue Chile, en el puesto 23, con 70 puntos, a pesar de que bajó tres puestos respecto de 2014. Después están Costa Rica, en el puesto 40, con 55 puntos, y Cuba, en el 56, con 47 puntos. Los índices más bajos son los de Venezuela y Haití, ambos países en el puesto 158, con 17 puntos.
Según se explica en el informe, el índice se elabora a partir de las opiniones de expertos sobre la corrupción en el sector público. Las puntuaciones de los países pueden ser positivas cuando existen “mecanismos de gobierno abierto”, por medio de los cuales la ciudadanía puede exigir que sus gobernantes rindan cuentas. La organización afirma que los países que ocupan las primeras posiciones comparten determinadas características: “Altos niveles de libertad de prensa, acceso a la información sobre presupuestos, que permite al público saber de dónde procede el dinero y cómo se gasta; altos niveles de integridad entre quienes ocupan cargos públicos, y un poder judicial que no distingue entre ricos y pobres y que es verdaderamente independiente de otros sectores del gobierno”. Por el contrario, una puntuación deficiente “evidencia un contexto donde prevalece el soborno, los actos de corrupción quedan impunes y las instituciones públicas no dan respuesta a las necesidades de los ciudadanos”. También se señala que los países en las últimas posiciones se caracterizan por tener conflictos sociales y estar en guerra.