El director general de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), Jorge Quian, dio ayer una conferencia de prensa para recordar la recomendación de que las embarazadas se vacunen contra la tos convulsa a partir de las 20 semanas de gestación. El mensaje estuvo dirigido a las mujeres, para que le soliciten la vacuna al ginecólogo tratante, y al cuerpo médico, para que se acuerde de indicarla. Quian aseguró que la vacuna no tiene ninguna contraindicación para la mujer ni para el feto y que, por el contrario, puede evitar el grave daño que provoca la enfermedad en los recién nacidos.

La recomendación fue hecha a partir del fallecimiento de dos lactantes en Montevideo a causa de la tos convulsa. Se trata de una enfermedad infecciosa respiratoria aguda producida por dos bacterias: la Bordetella pertussis y, en menor medida, la Bordetella parapertussis. Es muy contagiosa y se transmite por gotitas de secreciones respiratorias expulsadas por la tos.

Quian aclaró que no hay alarma y que no se está ante una epidemia, pero los dos fallecimientos ameritan reforzar las acciones de prevención de la enfermedad; la vacunación es clave para prevenir y disminuir su incidencia. El jerarca, pediatra de profesión, informó que “en Uruguay, así como en la mayor parte de los países, se vacuna a los lactantes a los dos, cuatro, seis y 12 meses, a los niños de cinco años y a veces se da un refuerzo a los 12 años”. Nuestro país incorporó la dosis en la adolescencia en 2012, luego de uno de los últimos picos de esta enfermedad. En diálogo con la diaria Quian explicó que la vacuna no está recomendada antes de los dos meses de vida “porque el sistema inmune no está capacitado para dar una respuesta adecuada en la formación de anticuerpos”. De hecho, se asimila lentamente y la situación más comprometida es la de los menores de seis meses, porque la vacuna “tiene un efecto acumulativo”, lo que hace que antes de los seis meses se dé en tres dosis, detalló Quian. Por eso lo recomendable es que se vacune la embarazada, para que el bebé al nacer cuente con anticuerpos protectores. Igualmente, es importante que el niño reciba a tiempo las dosis indicadas.

También es recomendable que se vacunen los adolescentes, recordó Quian, principalmente los que conviven con recién nacidos. Si bien en 2012 la vacuna contra la tos convulsa fue incorporada al Certificado Esquema de Vacunación, Quian dijo que los adolescentes son una de las poblaciones más difíciles de vacunar y, un poco en broma, un poco en serio, comentó que pueden darse 2.000 pinchazos para hacerse un tatuaje pero no uno por una vacuna. Es importante vacunarse a los 12 años porque la vacuna pierde efectividad con el paso del tiempo y a esa edad se da a modo de refuerzo. Añadió que a nivel mundial incluso se discute la posibilidad de agregar al esquema de vacunación otro refuerzo diez años después, como se hace con las vacunas contra el tétanos y la difteria, pero que esa discusión no se ha saldado.

Quian señaló que el adulto puede ser portador de la bacteria y transmitírsela al lactante sin saberlo, puesto que el cuadro clínico no es característico y puede haber casos sin síntomas. “A veces en los adultos se presenta como una tos que se interpreta como una alergia o una bronquitis”, dijo, y recomendó consultar al médico cuando se tose más de dos semanas.

Dijo que en los niños “muchas veces se presenta como una infección respiratoria común del tipo de la bronquiolitis, y a veces en la evolución se agregan síntomas más característicos”, y que los pediatras suelen sospechar cuando el hemograma muestra glóbulos blancos altos, lo que es un índice de infección. Como pediatra, Quian recomendó “estar atento a cualquier síntoma respiratorio en niños”. “Si se acompaña de fatiga, aunque el niño no tenga mucha fiebre, si aparece una tos que llame la atención, sobre todo esa tos que viene en acceso, que puede provocar vómitos e irritación conjuntival”, agregó.

Como siempre, es imprescindible reforzar las medidas de higiene y evitar que personas con infecciones respiratorias tengan contacto con lactantes.