La desgastante relación entre Jihad Diyab y el gobierno se cobró su primera víctima, y no fue el ex recluso de Guantánamo (que lleva más de 60 días de huelga de hambre), sino el intermediario entre ambas partes: el profesor Christian Mirza, que ayer, mediante una carta pública, anunció que deja definitivamente ese rol.

“Hoy, después de un mes y medio de diálogo con Diyab y tras numerosos intentos en pos de salvaguardar su vida e integridad, y consecuentemente colaborar a que se cumpliera su deseo de irse del país en procura de reunificarse con su familia, me encuentro al final del camino”, dijo Mirza en su carta.

El hasta ayer intermediario destaca los “esfuerzos” que hizo el gobierno uruguayo para obtener un destino seguro para Diyab “fuera de fronteras” y recuerda que “varios ciudadanos acompañaron dicho proceso e intentaron persuadir a Diyab para que desistiera de la huelga de hambre, sin dejar de respetar su voluntad manifiesta”. Además, sostiene que “las condiciones básicas para su adecuada inserción social en nuestro país estuvieron dadas desde su arribo en diciembre de 2014”, y que, “del mismo modo que los otros cinco ex presos de la oprobiosa cárcel de Guantánamo, el Sr. Diyab contaba con los elementos necesarios a tales propósitos”. No obstante, “ante la compleja realidad y pese a estar esperando -aún en estos momentos - respuestas de otros Estados ante las gestiones realizadas por Cancillería, la que por otra parte accedió recientemente al petitorio formulado ante la Comisión de Refugiados [Core], la actitud de Diyab no se ha modificado. De mi parte siento que nada más puedo aportar”.

El vaso se derramó, según sugirió Mirza ayer a La República, cuando le llevó a Diyab varios de los documentos de la cancillería que el ex recluso había reclamado por intermedio de la Core. En ese momento, Mirza le planteó “enérgicamente” que levantara la huelga de hambre, pero no obtuvo una respuesta afirmativa del sirio: “Quedó pensando y sacó a relucir otra cosa. Salió con otro tema que no tiene nada que ver, porque él hizo una solicitud de visa a un país latinoamericano y dice que Uruguay se lo impidió. Que Uruguay haya interpuesto algún impedimento es absurdo. Entonces le dije: ‘Mirá, te dejo pensando y me llamás’”, explicó.

La renuncia de Mirza no alcanza a los otros ex presos de Guantánamo: “Continuaré desempeñando mi función de nexo con los cinco hombres que -me consta- vienen realizando esfuerzos y avances notables desde mayo de 2015”.