“Se trata de una reorganización de algo que ya existe, pero con mayor flexibilidad a nivel operativo”, resumió Uriarte. El proyecto, ya firmado por el presidente Tabaré Vázquez y ahora en manos de la Comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas de la Cámara de Diputados para su discusión, prevé que el Inosa se mantenga en la órbita del MTOP pero tenga las posibilidades operativas de una empresa estatal.
La intención primera consiste en “agilizar el diseño y la ejecución de las obras de construcción, sobre todo de las urgentes -como fue el caso de las de Dolores- y además realizar la reconstrucción de edificios públicos y de patrimonio con las distintas intendencias”. Las obras de mayor porte seguirán adjudicándose al sector privado, pero con la recomendación previa “no vinculante” del instituto.
“La Dirección de Arquitectura tiene más de 120 años. Fue muy importante en el siglo XX, cuando se construían todas las empresas públicas, y hoy lo será de nuevo, pero para esto debe adaptarse a los ritmos actuales de construcción y a las nuevas posibilidades tecnológicas”, explicó Uriarte.
Cambio de naturaleza
En la exposición de motivos del proyecto, al que accedió la diaria, se establece que si bien la Dirección de Arquitectura posee una “capacidad técnica importante”, las “trabas lógicas” de la administración centralizada, “propias de los sistemas administrativistas no pensados para actividades operativas, han ido construyendo un freno a la actividad de la construcción, así como en todos los aspectos del accionar técnico”, dificultades que “han hecho perder la orientación estratégica en materia de construcción social y pública, así como de mantenimiento territorial”.
Para destrabarlas, será necesario modificar la naturaleza jurídica de la dirección. Según explicó Uriarte, se optó por un “instituto” y no por una nueva empresa pública porque “no se buscó competir directamente con el sector privado, pero sí contar con la misma flexibilidad de trabajo que este”. “Todo lo que tiene capacidad operativa en el Estado funciona mejor de manera descentralizada; es una opción que ha tenido resultados muy exitosos en el pasado, y por eso la elegimos”, afirmó.
Aun así, la Dirección de Arquitectura continuará existiendo como unidad ejecutora dentro del MTOP, ejerciendo las funciones de elaboración de los lineamientos estratégicos en materia de edificación pública, mantenimiento del patrimonio edilicio y apoyo a las obras de interés social.
División de las tareas
La “herramienta” -como la llama Uriarte- no sustituye al sector privado. La idea es que el Inosa se encargue de “estudiar, proyectar, ejecutar por administración directa” en el caso de obras urgentes o “trabajos menores” de carácter social, estatal o de utilidad pública en materia arquitectónica e infraestructura. “No es que se vaya a hacer la torre de Antel, pero sí puede hacerse el proyecto”, explicó Uriarte.
Las obras de mayor tamaño serán encomendadas al sector privado por subcontratación, y la institución deberá “certificar el precio y/o la calidad técnica”. También tendrá la potestad de constituir o adquirir sociedades comerciales, así como participar en emprendimientos o asociaciones con entidades públicas o privadas.
“Ni un peso más”
Según Uriarte, este cambio orgánico en la Dirección de Arquitectura no le costará “ni un peso más” al Estado. El patrimonio del Inosa se integrará con los activos y pasivos de la dirección, con donaciones o legados que reciba y transferencias de activos que le realicen el gobierno central, los gobiernos departamentales y cualquier otro organismo del Estado.
Su directorio estará integrado por tres miembros rentados -un presidente, un vicepresidente y un director- designados por el Poder Ejecutivo, cuyas remuneraciones no podrán ser mayores a las de un subsecretario de Estado. Los elegidos finalmente designarán un gerente general y un secretario como cargos de confianza, pudiendo contratar hasta tres asesores técnicos en la misma calidad. Este equipo deberá elaborar, en sus primeros seis meses en funciones, la estructura orgánica del Inosa, y en el correr del primer año, el estatuto del funcionario.
En cuanto al personal, todos los obreros de la Dirección de Arquitectura migrarán al Inosa, y los funcionarios administrativos podrán elegir sobre su permanencia en uno u otro. Hoy en día cuenta con 350 obreros y 60 profesionales -según datos provistos por Uriarte-, y el presupuesto aprobado el año pasado le otorgó la capacidad de contratar a 300 personas más.
Si bien existe la necesidad de “renovar el personal, porque varios de los obreros tienen más de 40 años, y eso en la construcción es una edad avanzada”, Uriarte sostuvo que la flexibilidad que le otorga el proyecto permitirá a la institución “no tener muchas más personas presupuestadas”. La alternativa propuesta es “ir contratando de acuerdo a la necesidad de las obras que se van llevando a cabo, como sucede con las empresas privadas”, explicó. El proyecto de ley establece que la institución podrá contratar personal eventual no calificado y especializado para “atender las necesidades de cada obra específica”, y que el vínculo “cesará automáticamente a la finalización” de esta. Según dijo, al día de hoy a la Dirección de Arquitectura le puede llevar hasta un año el proceso de contratación, porque debe hacerlo mediante la ventanilla única, pero el proyecto acortaría estos tiempos a la tercera parte.
Otro punto previsto es la posibilidad de que los obreros puedan hacer horas extra, porque “en la construcción es algo fundamental para el avance de una obra cuando las condiciones climáticas no ayudan”. También la forma de contratación: “Será rigurosamente por sorteo en el caso de la mano de obra no calificada y por prueba de aptitud en los casos de la mano de obra especializada y técnica”. Mientras se aprueban las venias y se gestionan los traspasos, Uriarte ejercerá las funciones del directorio y el Poder Ejecutivo asegurará “no menos de 25 profesionales universitarios con formación en arquitectura e ingeniería civil” para el funcionamiento del Inosa.
Por contagio
De aprobarse el cambio, los primeros proyectos planificados para el Inosa serían la remodelación del edificio de la Fiscalía General de la Nación, y varias obras en el sanatorio Etchepare, ambos en Montevideo; “se harán de nuevo la cocina, el lavadero y otros sectores comunes”, adelantó Uriarte.
Consultado por el efecto que tendrá este movimiento en un sector en recesión, consideró que “la construcción pasa por ciclos: hoy está parada, pero si suceden todas las obras de infraestructura que se planean para el quinquenio, va a reactivarse, porque la demanda será en exceso. Además, el Estado tiene que pensar cosas adelantándose al futuro, y esto es necesario para la nueva realidad”.