La huelga de hambre del ex recluso de la cárcel de Guantánamo Jihad Diyab lleva ya 56 días. El viernes, el canciller Rodolfo Nin Novoa le pidió al sirio que la abandonara. Lo hizo en una conferencia de prensa el viernes, en la que aseguró también que sigue haciendo gestiones ante varios países musulmanes “o de población mayoritariamente musulmana” para que amparen a Diyab y a su familia, que está refugiada en Turquía. El canciller recordó que Diyab tiene un “título de identidad de viaje” que le permite viajar libremente.

El grupo de allegados a Diyab considera que los dichos del gobierno no se contradicen con el pedido formal que el refugiado hizo a Cancillería, en el que pide algunos documentos (cartas con la firma de Nin Novoa dirigidas a las embajadas de cuatro países, que consignen que Uruguay está de acuerdo con que deje el país, papeles que aclaren su situación legal y una copia del acuerdo entre Uruguay y Estados Unidos sobre las condiciones de su refugio); de obtenerlos, levantaría su huelga. “Lo que se puede rescatar de la conferencia que dio el ministerio es el tema de que el gobierno uruguayo ratifica que se puede ir del país”, dijo Ana Claudia de León, integrante del grupo de allegados al sirio, que adelanta que Diyab está esperando al martes, luego del feriado, para ver qué novedades hay”.

Teresa Sandar, una de las integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) que le han prestado asistencia durante su huelga de hambre, informó que Diyab firmó, en presencia de un escribano, un documento en el que afirma que no quiere recibir tratamiento médico, incluso si su salud empeora. Las médicas informaron que Diyab está lúcido, pero decaído, ya que el lunes pasado volvió a dejar de ingerir líquidos.