Tomografías por emisión de positrones (PET por sus siglas en inglés) es lo que realiza el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (CUDIM). Se trata de un ente paraestatal cuya financiación proviene en parte del Fondo Nacional de Recursos y en parte de Rentas Generales y que emplea a 48 trabajadores no médicos, entre los que hay auxiliares de servicio, administrativos, enfermeros, técnicos radiólogos, técnicos en radioisótopos y químicos. Su director general es el doctor Henry Engler, uno de los nueve tupamaros que fue rehén de la dictadura. Ayer, los agremiados en la Asociación de Funcionarios de CUDIM (AFCUDIM) pararon todo el día y se movilizaron enfrente de la institución, ubicada en Ricaldoni y Avenida Italia. Ingrid Kreimerman, secretaria de organización de AFCUDIM, explicó a la diaria que el sindicato se creó en mayo “como resultado de muchas arbitrariedades e inequidades que venían aconteciendo”. “Cuando intentamos iniciar un proceso de diálogo nos encontramos con una dirección que no reconoce a la organización sindical. Buscamos ámbitos de negociación bipartitos y luego en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social [MTSS], pero no hemos tenido respuestas concretas a nuestros planteos”, afirmó la sindicalista. Kreimerman denunció que, por el contrario, se intentó “quebrar la organización sindical” y que tienen a “una compañera que es parte de la dirección del sindicato suspendida de forma arbitraria hace más de 15 días”. AFCUDIM reclama el reconocimiento de la organización sindical y el cumplimiento del convenio colectivo del grupo 15 (Salud Privada) en materia de licencias, prima por antigüedad y otros beneficios acordados. “Queremos reafirmar que los trabajadores del CUDIM estamos comprometidos con la institución y con los pacientes, porque somos conscientes de la importancia que tiene la institución para la salud de la población”, aclaró Kreimerman.

Por su parte, Engler dijo que en el CUDIM trabajan 76 personas y el conflicto es llevado adelante sólo por los 28 afiliados al sindicato, y que se trata de “un problema feo porque el conflicto apuntó en contra de los pacientes”. “La FUS [Federación Uruguaya de la Salud] tiene claros protocolos en defensa de los pacientes, pero estos no están afiliados a la FUS. Están por su cuenta. Es gente que creó un sindicato que estaba superbienvenido -¿cómo me voy a oponer, después de todo lo que he luchado por la clase trabajadora?-, pero este sindicato es individualista y pone a los pacientes de rehenes”, agregó Engler. El director general de CUDIM afirmó que ayer atendieron pacientes con normalidad a pesar del “intento por sabotear el servicio” y calificó al conflicto de “vergonzoso” e “inmoral”.