Todos Hacia Adelante, el sector encabezado por el senador nacionalista Luis Lacalle Pou, considera que los uruguayos están cerca de “volver a lo que es normal en una democracia” que los partidos tengan que construir “acuerdos” sobre “políticas específicas” para poder constituir su gobierno.

Estas y otras apreciaciones sobre la realidad política nacional se encuentran en un documento aprobado tras un nuevo congreso del sector que se llevó a cabo en Trinidad, Flores, al igual que había ocurrido el año pasado. “Lo habitual en la democracia uruguaya no es que gobierne un partido con mayoría propia. Esa es una excepción que se ha dado en estos años. Lo normal en la democracia uruguaya, como en casi todas las democracias, es que un partido gane las elecciones pero tenga que construir acuerdos de gobierno con otros partidos para tener mayoría en el Parlamento. Así se gobernó entre 1985 y 2005”, dice el documento aprobado por el congreso. Al igual que el senador Jorge Larrañaga (Alianza Nacional), Lacalle Pou quiere impulsar acuerdos entre los partidos de oposición para garantizar que un eventual gobierno nacionalista a partir de 2020 cuente con gobernabilidad; pero la diferencia que presenta esta propuesta con la de Larrañaga, dijeron desde Todos, es que ese acuerdo no debe comenzar a trabajarse desde ahora.

Durante el cierre del congreso, Lacalle Pou aseguró que el país va rumbo a un “parlamentarismo 3.0”, dado que las “próximas instancias de gobierno” tendrán una base de acuerdo “más amplia, más ancha de partidos. ¿Dónde? En el Parlamento. ¿Qué sugiere el Parlamento? Lentitud. ¿Por qué digo 3.0? Porque tienen que ser acuerdos de base bien amplia, pero a la velocidad del mundo”. Luego, volvió a insistir en que las “figuras más importantes representativas de partidos y bloques” integren el gabinete del Poder Ejecutivo, “para allí estar todos bien fuertes, empujando para el país”. Dirigentes del sector comentaron a la diaria que lo que se busca con esto es similar a lo que realizó el presidente Tabaré Vázquez durante su primer período de gobierno (2005-2010), cuando en aquella oportunidad incorporó a los principales líderes de las listas del Frente Amplio (FA) al gabinete, con la diferencia de que, de ganar las elecciones, el Partido Nacional deberá conformar un gobierno con varios partidos si es que quiere tener mayorías parlamentarias.

Mientras hablaba de este tema, Lacalle Pou no se privó de criticar al empresario Edgardo Novick, quien clama que todos los partidos de la oposición se unan para sacar al FA del poder. “Ahora resulta que la historia hay que borrarla de un plumazo. Están aceptando que por pertenecer a distintos colectivos no nos podemos poner de acuerdo, y eso es una definición patológica de la fusión. No hacemos nada por la negativa. La inspiración de medidas y acciones basadas en lo negativo no pueden terminar bien”.

Cuestión de mayorías

El documento del sector es enfático en un argumento con el que Lacalle Pou viene insistiendo desde hace tiempo: “El gran problema del Uruguay actual es que las mayorías políticas que emergieron de las elecciones de 2014 ya no coinciden con las mayorías sociales que reclaman cambios”. ¿Y en qué áreas se necesitan esos cambios? “Todos sabemos por dónde pasan los reclamos de las mayorías sociales: no es tan difícil detectar cuáles son las principales preocupaciones de los uruguayos. También sabemos que el sistema político no está dando en el clavo para resolverlas”, se asegura.

Un poco más específico fue Lacalle Pou en su oratoria, cuando dijo que en situaciones normales “el ministro del Interior [Eduardo Bonomi] y la ministra de Educación [María Julia Muñoz] no estaban sentados en estos días en el gabinete”.

El objetivo del sector, asegura el documento, es “lograr que las mayorías políticas coincidan con las mayorías sociales que piden cambios”. Esto, se asegura, “no es una alternativa entre izquierda y derecha, ni entre Estado y mercado, ni entre socialdemocracia y liberales, ni ninguna otra fórmula abstracta. La alternativa es entre quienes se sirven del gobierno para acumular poder y los que queremos gobernar a favor de la gente”. Según Lacalle Pou, el FA “se aleja más de las mayorías sociales”, y “el político que pierde contacto con la realidad de la gente menos va a poder transformar la realidad. Cuando la soberbia inunda y el afecto se aleja, es más complejo moldear la realidad”. En ese marco llamó a imaginarse “nuevos mecanismos dentro de la Constitución y de la ley para presionar ante un gobierno que no está dispuesto a cambiar”.

También lanzó unos misiles teledirigidos a Vázquez: lo criticó por no hacer cumplir los acuerdos interpartidarios en seguridad bajo la excusa de no intervenir en el Poder Legislativo, “al mismo tiempo que iba a buscar cuatro diputados díscolos a que voten un ajuste fiscal”, y lo cuestionó porque “parece que ya se está despidiendo”, aunque su gobierno “recién arrancó”.

Las críticas del sector de Lacalle Pou también apuntaron a las políticas sociales del FA, que -se asegura- no logran “el desarrollo individual sostenible ni están sustentadas en uno global de largo plazo”. “El Uruguay no aguanta más seguir engrosando el Estado como única respuesta a las demandas de integración social y fuente de empleo”, concluye.

Lacalle Pou también apuntó a las políticas sociales: “11 años de planes sociales que han gastado el dinero de todos los uruguayos, y es mentira que hay igualdad de oportunidades en este país”.