El ex presidente José Mujica iba a integrar el mecanismo encargado del monitoreo y verificación de la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según informó el semanario Búsqueda el 24 de agosto. Había sido invitado a tales efectos por las FARC, con la anuencia del presidente colombiano Juan Manuel Santos. Estaba previsto que en ese grupo participaran los países garantes del proceso de diálogo (Cuba, Noruega, Venezuela y Chile) y otra personalidad regional.

Pero la historia es otra, tras el plebiscito que determinó una victoria ajustada del No sobre el Sí, y sobre esto conversó Mujica con la diaria. El ex presidente dijo que le llamó la atención la “brutal abstención” de la población colombiana, que superó el 60%, y las diferencias en la votación según se tratara de zonas de guerra o no. Consideró que la derrota del Sí se explica por varios factores: el “miedo” y el hecho de que Colombia “paga el precio de una guerra larga”, pero también incide el hecho de que Santos “está soportando el peso de la crisis”. “Estuve en un acto de centrales sindicales colombianas, donde dejaron en claro que apoyaban el Sí, pero no al gobierno”, apuntó Mujica.

El ex presidente evaluó que el resultado deja “una interrogante total”. “Desde que el mundo es mundo, una guerra que no se termina por la vía militar, la única manera de terminarla es por la vía política. Si vos analizás la historia de todas las guerras, no tiene vuelta. Y las soluciones políticas nunca pueden ser perfectas”, manifestó, en referencia a las críticas que se hacen al acuerdo de paz sometido a plebiscito, por ejemplo, por ser demasiado indulgente con la guerrilla.

Mujica consideró que “el peligro” ahora es “que se atomicen las FARC, que hasta ahora eran un cuerpo”. De todos modos, destacó la actitud que tuvieron tanto Santos como los líderes de las FARC. “Quiero tener un hilito de esperanza, pero no es sencillo. Aunque si hubiera triunfado el Sí, no hubiera sido sencillo tampoco, porque una cosa son los acuerdos de paz, y otra cosa es que la sociedad aprenda de nuevo a convivir”, señaló, y agregó que es urgente solucionar “el problema económico del campesinado”.

Diplomacia y oposición

La cancillería uruguaya se pronunció ayer sobre el resultado del plebiscito en Colombia. En un comunicado oficial expresó su “confianza” en que, “en el marco del cese el fuego bilateral y definitivo, se continúen buscando los espacios de diálogo y concertación que permitan alcanzar la tan anhelada paz”.

En redes sociales, dirigentes del Frente Amplio lamentaron el resultado, mientras que del lado de la oposición se expresaron opiniones diversas. “Aplaudo Acuerdo d Paz en Colombia, pero supongo q partidarios del ‘juicio y castigo’ en Uruguay lo reprueban, porque no recoge ese criterio”, escribió, por ejemplo, el diputado colorado Ope Pasquet. “Un país dividido y un no a la paz. Esta es la situación de Colombia hoy. Qué lástima”, escribió la ex ministra nacionalista Ana Lía Piñeyrúa. En cambio, Guillermo Maciel, asesor del senador colorado Pedro Bordaberry en seguridad y director del Observatorio en Seguridad de la Fundación Propuestas, escribió en Twitter que el acuerdo determinaba que las FARC obtuvieran “directamente cinco escaños parlamentarios sin pasar por elección alguna”, que no deberían “dar cuenta de su patrimonio ni de sus actividades vinculadas al narcotráfico” y que “controlarían el desarrollo rural y la economía y la política” en algunas localidades. También retuiteó una columna del periodista colombiano Plinio Apuleyo, publicada en el diario El País de Uruguay y -antes- en El Tiempo de Colombia, en la que Apuleyo sostenía que, de aprobarse el acuerdo de paz, las FARC no sólo sembrarían hortalizas, sino también “la semilla de su credo marxista”.