La Dirección de Estadísticas Agropecuarias (Diea), componente de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), presentó ayer su anuario estadístico correspondiente al año que corre, en el que se brinda información sobre las principales cadenas de valor agroindustriales del país, su comportamiento en la economía y sus resultados de comercio internacional. Destaca el rubro agropecuario por el alto rendimiento que presentaron el trigo, la cebada y el maíz, en contraposición con la soja, cuyo desempeño cayó sensiblemente en 2016.

Si bien se estima una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en dólares corrientes para este año, se proyecta que el sector agropecuario mantenga estable su producción para el mismo período. De acuerdo con el análisis de la Diea, la economía produciría en su conjunto unos 53.436 millones de dólares y el rubro agropecuario contribuiría con 3.290, 6,2%, mientras que la agroindustria en su totalidad aportaría 10%.

Sectorialmente, la producción ganadera se destacaría en 2016 por un aumento del stock vacuno -que llegaría a las 12 millones de cabezas-, mientras que las existencias ovinas continuarían en descenso, “como [desde] hace varios años”, precisó la directora de la Diea, Laura Piedrabuena, en diálogo con la diaria.

En cuanto a la producción lechera, se proyecta un aumento de la productividad del sector a raíz de “una mayor intensificación y concentración”, como consecuencia del descenso en la cantidad de tambos. Se estima que existen unos 3.900 tambos, pero sólo 2.879 son remitentes, con un envío diario de 1.190 litros.

En la producción agrícola se percibe una caída del área sembrada de cultivos de secano en 14%, aunque con iguales participaciones entre cultivos. En cuanto a los de invierno, presentaron “rendimientos históricos”, tanto la cebada como el trigo. Mientras la primera tuvo una producción de 355.000 toneladas, que aumentó 57% respecto de 2015, producto de un rendimiento de 3.840 kilos por hectárea (kg/ha), en el segundo caso la producción fue de 1,2 millones de toneladas, lo que implicó un alza de 11% por un rendimiento de 3.610 kg/ha.

Entre los cultivos de verano, la soja presentó los “mayores problemas”, con una caída de la producción de 29% debido a un “bajo” rendimiento, de 1.937 kg/ha, que ubicó la producción anual en 2,2 millones de toneladas. En el caso del maíz los rendimientos fueron “buenos” -de 5.867 kg/ha-, lo que implicó un incremento de la producción de 1,5%, que totalizó en 487.000 toneladas.

En la forestación hubo una extracción mayor, tanto de madera en rollo (10%) y en rollo industrial (13%) como para pulpa -rolliza y chips- (de 20%). En total se produjeron 13,6, 11,1y 9,3 millones de metros cúbicos en cada caso.

En cuanto al precio de la tierra, sufrió una “leve” caída de 9% en relación al año anterior, pero se mantiene en la línea de los 3.600 dólares por hectárea, que es el promedio de los últimos cuatro años. También se mantiene el total de hectáreas vendidas respecto del año anterior, ante lo que Piedrabuena se pregunta si estaríamos en “una nueva meseta”.

Sobre las exportaciones, la oficina de estadísticas del MGAP sostiene que el sector agropecuario aporta 74% de las exportaciones del país, lo que lo constituye como “el depositante de divisas para el país por excelencia”, según valoró la directora de la Diea.