El Ejército presentó la propuesta para “mejorar la situación de la seguridad pública” en el marco del Diálogo Social que impulsa el Poder Ejecutivo. El documento firmado por el comandante en jefe de la institución, general Guido Manini Ríos, establece que la propuesta pretende “preparar ciudadanos, que hoy están al margen de la actividad laboral o estudiantil, para la Defensa y Protección civil, capacitándolos para que puedan actuar en apoyo a los Comités Departamentales de Emergencia en situaciones de prevención y respuesta ante situaciones de emergencia ocasionadas por desastres naturales, riesgos sanitarios o por la acción del hombre”.
Entre los objetivos de la propuesta cabe destacar que el Ejército pretende “contribuir a la seguridad ciudadana, alejando a centenares de jóvenes en situación de calle o abandono de la posibilidad de incurrir en conductas delictivas, ahorrando recursos que hoy se vuelcan a prevenir y reprimir el delito”. En el numeral denominado “Concepto de la propuesta” se establece: “Crear una 'Fuerza de Voluntarios en Defensa y Protección Civil”, priorizando el ingreso de jóvenes de entre 18 y 30 años de edad que estén aptos “desde el punto de vista físico y médico” y que no estén trabajando ni estudiando. “Los mismos serán considerados efectivos auxiliares del Ejército, con derecho a usar un uniforme y a percibir un viático equivalente al 50% del sueldo de un soldado y otros apoyos que se determinarán oportunamente en base a la disponibilidad de recursos del Estado”, explica el documento. Después, establece que los jóvenes permanecerán durante un período de seis meses y recibirán instrucción “en defensa y protección civil”, “formación en valores civiles y democráticos, así como todo lo relacionado a su salud física y mental”. Agrega que “será un objetivo transversal” iniciar a los jóvenes en el conocimiento de oficios y “preparación para su desarrollo personal y familiar”.
El Ejército pretende “inculcar” a los jóvenes “valores y hábitos de cuidado de la salud”, trabajo, disciplina y respeto, “así como una formación técnica básica, que le otorgue herramientas para su apoyo voluntario a situaciones de emergencia y desastres”.
La “instrucción” que otorgará a los jóvenes será “moral y cívica” para “formar al individuo en los valores como ciudadano”, para contemplar la Constitución, las leyes, los códigos, la historia nacional e instrucción “de tareas de acción cívica y acción social”, costumbres y hábitos, valores cívicos y de convivencia, respeto a los símbolos patrios, instrucción de atención de emergencias, como “milicias, fuerzas auxiliares o reservas que puedan ser utilizadas en tareas subsidiarias como atención a desastres naturales, prevención de enfermedades, tareas de apoyo a emergencias sanitarias y cuidado del medio ambiente”. Los oficios que los militares plantean enseñar son: albañilería y pintura, mecánica, electricidad, herrería, conducción, carpintería, sanitaria, huertas y jardines, alimentación y cuidados básicos de equinos, peluquería y panadería. Estos cursos se impartirán en convenio con la Universidad Tecnológica. También se les brindará a los jóvenes: primeros auxilios, educación sexual y reproductiva, prevención de enfermedades e higiene personal y ambiental. Más adelante, el documento advierte que los jóvenes deberán recibir instrucción “de códigos y reglamentos militares”, ya que “tendrán estado militar” y podrán “ser sancionados”.
Cada centro de instrucción contará con un equipo multidisciplinario conformado por un asistente social, un sicólogo, un médico general y un docente. El Ejército propone que en una primera etapa el cupo máximo del programa será de 480 plazas, pudiéndose ampliar a 720.