Finalmente se confirmó que el partido del fin de semana entre Sud América y Peñarol se jugará a puertas cerradas, debido al hecho de violencia registrado durante el último partido de los mirasoles, cuando uno de sus hinchas fue baleado en el baño de la tribuna Ámsterdam. Los dirigentes de Sud América aseguraron que esta decisión “los perjudica”. “Cuando comenzamos la temporada generalmente tenemos tres objetivos: no bajar a la B, hacer unos mangos jugando de locales con Peñarol y hacer unos mangos jugando de locales con Nacional. Si nos sacan uno de ellos, el club prácticamente pierde su razón de ser. Es deprimente”, declaró un dirigente buzón.

Ayer se reunieron autoridades de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y del Ministerio del Interior (MI) para evaluar algunas medidas que permitan mejorar la seguridad en los escenarios deportivos. El presidente de la AUF, Wilmar Valdez, declaró tras el encuentro que se están manejando varias medidas y que, si bien no podrán implementarse de forma inmediata, “seguramente servirán durante un par de semanas, hasta que pase algo más grave y haya que pensar nuevas medidas”.

Una fuente del MI explicó que, además de las medidas que se plantearon a los dirigentes del fútbol, hay otras que están siendo consideradas por la cartera. “Se habla de colocar cámaras para identificar a los responsables de los hechos violentos, pero eso no es indispensable. Con poner la Sport 890 o ver Punto penal alcanza: ahí aparecen todos los dirigentes de los clubes que protegen a los barrabravas. Sería un gran avance erradicarlos. Y creo que es posible: si los obligamos a pagar entrada, seguro que no vuelven a pisar un estadio”. También se estudia la posibilidad de controlar el ingreso de los llamados “encargados de seguridad” de los clubes. “Si ponemos a esa gente a hacer el trabajo de la Policía, es lógico que terminen siendo cómplices de los delincuentes en vez de combatirlos, porque es lo que hace la Policía”.