“Tróccoli viaja a Buenos Aires pocos días antes de los crímenes que estamos examinando; sabemos que él era S2 y comandaba el servicio de inteligencia del Fusna [Fusileros Navales]; su viaje a Argentina no puede ser evaluado como una coincidencia”. El abogado Antonello Madeo, que representa a las partes civiles Frente Amplio (FA), Partido Democrático de Italia, familias D’Elia, Borelli, Gambaro y Casco -en sustitución del abogado Danilo Leva- presentó sus alegatos finales en la audiencia del juicio para la Operación Cóndor del viernes 25 de noviembre. Ante la Tercera Corte de Asís de Roma, Madeo subrayó la circunstancia inusual de la presencia de un partido político, como el FA, como parte civil en un procedimiento penal y justificó esa presencia haciendo referencia a la gran cantidad de víctimas pertenecientes a esa coalición y a la proscripción que sufrieron la fuerza política y sus miembros. Sus declaraciones se fundamentaron sobre todo en los hechos de fines de 1977 y principios de 1978, y en la oleada represiva en contra de los Grupos de Acción Unificadora (GAU) entre Montevideo y Buenos Aires, a cargo de Jorge Néstor Tróccoli y Juan Carlos Larcebeau Aguirregaray.

Además de los testimonios ya citados por otros abogados en las audiencias antecedentes, como los de Cristina Fynn, Rosa Barreix y Carlo Dosil, Madeo centró su exposición en la figura de Tróccoli: “Delante de nosotros hay un sujeto de edad ya avanzada que sigue reivindicando su postura. Es un león sin dientes que sigue denunciando con fuerza que la patria lo traicionó. En sus declaraciones delante de esa Corte citó su libro, que es una apología de la violencia. Él era uno de los verdugos más encomiados, un enfant prodige de la violencia, aun más apreciado por su joven edad en la época de los hechos. Quiero invitar a la Corte a reflexionar sobre el hecho de cómo, en un momento histórico en el que estaba en acción una coordinación represiva entre los países sudamericanos, podía verificarse un secuestro o un homicidio sin el consentimiento de quienes dirigían los servicios de inteligencia”.

Madeo se centró en la responsabilidad de Tróccoli en la represión de los GAU y subrayó la jurisdicción del Fusna en esas operaciones: “La represión de los GAU en Argentina fue posible sobre la base de las informaciones recuperadas por parte del S2 comandado por Tróccoli en Uruguay; Tróccoli admitió haber viajado a Argentina y luego de esos hechos recibió un ascenso de carrera; después colaboró con la ESMA [Escuela Superior de Mecánica de la Armada] y recibió encomios. En su libro él se jacta de que en la ESMA copiaron las técnicas de torturas y extorsión de la información de la Armada uruguaya”. A propósito de la determinación de la prueba, hizo hincapié en el artículo 192 del Código de Procedimiento Penal con referencia a indicios “graves, precisos y concordantes”. Madeo también puso en duda el contenido del informe de la Armada que fue presentado en 2005: “Ese informe fue redactado por Tabaré Daners, quien en la época de los hechos que estamos examinando era juez sumariante del Fusna. Eso deja muchas sospechas sobre la veracidad de la información contenida en la memoria presentada a [el entonces presidente] Tabaré Vazquez”. Finalizó afirmando que el comunicado número 1.383, de 1978, que afirma que los GAU fueron desmantelados gracias a las operaciones conducidas por las Fuerzas Conjuntas, es la confirmación de las desapariciones. El abogado recordó también las figuras de Julio D’Elia, Raúl Borelli y Raúl Gambaro y se sumó a los pedidos de la Fiscalía.

El abogado Fabio Maria Galiani, en representación de Uruguay y de la parte civil Soledad Dossetti, presentó la primera parte de su alegato y concluirá su exposición en la audiencia del 1º de diciembre. Galiani comenzó su declaración con una introducción técnica y ofreció a cada jurado de la Corte fichas con datos de cada uno de los imputados y con referencias a las víctimas, los testigos y los elementos de prueba. Asimismo entregó una tablet a cada juez con el mismo material preparado para una búsqueda textual de documentación referida a cada caso. Habló del Plan Cóndor haciendo referencia a los testigos Giulia Barrera y Carlos Osorio y a la documentación desclasificada que ofrecieron; recordó que, según lo referido por Osorio, Uruguay pidió varias veces a Estados Unidos material desclasificado sin éxito; refirió acerca de acuerdos para el intercambio de informaciones, becas y cursos que se establecieron en la región ya en 1974: “Luego veremos para qué sirvieron esos cursos” dijo.

Después de haber presentado las fichas de cada imputado se centró en un detallado análisis de la sentencia del Tribunal de Roma que puso en libertad a Tróccoli en 2008, y expuso los que, según él, fueron errores de evaluación: “Ese tribunal emitió un fallo en una fase de investigaciones preliminares y con muy poca documentación traducida. En estos años produjimos 25.000 actas, se descubrieron nuevos archivos y varias personas se animaron a declarar. En la sentencia de 2008 se subestimó el rol de la Armada y de Tróccoli”.

Luego Galiani pasó a detallar las pruebas que acusan a Tróccoli. Analizó su legajo y puso en evidencia la rapidez de su carrera, que se desarrolló en los años de la represión. Asimismo, relató la cantidad de reconocimientos que recibió por su “valentía”, su “trabajo eficaz en delicadas y peligrosas misiones” y su “actividad sin descanso en el combate a la sedición”. El abogado destacó el hecho de que, sorpresivamente, en el legajo de Tróccoli falta sólo la parte relativa a diciembre 1977-enero 1978, período que coincide con la oleada represiva contra los GAU. “Pero sobre esa época tenemos los testimonios de quienes lo vieron actuando en el Fusna”, señaló.

El jurista hizo también un análisis prolijo de varias declaraciones de Tróccoli, en tiempos y contextos diferentes, y puso énfasis en sus contradicciones: “En la memoria presentada ante la Corte de Apelación de Salerno dijo que a finales de 1977 estaba en un curso en Puerto Belgrano; en las declaraciones de 2007 en Montevideo dijo que a mitad de diciembre de 1977 salió de licencia, que participó en entre 50 y 60 interrogatorios, que en 1977 viajó a Argentina, que transcurrió Navidad y fin de año en Guichón -y acá los testigos dijeron que transcurrió la Navidad en Montevideo y fin de año en Guichón-. Le dijo al juez, para las investigaciones preliminares en Roma, que nunca detuvo a nadie, que salió de licencia a inicio de 1978, que se tiene que admitir que los desaparecidos están muertos y que fue tres veces a la ESMA”.

La Corte informó que se suprimió la audiencia del 13 de enero de 2017 y citó para el 17 de enero de 2017, fecha de la posible sentencia. La próxima audiencia está prevista para el 1º de diciembre; ese día concluirá el alegato de Galiani y expondrá el abogado Nicola Brigida para el caso Montiglio (Chile) y la Unión Italiana del Trabajo. Ese día, además, empezarán los alegatos finales de los abogados de los imputados.

Errata

En la nota del miércoles 23 acerca del juicio sobre el Plan Cóndor en Roma se deslizaron algunos errores: la fecha de la muerte de Álvaro Nores Montedónico no es el año 1985, y él y Juan Pablo Recagno fueron secuestrados el 2 octubre de 1976 y no el 1º, como se sostiene en la nota. Pedimos disculpas por estas imprecisiones.