El cielo levemente encapotado amenazaba con lluvia, pero eso no alejaba a las personas que se fueron acercando a la plaza Independencia para ubicarse en círculos concéntricos alrededor de un Novick que saludaba y se sacaba fotos con quien quisiera. “¿Será el presidente?”, se preguntaron en la periferia unos turistas de habla inglesa.
Verde flúor fue el color elegido oficialmente para el PG, y así se lo distinguía desde lejos en las seis banderas oficiales -de fondo blanco y letras en color- distribuidas entre la concentración, así como en pañuelos que abrazaban los cuellos de algunas personas. Caras más curtidas y otras menos marcadas, hombres y mujeres, la convocatoria fue bastante pareja para un lado y para el otro; la mayoría adhería con alguna prenda en tonos de verde.
Si bien alcanzaba con 1.400 firmas, Novick finalmente consiguió entregar unas 7.450 a la Corte Electoral. El ex senador colorado -y ahora verde- Daniel Bianchi dijo a la diaria que fueron “muchas más de las esperadas, sobre todo considerando que se juntaron en un día y medio”, y afirmó que la adhesión fue “pareja y proporcional” en todo el territorio nacional.
Además de Bianchi también estuvieron presentes los diputados Guillermo Facello y Daniel Peña -antes, colorado y blanco, respectivamente- y Guillermo Stirling, ex ministro del Interior que ocupó esa cartera durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti y el de Jorge Batlle. Se hicieron presentes además los empresarios Everly Rodríguez y Carlos Lecueder y el economista Javier de Haedo, que está trabajando con Novick desde hace días, después de las últimas elecciones departamentales, en las que el empresario se presentó como integrante del Partido de la Concertación.
Además de los parlamentarios que cambiaron de partido, el ex director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Javier de Haedo fue militante del Partido Nacional (PN) hasta fines de 2010 y, si bien se considera parte de quienes están pensando la estrategia fundacional del PG, sostiene que sigue siendo blanco: “Uno puede dejar de votar al PN, pero sigue reconociendo la condición de blanco. Yo soy blanco, con Novick”, explicó a la diaria. “Si los demás hubiesen querido, esto sería el Partido de la Concertación, pero la negativa de los otros partidos a armar un frente alternativo al que nos gobierna acabó en esto que presentamos hoy”, agregó. Consultado por lo que considera más atractivo del PG, respondió que “el hecho de que está todo por construirse; es un desafío y lo más lindo a la vez”.
Cayendo al baile
Pasadas las 13.00, Novick y su familia arrancaron liderando la caminata que conduciría a la Corte Electoral, pasando por la Puerta de la Ciudadela para tomar la peatonal Sarandí y cruzar la plaza Matriz por la diagonal rumbo a Ituzaingó. Los seguían gran parte de los que se habían concentrado previamente, alternando coros de “Uruguay nomás”, aplausos y la clásica arenga con nombre propio: “Novick, Novick”.
La comitiva se detuvo en varios puntos, sobre todo cuando se acercaba alguien a saludar. Un vendedor ambulante de gorros instalado en la peatonal agitó uno de Peñarol, que Novick levantó en el aire, al tiempo que abrazaba al vendedor al grito de “Vamo’ el manya, nomás”.
Una vez llegados a la Corte Electoral, mientras el político “de la Gente” subía al cuarto piso con las dos urnas de color verde que contenían las 7.450 firmas, los que esperaban abajo entonaron una pequeña parte del Himno Nacional y otra vez volvieron a los cánticos: “Olelé, olalá, si esto no es la gente, ¿la gente dónde está?”.
“Hoy es un día histórico: ha nacido un nuevo partido, el Partido de la Gente, el partido para la gente”, repitió Novick al salir de la Corte, montando una conferencia para explicar su estrategia electoral: “Ubicarse bien en el centro de la política nacional”. “Si querer mejorar la educación y la igualdad de oportunidades para todos los niños que nacen en los hogares más humildes es ser de izquierda, somos de izquierda. Pero si querer combatir con energía y firmeza la delincuencia y el narcotráfico es ser de derecha, entonces somos de derecha”, explicó, asegurando que la clave debe estar en “una mejor administración”.
La esencia de su discurso estuvo en marcarse como “un outsider de la política”. Se definió como “el más uruguayo de todos” y repasó las preferencias que justifican esa etiqueta: “Me gustan el fútbol, el básquetbol, el carnaval, la vuelta ciclista, la murga, los parodistas, las llamadas, el teatro, el asado y el mate”. En la misma línea, afirmó haber sido parte de “todas las clases sociales” y dijo conocer “a todos” y saber “cómo piensan”. También dijo estar “aprendiendo mucho” y consideró que el PG será un partido “de brazos abiertos”.
“Reclamo espontáneo”
La Declaración de Principios repartida durante el evento de ayer sostiene que el PG nace de “un reclamo espontáneo de la sociedad” y “busca reunir a quienes tienen una misma visión sobre el Uruguay”, “priorizando las coincidencias sobre las diferencias circunstanciales o históricas” y “apuntando a la alternancia de poder”.
En cuanto al área social, se establece que el PG instrumentará “planes para la generación de capacidades” en lo educativo; que se actuará “en forma decidida contra el deterioro de la seguridad pública”, tanto con “medidas preventivas de inmediata implementación” como con los “necesarios cambios legales y judiciales”; y que se “diseñará y ejecutará” un Plan Nacional de Vivienda que “permitirá el acceso a las mismas de todos los ciudadanos”.
En términos económicos, el PG buscará “un adecuado balance entre Estado y mercado” y se apegará a la “política exterior tradicional”, promoviendo la “no intervención en los asuntos internos de otros estados”. Un tercer capítulo, dirigido a la política ambiental, prioriza la protección de los recursos hídricos y sus cuencas, así como la promoción de “una discusión abierta sobre el reconocimiento de derechos de los animales”.