Apenas unos meses después de haber auspiciado un evento de pseudociencias(1), al Ministerio de Turismo le pareció una buena idea patrocinar el Segundo Simposio de Yoga Científico para la Educación, Salud y Bienestar, en conjunto con la Secretaría de Deportes de la Intendencia de Montevideo, evento que tuvo lugar el 22 y 23 de octubre en el hotel Ibis de Montevideo. Repasando su programa y escuchando a su coordinador, el rumano Octav Fercheluc, nos encontramos con asuntos como “La meditación trascendental”; “El despertar, la amplificación y la comunión sutil y profunda con las energías cósmicas de la SABIDURÍA UNIVERSAL [sic]”; “Los mantras y la salud”; “Aspectos fundamentales de la transmutación biológica y de la sublimación como procesos esenciales de la vida”; “Técnicas para dinamizar la estructura sutil-energética del ser”, etcétera. Un auténtico arsenal de misticismo esotérico.
En el sitio web de la academia Ananda, dirigida por Fercheluc, se hace una referencia generosa a quien se considera su guía espiritual, Gregorian Bivolaru, más conocido como Grieg, un gurú rumano fundador del Movimiento para la Integración Espiritual en el Absoluto (MISA). Según Fercheluc, Grieg sería un luchador “por los valores verdaderos de la vida humana, para el derecho de cada hombre de vivir en salud, paz y armonía con su entorno”.(2) Convenientemente, omite referirse a algunos aspectos un tanto escabrosos de su currículum, como el haber sido expulsado de la Federación Internacional de Yoga en 2008, junto a otros 20 instructores, acusado de falta de integridad moral y de utilizar el yoga como pantalla para ocultar actividades ilegales. Resulta que este guía espiritual se especializaba en convencer a las jovencitas que se acercaban a su secta de tener sexo con él como forma de alcanzar “niveles superiores de espiritualidad tántrica”. Grieg se asiló en Suecia en 2005, prófugo de la Justicia de su país, hasta que fue arrestado este año en Francia y extraditado a Rumania, donde cumple pena de prisión por múltiples cargos, desde evasión impositiva hasta tráfico de personas y abuso de menores.
El psicólogo especializado en el estudio de las sectas Álvaro Farías se preguntaba hace poco, a raíz del proyecto Yoga y Meditación de la Universidad de la República, cuál era la relación entre esta nefasta secta internacional (el MISA) y la academia local Ananda, de Fercheluc, y cuál sería el vínculo entre este, llegado de Rumania en 2009, y los instructores del MISA expulsados justo un año antes, temas sobre los cuales poco se sabe. Vale la pena ver el documental de la televisión finlandesa sobre las actividades de esta secta y su yoga tántrico, disponible en Youtube.(3)
Que haya gente dispuesta a pagar 1.000 pesos para participar en este tipo de encuentros y debatir sobre las energías universales, esas que se dan de patadas con las leyes de la física pero tanto fascinan a los movimientos místicos de la nueva era, vaya y pase. Estamos en un país libre, donde la gente grande tiene derecho a intoxicarse con las ideas de su preferencia.
Lo que desconcierta y debería preocuparnos es que, por decisión de jerarcas que parecen poseídos por una especie de incontinencia patrocinante, algunos organismos públicos se vean involucrados con actividades privadas de esta índole, en las que absolutamente nada tiene que hacer un Estado laico, más que mantener una distancia prudencial.
El yoga como disciplina permite diversas aproximaciones que difieren, entre otras cosas, por el énfasis puesto en su componente físico y corporal o en sus pretensiones de alcance místico. Farías no duda en calificarlo de “una disciplina religiosa”,(4) aunque muchos de sus practicantes prefieren referirse a él como una filosofía práctica o filosofía de vida. Pero más allá de la discusión sobre la calificación más ajustada, es indudable que se trata de un conjunto de prácticas incluidas nítidamente en el fenómeno conocido como la nueva espiritualidad de las sociedades posmodernas, sobre la que tanto se ha escrito. Al igual que todas las religiones, se basa en la idea de que el ser humano es un alma (yivatman) encerrada en un cuerpo (rupa), y su práctica se orienta a conseguir la perfección espiritual y la unión del alma individual con lo absoluto. En palabras de Fercheluc “el Yoga nos ofrece un camino espiritual auténtico, que nos permite descubrirlo a Dios en nuestro propio ser y lograr el estado de perfección espiritual”.(5)
Desde 1918, el artículo 5º de nuestra Constitución establece que “El Estado no sostiene religión alguna”. Parece difícil no captar el sentido de una idea tan clara. Que no sostiene significa que no apoya, que no fomenta, que no debe auspiciar manifestaciones de tipo religioso. El Estado representa a todos los ciudadanos y no debe patrocinar en ningún caso actividades vinculadas con una determinada fe, sean estas promovidas por señores de sotana o por otros más cool, de túnica naranja; sea que basen su fe en las Sagradas Escrituras y el Espíritu Santo o en las energías universales, el tantra y la iluminación espiritual, porque el incienso es el mismo y, en todos los casos, la laicidad tambalea. Ya venía un poco maltrecha el año pasado con el retroceso que significó la inauguración de una capilla en el Hospital Militar y la creación de una Unidad de Asuntos Religiosos en el área de Sanidad Militar. Después vino el proyecto de decreto del intendente Daniel Martínez para la instalación de la estatua de la Virgen María en la rambla, un grave error que viene siendo contenido por una mayoría de ediles respetuosos de la laicidad.
Tal vez sea buen momento para poner en discusión esa tendencia, cada vez más instalada, de ver la política como un torneo de buenismo inclusivo, que diluye el logro histórico de nuestra laicidad en ese centauro ideológico, al decir de Fernando Savater, que es la laicidad positiva. Un oxímoron encubierto, ideado hábilmente para burlar la laicidad pero sin culpa, que obliga a estar siempre dispuestos a dar un me gusta para evitar sospechas de discriminación y no arriesgarse a ser arrastrado a la hoguera de los intolerantes. Con menos preconceptos a la moda y un poco más de sentido crítico, probablemente algunos no se sentirán tan confortablemente incluidos, pero eso será un costo ínfimo si se consigue encarrilar las políticas públicas en una dirección más alineada con los mandatos constitucionales.
(1). Ver: “La promoción del curro”, la diaria, 19/07/2016. (2). http://yogauy.net/quienes-somos/116-guia-grieg.html (3). https://www.youtube.com/watch?v=hPPSQV9Esk (4). http://es.aleteia.org/2015/08/10/el-yoga-esoterico-desde-rumania-hacia-america-latina/ (5). http://yogauy.net/articulos/30-yoga/112-porque-yoga.html_