El papel de Fidel Castro en Cuba, la influencia de su figura en América Latina y su incidencia en la política mundial fueron las cuestiones más rememoradas durante el fin de semana por quienes recordaron al líder de la Revolución Cubana.
Los primeros en reaccionar fueron los presidentes de los países que integran, junto con Cuba, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. “Se fue un grande. Murió Fidel. ¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!”, dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa. Su par boliviano, Evo Morales, expresó su “profundo dolor” por el fallecimiento “del gigante de la historia de la humanidad”, y agregó: “Seguramente algunos dirán que, como no hay Fidel, ni Hugo [Chávez], no hay lucha. Con más fuerza, hermanos y hermanas, vamos a seguir luchando contra esa dominación, contra esa humillación que viene del imperio norteamericano en estos tiempos”. También criticó al “fascismo” que “festeja” la muerte del líder cubano.
En tanto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió con “tristeza” la muerte de quien describió como un “hombre admirable del siglo XX que ha marcado el siglo XXI”. Entrevistado por el canal Telesur, Maduro agregó: “La historia grande continúa con nosotros, que nos sentimos sus hijos”. En su opinión, tanto Chávez como el líder cubano “dejaron abierto el camino para la liberación de los pueblos” latinoamericanos. La reacción del dirigente opositor venezolano Henrique Capriles fue muy distinta. “¡Cuando se vaya el narco y corrupto gobierno de Maduro tendremos un año de júbilo! ¿Duelo por Castro? ¡Duelo por los miles de venezolanos asesinados!”, escribió en Twitter.
En Colombia, Fidel fue recordado por el presidente Juan Manuel Santos y por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que hicieron énfasis en la importancia que tuvo Cuba como país garante del proceso de paz y sede de esas negociaciones que se desarrollaron durante cinco años. El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, despidió al líder cubano como “uno de los grandes” del mundo y cerró su mensaje en Twitter con un “¡Viva Fidel, carajo!”.
El mandatario brasileño, Michel Temer, dijo que Fidel fue “un líder de convicciones” que “marcó la segunda mitad del siglo XX con la defensa firme de las ideas en las que creía”. En una nota posterior divulgada por la cancillería, el gobierno de Brasil dijo que “no es posible entender la historia de nuestro continente sin hacer referencia a Fidel, sus ideas y acciones al frente de la revolución cubana y del gobierno de su país”. En tanto, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo que para los pueblos latinoamericanos “y los trabajadores de los países más pobres”, fue “siempre una voz de lucha y esperanza”.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, afirmó que Fidel Castro fue “un líder por la dignidad y la justicia social en Cuba y América Latina”. El más escueto fue el mandatario argentino, Mauricio Macri, que se limitó a decir: “Mis condolencias al gobierno cubano por el fallecimiento de Fidel Castro”. Su antecesora, Cristina Fernández, también mandó condolencias a la familia del líder cubano, y afirmó en Twitter que él y el pueblo de Cuba son un ejemplo de “dignidad y soberanía” e ingresan “definitivamente” en la “historia grande”.
En algunos países de Centroamérica, a las condolencias oficiales se sumaron otros homenajes. En Honduras, por ejemplo, más de un centenar de activistas y dirigentes del opositor Partido Libertad y Refundación, que lidera el ex presidente Manuel Zelaya, se concentraron frente a la estatua del prócer cubano José Martí, en Tegucigalpa, para homenajear a Fidel. En la Plaza de la Revolución de Nicaragua, el presidente Daniel Ortega encabezó un acto en el que sonaron canciones del músico cubano Silvio Rodríguez. “Fidel inició un nuevo tránsito hacia la infinitud del amor, de la solidaridad, de la paz”, dijo Ortega, antes de decretar nueve días de duelo nacional. En paralelo, un grupo de artistas nicaragüenses realizaban un recital en el Teatro Nacional Rubén Darío, en honor al líder cubano.
Fuera de América Latina, causaron revuelo las declaraciones del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien dijo que Fidel Castro “fue un líder extraordinario” que “hizo significantes mejoras a la educación y salud de su nación”. Trudeau también recordó la relación que tuvo el cubano con su padre, Pierre Trudeau: “Sé que mi padre estaba muy orgulloso de considerarlo un amigo y tuve la oportunidad de reunirme con Fidel cuando mi padre murió”. Dirigentes del opositor Partido Conservador cuestionaron enseguida las palabras de Trudeau porque consideraron que defendía a un “tirano”. La diputada Kellie Leitch afirmó: “Trudeau tuvo hoy la oportunidad de defender la libertad y la dignidad humana pero prefirió defender a un dictador brutal”.
Los mensajes de despedida a Fidel Castro llegaron de diversas partes del mundo, entre ellas de Sudáfrica y de Rusia. El mandatario sudafricano, Jacob Zuma, agradeció al líder cubano por su ayuda y apoyo en la lucha contra el apartheid, y el ruso, Vladimir Putin, que llamó por teléfono a Raúl Castro apenas se enteró de la noticia, dijo que Fidel “dio su vida” por sus ideales y que era “un sincero y confiable amigo de Rusia”.