En la Cuenca Chacarita, un espacio rodeado por los barrios Paso Carrasco, Maroñas, Ituzaingó, Jardines del Hipódromo, Piedras Blancas y Punta de Rieles y atravesado por la cañada del mismo nombre, viven casi 60.000 personas: un tercio en situación de pobreza, 21% en una vivienda inadecuada, 10% en condiciones de hacinamiento y 8% con servicio sanitario incompleto. Las cifras son estimadas y, según dijo el alcalde del Municipio F, Francisco Fleitas, a la diaria, “posiblemente sean más elevadas”.

Un recorrido por fotos áreas de los últimos 45 años da cuenta de que el problema no apareció recientemente, ni en la crisis de 2002 ni en la anterior. La Chacarita, el primer asentamiento de los 36 que hoy integran la cuenca, se creó en 1969, ya sobre los márgenes de la cañada, y albergaba a unas 500 familias. El más nuevo, conocido como El Peluca, data de 2009 y es el que creció más rápido. La mayoría está ubicada en zonas de alto riesgo habitacional: uno, en particular, arriba del colector, y otro sobre un relleno de basura.

El Consejo de la Cuenca del Arroyo Chacarita se inauguró hace un año como un espacio de intercambio entre autoridades municipales, departamentales y nacionales y vecinos para la rehabilitación de la zona, y se mantienen reuniones en las que se acuerda el avance sobre el plan integral de cohesión social, ordenamiento territorial y recuperación ambiental de la cuenca, desarrollado por el Municipio F.

Ayer, durante las Primeras Jornadas de Precariedad Urbana y Desigualdad Territorial, se presentó el caso de Chacarita y, en particular, de la zona ubicada en las proximidades del arroyo -el ala este-, como ejemplo de precariedad concentrada. Una mesa integrada por académicos y representantes departamentales y nacionales priorizó para su regularización la restauración de espacios públicos y la relocalización obligatoria de aquellos que están instalados en terrenos de zonas inundables.

Cecilia Lombardo, profesora de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República, sostuvo que la concentración “no se trata un fenómeno aislado” sino que es “consecuencia de cambios territoriales” que obedecen al “desarrollo productivo de determinadas áreas de la ciudad elegidas por el capital” y a la aparición de “nuevas centralidades” distintas de las tradicionales. Destacó como prioritario atender el estado de espacios públicos, como plazas y parques, pero también las calles y la accesibilidad de servicios sociales. “Por ejemplo, en el caso de la educación, en muchos lados tenemos la infraestructura e incluso los recursos, pero clases con 50 alumnos, entonces eso ya deteriora la calidad”, explicó. También advirtió que es importante “seguir manteniendo el diálogo con los vecinos para que ellos mismos construyan su salida”.

Por su parte, el director de Tierras y Hábitat de la Intendencia de Montevideo (IM), Daniel Espósito, dijo que, de acuerdo a su visión, habría que apuntar al desarrollo de la zona como “un distrito industrial”. “Es algo a pensar y diseñar”, dijo, mostrando que herramientas como las exoneraciones tributarias pueden usarse “a favor” de ese objetivo. En otro orden, indicó que la comuna está trabajando con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente en la relocalización de los asentamientos sobre la cañada, que son “los de mayor prioridad, hoy”. Ya se habría ubicado un predio, pero la información no es oficial aún.

La subsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera, por su parte, descartó que la precariedad concentrada se deba a “una ausencia del Estado, ni a nivel municipal, ni departamental ni nacional”, y coincidió con los otros participantes de la mesa en que se necesita hacer una “relocalización obligada” de los que ocupan terrenos inundables y en que “el rol del espacio público es fundamental”.

Locatarios

Si bien en la distribución presupuestal el Municipio F estableció intervenciones concretas en Chacarita -“el cambio de alumbrado de mercurio a sodio, el acondicionamiento de algunos espacios públicos y ciertas intervenciones en la pavimentación”-, Fleitas sostiene que, dado lo estructural del problema, se requieren alianzas más fuertes a nivel departamental y nacional. “El sueño es el de la equidad, la formalidad y el pleno desarrollo, pero sabemos que estamos lejos. Tenemos un problema enorme y necesitamos un compromiso acorde, y si bien ya está en la agenda, tenemos que hacerlo mucho más visible”, consideró.

Consultado sobre las demandas de los pobladores, sostuvo que coinciden “fuertemente” con las autoridades en que hay que mejorar el saneamiento y el espacio público, pero destacó que hay una especial preocupación por la educación y por “lo que ellos llaman el rezago escolar”.

Con respecto a la relocalización, el alcalde establece que debe haber un “contacto directo con la población, previo”. “Necesitamos ver la manera en que lo hacemos; quizás sea por medio de la Universidad de la República, pero es necesario hacerlo. Nuestra intención no es venir y decir ‘ustedes se tienen que ir de acá’. Esto es de construcción ciudadana y colectiva, de muchos tires y aflojes. Sabemos que va a haber disconformidad y conformidad, lo importante es ir haciendo cosas que vayan mitigando algunos impactos, pero ya pensando en el largo plazo”, explicó.

La mirada de Fleitas a futuro está puesta en que “esto se convierta en un parque como el Andalucía”, en referencia al parque lineal que se extiende en las márgenes del arroyo Miguelete desde Bulevar José Batlle y Ordóñez hasta la avenida Millán, y que constituye una exitosa experiencia de recuperación espacial que se dio en la zona del arroyo Miguelete. “Sabemos que es un sueño, que lo primero es cambiar las condiciones de la familia, pero vamos para ahí”, concluyó el alcalde del Municipio F.