El intendente de Montevideo, Daniel Martínez, aseguró en una entrevista con el matutino El Observador publicada ayer que la comuna no permitirá la instalación de aplicaciones de transporte colectivo como Tubus. “No queremos aplicaciones que vengan a destruir. Para destruir ya tenemos al Sistema de Transporte Metropolitano, que destruye el espíritu, los oídos, y eventualmente las vidas de usuarios y peatones”, aseguró. El jerarca definió la posible llegada de este tipo de plataformas como “una patada en el ojo” al transporte capitalino, algo que representaría “un gran peligro para todas y todos los montevideanos”. “Si ya manejan mal, después de una patada sería salvaje. Encima de ver mal, estarían enojados. Yo, el lo personal, no me animaría a salir a la calle”, afirmó. De todas maneras, varios conductores de ómnibus ya se mostraron proclives a la llegada de Tubus. “Nos parece perfecto que nos den una patada en el ojo, así nosotros podemos romperles los dientes. Ese tipo de intercambios son los que nos gustan”, aseguró un integrante de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte. Ayer se conocieron otras novedades con respecto a la movilidad urbana. La Intendencia de Montevideo anunció la instalación de estacionamientos subterráneos. Este tipo de obras son vistas como “muy necesarias” ya que “el tema de desestimular el uso de automóviles en el centro, como ocurre en las ciudades importantes, es casi imposible. La única opción que tenemos es esconderlos”, explicó un jerarca del Departamento de Tránsito de la comuna. El funcionario también adelantó: “Tenemos una gran cantidad de interesados en ingresar en el mercado del estacionamiento montevideano, en el que los estacionamientos formales y los tarifados mueven decenas de millones de dólares al año, y si a eso se suman los 1.500 millones de dólares que mueve el sistema de cuidacoches, es uno de los más grandes del mundo”.