La actividad fue coordinada por Juan Mario Triaca, director del Portal Amarillo, que hizo énfasis en la necesidad de derribar mitos, y consideró dos extremos. Dijo que es frecuente oír entre los consumidores de marihuana que “es un pastito, y que no hace nada” mientras que, del otro lado, está la comunidad científica, en la que “también tenemos mitos: que todo consumo humano es problemático y perjudicial”. Afirmó que “hay mucha gente” que consume marihuana “en un marco de cuidado, y eso no es perjudicial”, y distinguió esa práctica del “consumo problemático, que sí genera perjuicios en la salud física, psíquica y social, pero esto también viene precedido por otras problemáticas que son previas al consumo, en la mayoría de los casos”, matizó.

Sin sobredosis

Alba Negrín es médica toxicóloga, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) y trabaja en el área de drogodependencia del Portal Amarillo, del Hospital de Clínicas y del Hospital Evangélico. Abordó los “aspectos toxicológicos y escenarios de riesgo”. Reseñó que la marihuana “ha sido una planta enjuiciada” y que con el paso del tiempo se le han ido encontrando nuevos principios activos, además del THC -que es psicoactivo- y el cannabinol, y que se han hallado hasta ahora 489 compuestos químicos diferentes. Explicó que la toxicidad depende de varios factores: del producto, del grado de exposición, de la vulnerabilidad de la persona, de las circunstancias en que es consumida, de la dosis y vía de ingreso, y también de si es consumida sola o con otras sustancias.

La marihuana está en cuarto lugar en la lista de consumo de drogas, que es encabezada por el alcohol, el tabaco y los tranquilizantes. Negrín recordó que la Encuesta Nacional de Hogares sobre el Consumo de Drogas de 2014 indica que 23,3% de los uruguayos consumió marihuana alguna vez. Según esa encuesta, 9,3% había consumido en el último año y 16% de ellos presentaba un consumo problemático. Proporcionó datos del Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT): en 2010 hubo 66 consultas agudas por consumo de marihuana y en 2012 hubo 79, en un total de alrededor de 12.000 que atendió el consultorio cada año. Con esos números, reafirmó que la cantidad de consultas agudas es baja.

Entre los efectos mencionó euforia, disminución del estrés, cambios en la percepción por medio de los sentidos y disminución de la coordinación motora; entre los efectos no buscados señaló disforia, ansiedad, agitación psicomotora, dificultades para pensar con claridad, taquicardia, crisis de pánico, alucinaciones y accidentes de tránsito o domésticos por coordinación motora -dijo que aumenta de dos a siete veces la posibilidad de tener accidentes-.

“La gravedad por uso agudo es más baja en relación a otras drogas: no hay muertes por sobredosis, a diferencia del alcohol y de la cocaína; los episodios agudos tienen baja frecuencia en la emergencia, esto es en todo el mundo y en Uruguay también”, precisó. El riesgo de dependencia estimado es de alrededor de 10%.

Identificó como elementos de mayor riesgo el consumo regular (por la dependencia que puede generar), el inicio temprano (cambios del sistema nervioso que puede provocar en adolescentes) y que en casos de polimorfismo genético puede despertar síntomas psicóticos como esquizofrenia o ansiedad. Están parcialmente medidos los impactos en bebés por el consumo de la madre durante el embarazo y la lactancia, y en ningún caso es recomendado el consumo en etapas del desarrollo humano; la toxicóloga advirtió también por el consumo ambiental al que puedan estar expuestos los niños, así como el accidental, por comer un brownie con marihuana o tener acceso a la droga. Ahora que comenzará la venta en farmacias, la médica alentó a sus colegas a llamar al CIAT para registrar casos clínicos, puesto que es uno de los pilares del cumplimiento de la Ley de Marihuana y sus Derivados.

Daños respiratorios

Negrín ya había advertido que el humo de marihuana tiene concentraciones de acroleínas, nitrosaminas y benceno similares al humo de tabaco, y mayor cantidad de benzopirenos y benzantracenos. Además, advirtió sobre los plaguicidas y solventes que se le puedan aplicar durante su procesamiento, y la potencial contaminación microbiológica (por hongos). Verónica Torres, internista, neumóloga y docente de la Clínica Médica de la Facultad de Medicina, reseñó el “compromiso respiratorio” del consumo de marihuana. Expresó que “en Uruguay no tenemos por el momento estudios de función respiratoria”, pero mencionó que están comenzando un proyecto junto con la Cátedra de Neumología de la Udelar. A nivel internacional, explicó que los estudios son difíciles de hacer, puesto que la mayoría de las veces el consumo de marihuana está asociado con el de tabaco, y es difícil determinar su incidencia. Mencionó estudios internacionales que se enfocaron exclusivamente en fumadores de cannabis y concluyeron que los síntomas respiratorios (tos, expectoración y bronquitis) eran mayores que los de la población general y que mejoraban al dejar de fumar. Las investigaciones internacionales no llegan a establecer una asociación positiva entre el consumo de marihuana y el cáncer de pulmón, dijo, aunque consideró que los estudios son sesgados, al no poder aislar completamente el efecto de este consumo.

Nueva camada

Torres reseñó, además, un estudio titulado “Uso de cannabis en médicos de un hospital público de Uruguay”. El relevamiento fue hecho por medio de un autocuestionario anónimo que completaron 140 médicos clínicos, cirujanos y administradores de salud (la mayoría eran mujeres y la edad promedio se situó en 38 años). 41% había consumido marihuana en algún momento de su vida; 13% lo había hecho en el último mes y 2% lo hacía en forma diaria; el resto nunca había consumido. La mayoría consideraba que el consumo era perjudicial, al igual que el de tabaco, y casi ninguno había recibido formación específica sobre marihuana; la edad promedio de consumo se situó en los 22,8 años. Torres consideró que el consumo diario y mensual era bajo, y elevado el ocasional; dijo que el estudio puede ser el puntapié para otros y pidió prestar atención a que el médico “es un reproductor de conductas”.

La jornada se completó con la exposición de Laura Sarubbo, docente de la Clínica Psiquiátrica de la Facultad de Medicina, que abordó los efectos del consumo problemático de cannabis en la adolescencia, debido al impacto sobre el sistema nervioso central. Negó que la mayoría de los jóvenes tenga problemas con las drogas.

Mencionó que según la Encuesta de Consumo de Cannabis en estudiantes de educación secundaria de 2014, 17% había consumido marihuana en los últimos 12 meses, y que la edad promedio de inicio estaba en los 14,7 años. Dijo que las áreas más comprometidas por el consumo son la atención, la memoria, el procesamiento de la información, el razonamiento abstracto y las respuestas inmediatas en la toma de decisiones. El uso crónico puede alterar la memoria a largo plazo y acentuar dificultades de aprendizaje, detalló.