“Esto del trabajo interdisciplinario está escrito en todos los papeles pero, en definitiva, lo que pasa siempre es que cada uno hace la suya”, dijo Roberto Varela, médico familiar y comunitario, en la Primera Jornada de Articulación Interdisciplinaria para el desarrollo del Primer Nivel de Atención en Salud, realizada ayer.

Luis Giménez, coordinador, junto con Elizabeth Ortega, del equipo de docentes que impulsó la jornada, explicó a la diaria que si bien el Sistema Nacional Integrado de Salud prioriza el primer nivel de atención, “en la práctica” se ve otra cosa. Entienden que “en gran medida la Universidad de la República sigue separada en compartimentos, con poca comunicación entre los distintos servicios”, y “no en todos lados” la interdisciplina “se refleja en la composición de los equipos”. La atención a nivel comunitario “implica conocimientos, destrezas, competencias, tecnologías” específicas, y no siempre se puede trasladar lo que se aprendió para otro nivel. “Dado que la tradición de nuestro sistema de salud anterior -y hasta hoy, en los hechos- era hospitalocéntrica, orientada al segundo nivel de atención, la formación tenía ese peso”, explicó.

En territorio y entre varios

Tres experiencias interdisciplinarias exitosas fueron destacadas al comienzo de la jornada. Una, expuesta por Varela y Natalia Bisio, trabajadora social, fue la de una experiencia de formación e intervención territorial en el asentamiento Puente Blanco, de la ciudad de Salto, iniciada hace dos años. En el marco de una Unidad Docente Asistencial, se formaron grupos con estudiantes y docentes de Medicina Familiar y Comunitaria, Trabajo Social, Psicología Comunitaria, Psicología Cognitiva y Diseño Integrado. La inclusión de esa última carrera fue una de las mayores innovaciones, y el trabajo de los estudiantes -que crearon un mapa digital del asentamiento, vivienda por vivienda, para ilustrar problemas del hábitat- fue fundamental.

Las otras experiencias destacadas se llevaron a cabo en centros de salud de la Administración de los Servicios de Salud del Estado: una consiste en la rehabilitación física en el centro Antonio Giordano de Montevideo (presentada por la psicóloga Mónica Cortázar y la médica familiar Carolina Sasón); la otra, en el trabajo con familias en la policlínica de Empalme Nicolich (presentada por la psicóloga Débora Rydel y la pediatra Virginia Flores). Las profesionales también hicieron énfasis en el trabajo interdisciplinario, porque garantiza una mirada más integral a la hora de comprender y abordar las problemáticas. Entre las dificultades que enfrentan día a día, están las limitaciones de otros recursos, como el transporte y la disponibilidad de la planta física. El equipo de Nicolich planteó que “no hay un reconocimiento institucional” del trabajo interdisciplinario y pidió “el reconocimiento y la implementación de estos espacios interdisciplinarios” y que se priorice “el cuidado de los equipos por parte de la institución”.